Carmena y Mujica quedaron para cenar y compartir experiencias
Una tarde de charlas para poner al día sus “experiencias” de vida, un paseo en 'Fusca' (Volkswagen 'escarabajo') y cena a base de típico asado uruguayo protagonizaron ayer el emotivo reencuentro en Montevideo entre la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena y el expresidente de Uruguay José Mujica.
Después de una ajetreada jornada para la regidora de la capital española, que llegó al país sudamericano este miércoles como parte de una visita oficial que comenzó el lunes en Chile, Carmena decidió devolver al exmandatario, que gobernó Uruguay entre 2010 y 2015, la doble visita que a lo largo del pasado año le realizó en Madrid.
“Yo siempre tengo ganas de ver a Pepe, qué quieres que te diga. Y además hoy he visto la escuela que está organizando y qué maravilla”, explicó a Efe la alcaldesa, qué en junio cumplirá un año al frente del consistorio de la capital española.
Carmena se refiere a la escuela que hace casi un año el popular exguerrillero abrió junto a la chacra (finca) donde vive, que tiene como fin formar a jóvenes en el ámbito agropecuario, lo que supuso hacer realidad una de las máximas ilusiones de su vida y que por fin consiguió poner en marcha una vez alejado de la Presidencia.
“Lo imposible cuesta un poco más”, reconoció un sonriente Mujica sobre el logro de haber sacado adelante el centro.
Acompañados de numerosos representantes políticos del oficialista bloque de izquierdas Frente Amplio del país sudamericano, la exvocal del Consejo General del Poder Judicial español y el antiguo guerrillero culminaron en un asador situado a pocos metros de la casa del expresidente, en una zona de huertas de Montevideo, una calurosa tarde de verano austral.
Hemos hablado “de nuestra forma de vivir. Y la forma de vivir refleja la forma de sentir. Y la forma de sentir expresa o no y te domina ese instinto natural que tenemos adentro. El egoísmo, que lucha por lo nuestro. O ese voto, instinto peculiar del hombre. La civilización, que es la solidaridad con los otros hombres”, dijo el pintoresco exmandatario.
Por su parte, la regidora madrileña destacó que el encuentro sirvió para “hablar”, algo que remarcó “es un ejercicio súper necesario con personas que tienen muchas cosas que decir”.
“Y que yo necesito escuchar para aprender (...) Hemos hablado cada uno de experiencias nuestras”, matizó.
Entre risas, y consultada por Efe sobre si había conocido a su tocaya Manuela -la perra coja de Mujica-, la alcaldesa señaló que en esta ocasión no fue posible: “Hoy no la he visto. Sé que estaba malita”, confesó.
Tras el recorrido por el variopinto domicilio del expresidente y su esposa, la senadora Lucía Topolansky, al que no asistió la prensa, el exjefe de Estado y la alcaldesa quisieron reunirse con los invitados del matrimonio, aprovechando la presencia de Carmena.
Fue así que con Mujica al volante y Carmena de copiloto se desplazaron en su popular Volkswagen “Fusca” azul para recorrer los alrededor de 200 metros que separan la chacra del Quincho de Varela, asador de confianza del veterano político uruguayo.
En este amplio salón, que cuenta con jardín y piscina, el actual senador se ha reunido a lo largo de los años con el más variopinto catálogo de figuras internacionales, como el exgobernante venezolano Hugo Chávez o el presidente boliviano, Evo Morales, que quedaron inmortalizados en las numerosas fotografías que visten el local.
El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, el intendente de Montevideo, Daniel Martínez -con quien Carmena ha asistido a numerosos actos durante su visita a la ciudad- y varios gobernantes departamentales del FA estaban hoy entre los asistentes.
Este viernes Carmena tiene previsto regresar a Madrid.