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La mejoría de las matriculaciones no revierte en sus cuentas

Los concesionarios estancan su rentabilidad para 2016

Concesionario de Volkswagen
Concesionario de VolkswagenPablo Monge

La recuperación ha llegado a la industria del motor en España pero las buenas cifras aún son superficiales. No han calado a todos los segmentos implicados. Y uno de los que todavía está renqueante, según estiman sus responsables, es el sector de los concesionarios. Aunque llevan dos años acabando con rentabilidades en números negros, después de seis años en pérdidas o cerrando en equilibrio, la patronal de los concesionarios Faconauto alerta de que las previsiones para el año que viene no son positivas. Así, la asociación estima que la rentabilidad se quedará en un 1,4%, sólo un punto porcentual más que lo obtenido por las redes de distribución en 2015.

El año pasado, los concesionarios consiguieron una rentabilidad del 1,3% sobre ventas. La facturación de las redes ascendió a 28.545 millones de euros, obtenidos por los 4.091 establecimientos que hay en el país. Supone un incremento de los ingresos del 11% frente a los 25.545 millones de euros registrados en 2014. En ese año, la rentabilidad de las concesiones se quedó en un 0,92%.

El número de puntos de venta en España descendió de 4.152 establecimientos a 4.091 a finales de 2015. Sin embargo, se crearon casi el doble de puestos de trabajo que en 2014. El año pasado, se generaron 9.561 empleos en estas redes frente a los 5.712 creados en 2014. El empleo total en este sector se quedó, a cierre de 2015, en 146.586 trabajadores.

Sin embargo, pese a estas buenas cifras y a que las previsiones del sector señalan que las matriculaciones de vehículos en España crecerán alrededor de un 6% este año, los concesionarios no serán más rentables con mayores ventas.

Para Blas Vives, secretario general de Faconauto, “la recuperación no ha llegado totalmente al negocio de los concesionarios. No se han amortizado aún las inversiones hechas antes y durante la crisis”.

Sin embargo, el secretario señala que “los directivos de las principales marcas de coches ven que la economía va lanzada” y están exigiendo a sus concesionarios “nuevos estándares” entre los que se incluyen “proyectos arquitectónicos con cambios completos de imagen”. “Estas nuevas inversiones van a obligar a los vendedores a recurrir de nuevo a los fondos propios y la tesorería, lo que descapitalizará otra vez a las redes y motivará que no crezca la rentabilidad”, señaló Vives.

Según estiman desde Faconauto, las reformas exigidas suponen una inversión de alrededor de 500.000 euros por establecimiento de enseñas premium, de unos 250.000 euros para los concesionarios de las marcas generalistas de mayor volumen y hasta 300.000 para las marcas intermedias o especialistas. “Deberían haber esperado a la consolidación de la recuperación, porque las redes llevan apenas dos años en números negros”, señaló.

Vives apunta que las incertidumbres políticas generadas por el nuevo entorno tras las elecciones del pasado 20 de diciembre añaden dificultades al sector porque impiden la aprobación de medidas de estímulo a la renovación del parque automovilístico, al estilo de los recientes planes PIVE. “Estos incentivos tienen un buen impacto sobre la reducción de la edad media del parque, que se puede colocar en 12 años a finales de 2016 si no hay estímulos a la compra de vehículos nuevos”, señaló. Sin embargo, en este momento no hay ni gestor público designado para estos fondos.

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