Rebajas e impulso al crecimiento
La campaña de rebajas llega con un ambiente de optimismo consumidor que apuntala los resultados positivos del año pasado. Todo indica que estas se consolidarán realmente como las de la recuperación. Los consumidores están, según todos los estudios, más dispuestos que años anteriores a aprovechar el periodo de descuentos, y las tiendas, a sacar stocks –en moda, el buen tiempo ha jugado contra la temporada de invierno–. Así, las previsiones se acercan a un 10% más de ventas. El porcentaje de consumidores dispuestos a abrir el bolsillo con más alegría que el año pasado alcanza, según las encuestas, el 22%, lo que casi duplica el de 2015. Justo lo contrario ocurre entre los que piensan gastar menos. Este positivo marco, avanzado por el festín de compras navideñas y compartido por todas las asociaciones empresariales, viene refrendado por la confianza de un indicador de consumo privado en máximos de la serie histórica sobre la situación actual y más intensamente aún sobre las perspectivas de futuro. Las decisiones de compra, incluso de bienes duraderos como confirman las ventas de coches, están tomadas. Un escenario que impulsará el crecimiento y el empleo, y que obliga a los líderes políticos a ser más responsables y no introducir indeseables incertidumbres internas –con las externas, poco se puede hacer– que enfríen esta tan apreciable como necesaria dinámica.