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Repunta a máximos de nueve semanas

Los inversores se refugian en el oro ante la caída del crudo

EFE
Gema Escribano

Si la recta final de 2015 estuvo llena de sobresaltos, el arranque de año está siendo especialmente complicado para un mercado pendiente de China y de la evolución del precio del petróleo. En este escenario de fuerte inestabilidad, los valores refugio han vuelto a desempeñar un papel protagonista. Y uno de los que no podía faltar es el oro. Con un entorno de caída de las materias primas, el metal dorado se escapa a esta tendencia y asciende hasta los 1.106 dólares la onza, su máximo en nueve semanas.

“Si la opinión de que China va arrastrar al resto de economías a la recesión se acrecentara, esto traería consigo un incremento del riesgo al alza del oro”, señala un estratega de Citi a Reuters. “No obstante, si por el contrario, Europa y EE UU continúan creciendo, el metal amarillo se debilitaría”, apunta el experto.

La cara opuesta al oro la representa el crudo, que parece estar inmerso en caída libre. En apenas cuatro sesiones, el barril de Brent acumula un descenso cercano al 9,5% y día a día marca nuevos mínimos. Después de caer el miércoles a su nivel más bajo en 12 años, ayer llegó a perder durante la jornada la barrera de los 33 dólares. Sin embargo, conforme avanzó la sesión, los inversores pusieron freno a las ventas y al cierre el barril de referencia en el Viejo Continente concluyó con una caída del 1,4, situándose al borde de los 34 dólares.

Jaime Díaz, analista de XTB, considera que “el crudo comienza a entrar en niveles importantes de congestión. La zona de los 25-40 dólares actuaron como máximo y mínimo de rangos laterales en la primera década del siglo XXI. Es factible que si llegara a estos niveles se detuviera”. Eso sí, aunque los analistas consideran que es difícil pronosticar un suelo para el oro negro, Díaz cree que los precios actuales son bastante atractivos para muchos inversores. Desde los máximos del junio de 2014 (115 dólares por barril),el Brent se deja ya un 70,6%.

La situación de fondo no ha variado respecto a 2015 aunque al exceso de oferta que inunda el mercado se suma un elemento más: el recrudecimiento de las tensiones entre Arabia Saudí e Irán tras el asesinato el pasado 2 de enero del clérigo chií Nimr Baqir al Nimr por parte de las autoridades del país del Golfo Pérsico. La reacción de Irán a la ejecución no se hizo esperar y ese mismo día se desataron revueltas que acabaron con el incendio de la embajada saudí.

En un principio la escalada de las tensiones debería materializarse en un incremento del precio del crudo pero, como señala Natalia Aguirre, de Renta 4, esto no está provocando un recorte de la oferta real. “De producirse un descenso real de la producción se desencadenaría un alza del precio del crudo”, añade.

Sin embargo, de momento esto parece que está lejos de producirse. De hecho, las tensiones entre las dos potencias productoras de crudo son interpretadas por el mercado como una dificultad añadida para acordar una acción coordinada de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que provoque un incremento de los precios, tal y como indica Banca March en su informe. Por si esto no fuera suficiente, este conflicto se enmarca dentro del proceso de reincoporación de Teherán al mercado del crudo después de que el pasado julio, Irán y el Grupo 5+1 (EE UU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) sellaran un pacto para frenar el programa nuclear iraní.

Jaume Puig, director de GVC Gaesco, afirma que tanto Arabia Saudí como Irán pueden producir petróleo barato, pero el primero dispone de reservas monetarias superiores y se sitúa en una posición más favorable ante una guerra de precios. “Cualquier mejoría de la relación entre los dos países se interpreta como un alza del petróleo a medio plazo”, resalta.

El consumo en máximo históricos

La caída del precio del crudo no responde a una debilidad de la demanda, según Gaesco, pues los últimos datos reflejan que el consumo de petróleo está en máximos (95 millones de barriles diarios). Más bien, las bajos niveles se deben a un exceso de oferta que, de acuerdo a las últimas publicaciones, ronda los dos millones de barriles al día.

Una de las razones de esta sobreoferta hay que buscarla en la extracción de petróleo puesta en marcha por EEUU por medio de la técnica del fracking. Este método permite a la primera potencia económica mundial obtener cinco millones de barriles al día. No obstante, con los actuales precios del crudo la fórmula no es rentable pues el coste medio ronda los 60 dólares por barril frente a los 33,5 dólares a los que cotiza el Texas.Precisamente, uno de los objetivos que persigue la OPEP con su negativa a reducir la producción es desplazar del mercado a posibles competidores.

La debilidad china pasa factura a las materias primas

El oro y la plata se convirtieron ayer en la excepción dentro del mercado de las materias primas al anotarse ascensos superiores al 1%, hasta los 1.105,9 dólares y los 14,20 billetes verdes, respectivamente.

Uno de los metales con peor comportamiento fue el paladio ,que cayó un 3% (493,05 dólares) y se sitúa en mínimos de junio de 2010, frente al platino que apenas registró cambios en su cotización y permanece en niveles de 2008.

Dentro de los metales calificados como base, la peor parte se la llevó el zinc que perdió cerca de un 2,5% y se sitúa en cotas de 2009. Otras materias primas que permanecen en mínimos de hace siete años son el aluminio (en la última jornada sumó un 0,37%), el cobre (-1,36%), el plomo (-1,6%) y el estaño (0,51%). Por su parte, el níquel, que este jueves bajó un 1,2% se mueve en niveles de 2003.

La caída del precio de las materias primas se convirtió el pasado año en uno de los elementos desestabilizadores del mercado, especialmente a partir de finales de agosto. La razón de esto hay que buscarla en la caída de la demanda en China, principal importador de commodities.

La debilidad mostrada en los últimos meses por el gigante asiático se debe no a una desaceleración, como señalan el consenso de los expertos, sino al cambio de modelo económico. China está inmersa en una transformación para pasar de un economía basada en la exportación, la importación y las fuertes inversiones en infraestructuras, a un modelo más orientado al sector servicios y el consumo interno.

Los grandes damnificados de este proceso están siendo las materias primas y con ellas las cotizadas vinculadas a ellas. Por ejemplo, el sector de los recursos básicos se convirtió ayer en el más castigado del Viejo Continente al ceder un 5,17%. Las firmas vinculadas al gas y al petróleo tampoco escaparon de la quema y el sector que las agrupa perdió en la última jornada un 2,75%.

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Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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