Colonial eleva su plan de inversión vendiendo más inmuebles
Colonial tiene previsto invertir un total de 1.500 millones de euros en los próximos cinco años Madrid, Barcelona y París son sus principales zonas de expansión
Colonial confía en poder elevar la inversión media de unos 300 millones de euros anuales fijada en su plan estratégico mediante la venta de alguno de los edificios de su cartera que ya considere maduros.
La inmobiliaria patrimonialista participada por el Grupo Villar Mir circunscribe las eventuales desinversiones a una estrategia de rotación de activos maduros.
Colonial analizará su cartera de edificios para determinar aquellos susceptibles de colgar el cartel de 'se vende' y de generar a la empresas recursos adicionales para invertir, según indicaron a Europa Press en fuentes de la empresa.
Colonial anunció a finales de 2015 un plan para invertir un total de 1.500 millones de euros durante los próximos cinco años (2016-2019), a razón de unos 300 millones anuales, en comprar nuevos activos inmobiliarios que incorporar a su cartera patrimonial.
Madrid, Barcelona y París siguen siendo los principales mercados de la estrategia de crecimiento y expansión de la compañía que preside Juan José Brugera que, no obstante, no descarta otras ubicaciones para comprar inmuebles.
La política de crecimiento de la inmobiliaria coincide con la recuperación que viene registrando el sector en España, que además es foco de interés de inversores internacionales.
Colonial ya abordó durante 2015 inversiones en nuevos inmuebles por un importe de 405 millones de euros. En concreto, se hizo con tres edificios de Madrid, uno de Barcelona y dos más en París.
La inmobiliaria cuenta actualmente con una cartera patrimonial valorada en unos 6.400 millones de euros, integrada por edificios de oficinas ubicados en los centros de Madrid, Barcelona y París, que suman unos 758.000 metros cuadrados de superficie. SOLIDA POSICION FINANCIERA.
Colonial cuenta con una sólida posición financiera tras el saneamiento que abordó hace unos años, que supuso la entrada en su capital de accionistas “de largo plazo y vocación de permanencia”.