El Ibex recibe el año con una caída del 2,42% por el batacazo de China
Las Bolsas han empezado el nuevo año con mal pie. El Ibex 35, que cerró 2015 con unas pérdidas superiores al 7% tras sufrir la peor racha de su historia, no ha podido cambiar el paso en la primera sesión bursátil de 2016 y cerró con caídas del 2,42%, arrastrado por el influyente mercado chino, que también tiñó de rojo el resto de mercados a ambos lados del Atlántico. El detonante fue un mal dato del PMI manufacturero de diciembre, por debajo de lo esperado, que avivó los temores a una desaceleración económica del gigante chino y desplomó las Bolsas de Shanghai y Shenzhen, que por primera vez cerraron prematuramente tras la entrada en vigor de las nuevas normas en la Bolsa asiática, que permiten paralizar las cotizaciones para evitar caídas en cadena que causen desplomes como los del verano pasado.
Pese a que todas las casas de análisis coinciden en que este será un año de ganancias para el selectivo, lo cierto es que, a corto plazo, el escenario que se plantea resulta mucho más complicado de lo que se preveía. Y es que la divergencia de las políticas monetarias de los distintos bancos centrales, los precios de las materias primas, la inestabilidad geopolítica y la situación político y económica, hacen un entorno poco propicio para las subidas del Ibex durante las próximas jornadas, unos ascensos que China ya se ha encargado de enterrar. Tanto es así que el parqué español, que puso a prueba durante toda la sesión los 9.300 puntos, estrenó el nuevo año con una caída del 2,42%, hasta cerrar finalmente en 9.313,20 puntos. El panel de la Bolsa española pasó así a teñirse de rojo y solo Gamesa (1,23%) e Indra (2,09%), son los únicos valores en salvarse de la quema.
Pero no solo el Ibex fue el farolillo rojo de la sesión. Y es que el cierre prematuro de la Bolsa en el país asiático hizo que todos los mercados de valores occidentales dieran paso a las pérdidas y llegaran a dejarse más de un 4% en el caso del Dax alemán, que teme el cambio de modelo económico que está llevando a cabo China, con el que pasarán a depender en mayor medida de su consumo interno en detrimento de las exportaciones del resto de países. El resto de índices, aunque en menor medida, también tuvieron lugar para las caídas. Así, el Cac francés cayó un 2,98%, el Mib italiano, un 3,22% y el Footsie británico, un 2,57%.
Pero las nuevas medidas en China, con las que tratan de frenar la especulación a la que se entregan diariamente gran parte de los inversores en una de las Bolsas más volátiles del mundo y especialmente vulnerable a los rumores, no solo lastraron al Viejo Continente, sino que también se trasladaron al otro lado del Atlántico. Y es que Wall Street también se vio perjudicado por el huracán asiático, que hizo que los principales índices estadounidenses se sumaran a las ventas y registraran pérdidas de entre el 2,5% y el 3% al cierre de los mercados europeos.
Sin embargo, el batacazo a nivel mundial no solo vino de la mano de China, pues también estuvo provocado por la escalada de la tensión entre las dos mayores potencias del mundo islámico, Irán y Arabia Saudita (este último, el principal productor de crudo), tras la ejecución del clérigo chií Nimr Baqir al Nimr, que acabó con la ruptura de sus relaciones diplomáticas. Pese a que los mercados recibieron la noticia con turbulencias y el único beneficiado parecía ser el petróleo porque afectará al exceso de producción del mismo, finalmente, el Barril de Brent, de referencia en Europa, cayó un 0,99%, hasta los 36,93 dólares. Del mismo modo, el West Texas, de referencia en EEUU, se contrajo un 1,43%, hasta los 36,51 dólares.
En el mercado de la deuda, el interés del bono español a diez años cedió ligeramente hasta el 1,720%, desde el 1,771 de la sesión anterior. En el mercado de divisas, el euro, que había comenzado el año en los 1,09 dólares, finalmente se acabó depreciando un 0,62%, hasta los 1,07 billetes verdes.