La vulnerabilidad de las amas de casa
El panorama actual de las pensiones es bastante desalentador para gran parte de la población española. Los cambios demográficos y sociales han trasformado la forma de vivir y de trabajar de la gente, cambios que afectan en consecuencia a la manera de entender y planificar la jubilación, un periodo que deberíamos identificar con el descanso y el disfrute, sin cargas económicas ni imprevistos financieros.
Como consecuencia, mientras que hasta hace bien poco los españoles confiábamos en el Estado para respaldar nuestra jubilación, ahora parece que empezamos a entender que el sistema público no podrá garantizarnos una jubilación cómoda. Sin embargo, este cambio de mentalidad parece que no termina de materializarse y no damos el paso definitivo hacia la planificación del ahorro y la jubilación. Esto es algo aún más evidente si cabe entre ciertos segmentos de población. Si para muchas familias actualmente ahorrar supone un gran esfuerzo, para aquellos que se dedican a su hogar, los amos y amas de casa, este problema se multiplica exponencialmente, haciendo de este segmento un grupo de ciudadanos mucho más vulnerable.
En España, el perfil medio del ama de casa responde a una mujer casada de entre 25 y 34 años, con un hijo a su cargo y con ingresos inferiores a los 30.000 euros al año (en el caso de los que trabajan a tiempo parcial). Cabe resaltar que la sociedad española está experimentando cambios notables en este colectivo, y es que los hombres ya suponen un 20% del total de quienes cuidan del hogar, uno de los porcentajes más elevados de los 15 países que se analizaron en el Estudio de la preparación para la jubilación de Aegon. De hecho, España se sitúa tercera en lo que respecta al número de varones que ejercen como amos de casa, solo por detrás de Reino Unido y Alemania.
Además, según los resultados del estudio de Aegon, las amas y amos de casa carecen de una estrategia financiera que les asegure una jubilación tranquila y sin contratiempos económicos, algo que llama mucho la atención –un grupo tan acostumbrado a administrar las finanzas domésticas pero que no pone el mismo empeño en administrar y planificar su economía y finanzas futuras–. A esto debemos añadir que este segmento tiene serias dificultades para incorporarse o volver al mercado laboral y aquellos que lo consiguen suelen hacerlo en régimen de jornada reducida, lo que disminuye su cotización y, en consecuencia, les impide alcanzar una pensión suficiente para vivir con tranquilidad en un futuro.
Ante esta situación, este colectivo se ve obligado, en gran parte de los casos, a depender exclusivamente de su pareja o familiares, con el riesgo que esto conlleva para la estabilidad financiera durante su jubilación. Es por todo esto comprensible que un gran porcentaje de los amos y amas de casa perciban la jubilación como un tiempo de inseguridad y pobreza, en lugar de un periodo de tranquilidad, disfrute y ocio como es la percepción social generalizada.
La falta de ahorro en España es un denominador común independientemente del trabajo que se desarrolle, por lo que es necesario que los actores sociales tomemos consciencia del peligro que entraña esta carencia y luchemos por disfrutar todos de una jubilación tranquila y cómoda mediante el ahorro y la planificación. Debemos luchar por cambiar la visión del ahorro, que no debe entenderse como un problema sino como una solución a largo plazo para cualquier colectivo, y especialmente para que las amas y amos de casa, como herramienta para acabar con su vulnerabilidad financiera.
Por todo ello cobra gran importancia ofrecer herramientas e información a este sector de la población que, aún trabajando más horas que cualquier otro trabajador, se encuentra en desamparo en términos sociales y económicos. El desafío para nuestra sociedad es mayor y nuestro objetivo común pasa por que puedan percibir, durante su retiro, que el sacrificio por sus familias y seres queridos ha merecido la pena.
Marta Acebo es Responsable de Comunicación de Aegon España