Google responde a Facebook: crea una división de realidad virtual
Google quiere apostar fuerte por la realidad virtual. Una tecnología que promete dar mucho juego a diferentes industrias como la del entretenimiento o la medicina. Por ello, la multinacional ha decidido crear su propia división especializada en esta tecnología y ha nombrado al actual vicepresidente de productos, Clay Bavor, responsable de la misma, según informó el portal Re/code. El directivo es actualmente vicepresidente de producto, teniendo a su cargo servicios como Gmail, Docs, Drive y Apps for Business.
El gigante de internet tiene algunos proyectos enfocados en la realidad virtual, pero hasta ahora no habían tenido una posición destacada. La compañía lanzó sus gafas de bajo coste Cardboard, que convierten a un smartphone en un visor de realidad virtual con un simple cartón y un par de lentes. Google ha colaborado con empresas como The New York Times, Disney (con Star Wars), Mattel para impulsar sus ventas.
El buscador también se asoció el año pasado con GoPro para el desarrollo de vídeos en 360 grados gracias a su solución Jump, un dispositivo circular formado por 16 módulos para cámaras. Yha invertido en la compañía de realidad aumentada Magic Leap.
Google parece tener claro que con las apuestas estratégicas que están haciendo Facebook (con Oculus Rift), HTC (Vive), Sony (PlayStation VR), Microsoft (HoloLens) y Samsung (Gear VR), entre otras, el despegue de esta tecnología será imparable en 2016 y no quiere quedarse fuera del negocio que pueda generar. Facebook, por ejemplo, que pagó 2.000 millones de dólares por Oculus, anunció hace unos días en el CES de Las Vegas que su visor de realidad virtual costará 599 dólares (699 euros en España), y que llegarán a las tiendas en marzo (abril en Europa). También HTC ha desvelado que sus gafas se pondrán a la venta el próximo abril.
Por otro lado, Google admitió ayer que su coche autónomo aún hay que pulirlo al relevar datos relevantes sobre las pruebas que ha hecho por las carreteras de California. Según la compañía, su coche tuvo que desconectar el piloto automático en 341 ocasiones –272 veces debido a algún fallo técnico– durante los 682.000 kilómetros que recorrieron entre septiembre de 2014 y noviembre de 2015.
Según la compañía, de no ser por la intervención humana, probablemente se habrían producido 13 colisiones desde 2014. En tres ocasiones, debido al comportamiento de conductores de otros vehículos y en otras por la colocación de conos de tráfico.