Un año de nuevas tendencias
La tecnología y el software se están convirtiendo en una parte esencial de nuestra vida. En este artículo quiero repasar las tendencias que creo que tendrán un efecto inmediato en nuestros clientes y lo que cabe esperar los próximos meses. Estas tendencias se centran en la simplificación y en cómo cada vez resulta más sencillo para las empresas crear aplicaciones efectivas que son, además, seguras, fiables, y que ofrecen gran escalabilidad y rendimiento al coste más reducido posible.
A pesar de la promesa de que la tecnología busca hacer nuestras vidas más sencillas, con los años, algunas aplicaciones han ido ganando en complejidad. El investigador de sistemas John Gall escribió que "las aplicaciones creadas como sistemas complejos casi nunca funcionan". Es por esto que en 2016 veremos todo un movimiento que buscará crear sistemas más sencillos. Esto se debe a que ahora los clientes pueden acceder a varios componentes nuevos, provistos en forma de servicios en nube.
En las arquitecturas tradicionales, orientadas a los servicios, estos suelen ser bastante poco específicos. Muchas de las funciones de estos servicios presentan criterios de escalabilidad y disponibilidad muy dispares. La deconstrucción de servicios y sistemas de software hasta reducirlos a sus componentes más elementales es una tendencia en auge. Es lo que se conoce como microservicios y aprovechan componentes de gestión como los que ofrece Docker. Esto dota a las aplicaciones de mayor flexibilidad y, en el proceso, cambia el desarrollo de software. Esto hace innecesario parchear sistemas de gran complejidad con actualizaciones de software.
"Este año veremos cómo todos los clientes que presten servicios a compañías desarrollarán sus propias APIs"
Los proveedores cloud ofrecen entornos de gestión de contenedores que hacen más sencillo crear y gestionar entornos de microservicios, lo que está suscitando una aceleración de esta tendencia de arquitecturas.
Una de las grandes revoluciones tecnológicas de los últimos años es la informática sin servidores, que se ha producido en buena medida gracias a la creación de AWS Lambda, que ya no requiere de servidores para ejecutar código. Esto simplifica el desarrollo de aplicaciones, ya que los arquitectos no tienen que preocuparse por gestionar parques de servidores para ejecutar su software. Esto hace más fácil alcanzar las cotas de seguridad y fiabilidad necesarias para proteger a sus negocios y clientes. Después de todo, no hay servidor más fácil de administrar que el que no existe.
Cada vez encontramos más empresas que no utilizan servidores, como Teletext.io, que ha creado una innovadora tecnología para la gestión de contenidos (CMS) que permite a los creadores gestionar y publicar el texto de sus páginas web, en lugar de tener que delegar la tarea a programadores. Este servicio ofrece una solución escalable con una capacidad pico prácticamente infinita.
Los días en los que los sistemas se creaban combinando componentes de software que estaban bajo el control total del desarrollador quedaron atrás. Hoy en día, el desarrollo de software pasa por conectar muchos servicios diferentes a través de las APIs o interfaces para la programación de aplicaciones. Lo bueno de las APIs es que pueden consumirse tanto de forma interna como externa. También es posible poner a disposición de partners y clientes funcionalidades únicas en los servicios que consumen, creando nuevos modelos de colaboración y de negocio.
Un buen ejemplo es el periódico The Guardian que, mediante su API, que se distribuye mediante AWS, ha creado una plataforma para construir aplicaciones que permiten acceder a los premiados recursos periodísticos de la compañía.
Las APIs brindan a las organizaciones la capacidad de crear ecosistemas de desarrollo que permitan expandir sus negocios clave en direcciones inexploradas. En 2016 y en los años venideros veremos cómo todos los clientes que tengan que prestar servicios a todas las compañías desarrollarán sus propias APIs.
"Después de todo, no hay servidor más fácil de administrar que el que no existe"
En los próximos meses y años acabaremos llegando al consenso de que las organizaciones gozan de mayor seguridad en la nube que en sus propios centros de datos. Ya vemos empresas que migran sus procesos críticos a la nube para disfrutar de las ventajas inmediatas que resultan de las últimas innovaciones en seguridad operativa y en las herramientas de seguridad que protegen sus aplicaciones, de gran flexibilidad y capacidad de adaptación.
Para sorpresa de algunos, uno de los primeros ámbitos en los que hemos visto surgir esta tendencia ha sido el de los servicios financieros. Rob Alexander, director tecnológico de Capital One, afirma: "Nuestra industria atrae a los peores ciberdelincuentes. Por ello, trabajamos estrechamente con AWS para desarrollar un modelo de seguridad que nos permite operar de forma más segura en la nube pública de lo que jamás podríamos hacerlo en nuestros propios centros de datos". Como resultado, Capital One pasará de operar ocho centros de datos a tres en 2018. Conforme más organizaciones de sectores con altos requerimientos de seguridad vayan realizando el tránsito a la nube, 2016 se convertirá en el año en que la nube se convierte en la opción mayoritaria y sea aceptada como el lugar idóneo para almacenar contenidos que queremos mantener a salvo, simplificando y fortaleciendo su seguridad.
Creo que solo estoy arañando la superficie de lo posible y de lo que veremos aparecer el año próximo. Con el surgimiento de la simplificación, veremos cómo aparecen nuevas tendencias: simplificación de las predicciones, en la interconexión de dispositivos, simplificación en tiempo real, etc. De hecho, veremos cómo la tecnología encuentra muchas más formas de integrarse en nuestras vidas, revolucionando cómo vivimos y cómo interactuamos con el mundo que nos rodea.
Werner Vogels es Director tecnológico de Amazon.com