La caída del lujo lastra a Gucci
Gucci se dirige a su octavo año de cambio mientras que la desaceleración de China presiona al negocio del lujo. Su matriz, Kering, ha elegido un momento difícil para traer a la nueva pareja directiva, Marco Bizzarri y Alessandro Michele. Resucitar a la marca más importante del grupo puede llevar más de lo esperado.
La italiana ha estado en cambio desde 2009, cuando su ex consejero delegado, Patrizio di Marco, destituido el año pasado, anunció que la marca había estado sobrexpuesta. Gucci representa casi dos tercios del total de ingresos recurrentes de Kering.
La marca es optimista respecto a las ofertas del nuevo director creativo Michele. Y tiene al talentoso Bizzarri como director ejecutivo, que triplicó los ingresos de Bottega Veneta durante los cinco años que estuvo al frente de la firma, también de Kering.
Pero esa era una época mejor para los bolsos de 2.000 euros. La venta de artículos personales de lujo creció un 13% en 2010 y un 10% en 2011, según los estudios de Bain. Este año ha disminuido hasta el entorno del 1% ó 2% y la previsión es que permanezca a la baja hasta 2017.
Gran parte del aumento de ingresos de Gucci de la última década ha venido de la apertura de tiendas. El número de establecimientos operados directamente pasó de 111 en 2007 a 505 en 2014. En el ambiente austero de la actualidad, la compañía tiene menos margen de maniobra para impulsar así su línea superior.
Como todas las firmas de lujo, Gucci está bajo presión en Asia, donde logra la mitad de sus ingresos. La marca tiene muchas tiendas en China, pero las ventas se han reducido drásticamente. Esto supone un problema ahora que los compradores chinos realizan el 70% de sus compras de lujo en el extranjero.
Hasta ahora, las voces positivas de la moda no se han filtrado a las Bolsas. Ayer, las acciones de Kering se vendían a un 15% menos que su mayor rival, LVMH. Los títulos del grupo han caído un 2,5% desde el inicio de 2015, en comparación con el 8% que subieron los de LVMH. Serán necesarios varios trimestres de crecimiento positivo para que los inversores respalden el cambio de Gucci.