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¿Debe quedar por encima o por debajo de las rodillas?

Reglas básicas para acertar con el abrigo perfecto

Vestir con traje y corbata exige que esta prenda siga una línea de formalidad.

Thinkstock
Javier García Ropero

Han tardado en llegar, pero las bajas temperaturas parecen haber llegado para quedarse, al menos, durante el resto de mes de enero. Es hora de sacar el abrigo del armario o, si se prefiere, de renovar esta prenda imprescindible para la actual época del año. Sin embargo, dar con el modelo perfecto no es tarea sencilla, especialmente entre los ejecutivos que tienen en el traje y la corbata su uniforme de trabajo diario. Y es que el hecho de llevar camisa y chaqueta exige una serie de precauciones en cuanto a talla, materiales, o incluso colores, y también aspectos a tener en cuenta para mantener la línea de formalidad.

“En los últimos años se ha popularizado combinar prendas deportivas con el traje, como las cazadoras”, explica Lander Urquijo, fundador de la sastrería que lleva su nombre. “Pero esto no suele ser lo más apropiado, porque en algunos casos, las personas se exceden con la informalidad”. Urquijo, con establecimientos en Madrid, Bilbao y París, apuesta por “un abrigo de corte formal, ya sea recto o cruzado. En cuanto a materiales, se pueden utilizar los tejidos de lana, incluso impermeables, o el nylon, dandole así un toque más técnico e informal”.

En la misma línea se posiciona Joaquín Fernández Prats, alfayate de la madrileña sastrería Langa. “En estos casos de formalidad, lo ideal es un abrigo en tonos oscuros, por ejemplo, grises o azules, con botones en fila, o cruzado”. Esta última opción, reconoce Fernández Prats, vuelve a irrumpir entre las principales tendencias de la moda masculina, tanto en abrigos como en chaquetas. En cuanto a colores, Lander Urquijo lo deja a elección de “la personalidad y estilo de cada persona”, aunque anticipa que en las próximas temporadas apostarán por tonalidades beige y por grises, “colores que ahora están más en tendencia”, y por tejidos “muy texturizados y con muchísima personalidad”. En su línea, Urquijo introduce detalles como coderas, y diferentes tipos de bolsillo y cortavientos, “según el grado de formalidad que desee el cliente”.

Pero uno de los principales quebraderos de cabeza para quienes tienen que portar chaqueta y abrigo es dar con la talla adecuada para éste. Aquella que permita combinar un mínimo de comodidad y libertad de movimientos, y una presencia estética adecuada, sin que para ello sea necesario comprar un modelo varias tallas por encima de la que uno utilice con normalidad. “La regla básica en abrigos de confección es que sean de una talla superior a la de la chaqueta”, explica Joaquín Fernández Prats. “De esta forma el abrigo estará entallado y resultará cómodo”. “Debe ir encajado, tanto si es vestido con una americana, como sin ella”, añade Lander Urquijo.

En cuanto al largo, “para vestir, el abrigo tiene que acabar justo por debajo de la rodilla, o como mucho, a su altura. Se suele decir que un abrigo que termine por encima de la rodilla ya es de un carácter más informal”, detalla Fernández Prats, quien también indica que el tipo de manga más indicada para este tipo de modelos es la pegada, aquella que comienza en el final de la hombrera, a diferencia de la manga ranglán, que parte desde el cuello. Consejos y alternativas para no quedarse solo en el abrigo Chesterfield, el clásico de entre los clásicos.

El efectivo 'trench' de Bogart

Si hay un abrigo inmortal, resistente a las tendencias de cada momento, ese es el trench coat, es decir, la clásica gabardina o, en su traducción literal del inglés, el abrigo de trincheras. Un imprescindible de la historia de la moda británica, no solo por su impermeabilidad, ideal para las inestables carácterísticas meteorológicas de las islas, sino también por su estilo único.

El trench debe su nombre a que, durante la I Guerra Mundial, fue una prenda muy utilizada entre los oficiales británicos y franceses, precisamente por su singular tejido, que permitía mantener sus ropas secas pese a las inclemencias. Su uso se mantuvo en la II Guerra Mundial.

Su primer fabricante fue la británica Aquascutum, una casa londinense fundada en 1851, aunque quien popularizó su diseño y su uso, tanto para hombres como para mujeres, fue Burberry. Humphrey Bogart y Audrey Hepburn portaron sendos modelos en las películas Casablanca y Desayuno con diamantes, aunque Aquascutum puede presumir de que el trench de Peter Sellers en La pantera rosa, era de los suyos.Quizá no sea el tipo de abrigo más formal, pero su uso sigue siendo una garantía.

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Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

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