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Algunas, en vez de adelgazar, buscan limpiar el organismo

Dietas efectivas tras una Navidad de excesos

La mayoría de ellas son restrictivas y prohíben uno o varios tipos de alimentos A pesar de que el pan sea uno de los vetados, algunas se basan en la ingesta de bocadillos

Junto a los meses previos al verano, enero es el momento del año en el que la afluencia a los gimnasios se dispara. Las clínicas, además, se desbordan de personas en busca de endocrinos y nutricionistas que les ayuden a perder esos kilos de más, fruto de los excesos de las vacaciones de Navidad. Hay dietas de todos los tipos y dirigidas a cualquier persona, en función de su complexión, de sus hábitos y del tiempo límite que se marque cada uno para perder peso. De la misma forma que hay métodos más y menos restrictivos, en función de la cantidad de alimentos que se prohiben poner sobre el plato.

Por regla general, los hidratos de carbono entran de lleno en el listado de los comestibles vetados. No obstante, aquí también hay excepciones. El pan, uno de los alimentos que mejor representan el estamento de los hidratos dentro de la pirámide alimenticia, es uno de los protagonistas de la dieta de la nutricionista Terica Uriol, que destaca por estar basada, precisamente, en el consumo de bocadillos. “Lo único que es necesario eliminar de la dieta son las grasas, el resto de alimentos, en proporciones adecuadas, no resultan inadecuados”, explica. Eso sí, los hidratos han de acompañarse con otros alimentos como las verduras, las frutas y las carnes y pescados. De esta forma, la variedad de bocadillos que pueden prepararse es enorme, “con ingredientes como el salmón, el lomo, el lacón o una tortilla de setas”, comenta Uriol.

No menos de cinco comidas diarias

Aunque cada persona es un mundo, los errores que se suelen cometer al intentar perder peso se repiten en la mayoría de la gente. Es muy común pensar que saltarse una comida es efectivo, pero tal y como explica Eva Bautista, nutricionista de Sanitas, es un error no realizar menos de cinco comidas diarias. “Muchos se saltan el desayuno y al final concentran la mayoría de las calorías en las otras dos comidas más importantes del día”.

El ejercicio diario, por su parte, ayuda a acelerar el proceso de pérdida de peso y “sobre todo a mantenerlo una vez que se ha consumado”. También se debe poner especial ímpetu en la hidratación, “y que la inmensa mayoría del líquido que tomemos sea agua, huyendo de los refrescos y otro tipo de bebidas”afirma Bautista.

Lo más importante, y la clave para no engordar, explica, es no mezclar nunca los hidratos de carbono con la grasa. A partir de esta premisa, la libertad de combinación es casi absoluta. Esta dieta, eso sí, precisa de unos ritmos, y la pérdida de peso no destaca por ser muy rápida. La nutricionista explica que, con este método, puede perderse un kilo por semana.

Otras dietas destacan precisamente por todo lo contrario: la rapidez con la que uno llega a desprenderse de ese peso de más. La mayoría de estos métodos, como Pronokal o Eurodiet, se apoya en el uso de sobres proteicos que, junto a una selección de alimentos, ayuda al paciente a perder peso. Estos métodos se caracterizan, además, por cambiar de forma radical los hábitos de consumo y de alimentación de los pacientes. Por ello, tras finalizar el tratamiento, es necesario mantener el nuevo estilo de vida, haciendo ejercicio diario y consumiendo una selección concreta de alimentos. Si no, se corre el riesgo de sufrir el conocido como efecto rebote, que echa por tierra todos los logros conseguidos.

Y así como la inmensa mayoría de los métodos señalan a las grasas como el mayor enemigo a combatir, otros se basan precisamente en su consumo para adelgazar. Es el caso de la dieta Atkins, que defiende que evitar los carbohidratos e ingerir alimentos grasientos ayuda a perder peso con mucha más rapidez y facilidad que otras dietas. Este procedimiento, al contrario de lo que sobrevuela en el imaginario colectivo, ayuda además a reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Dicho sistema ha añadido recientemente varias novedades que permiten, al cabo de las pocas semanas, ir añadiendo carbohidratos a la dieta. Este método, al igual que el resto, ha de ajustarse a las características de cada persona para que realmente sea efectivo y no provoque daños en la salud.

Otro de los métodos a los que más gente se suma en estas fechas es la dieta Weight Watchers, una de las menos restrictivas y de las pocas que permiten consumir todo tipo de alimentos. La única norma, eso sí, es cuantificar absolutamente todo lo que se ingiere. Con este plan, cualquier comestible y bebida tiene una cantidad determinada de puntos asignados. Puede tomarse todo lo que apetezca siempre y cuando no se supere una cantidad concreta de puntos, que varía, como es lógico, en función de las propiedades de cada persona.

Lo mismo ocurre con las dietas disociadas. No prohiben ningún tipo de comida. Simplemente es necesario tener cuidado con las mezclas que se llevan a cabo. Así, la premisa principal es no juntar los hidratos y las proteínas en la misma comida, pudiendo hacer el resto de combinaciones sin ningún problema.

Otras, más que la pérdida de peso, persiguen la limpieza y depuración del organismo tras los excesos navideños. Los alimentos alcalinos, como las verduras, frutas y legumbres, son los más útiles para ello y los más efectivos para eliminar la acidez del cuerpo.

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