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La formación anticapitalista decidirá en asamblea si apoya a Mas

Principio de acuerdo de investidura de Junts pel Sí y la CUP

Junts pel sí y la Cup tenían hasta el próximo 10 de enero para alcanzar un acuerdo que permitiera la investidura de un presidente catalán. Si se llegaba a esta fecha sin un pacto, había que convocar nuevamente elecciones.

Finalmente, parece que no será necesario hacer otros comicios porque las formaciones independentistas, que llevan casi tres meses negociando, han sellado hoy una “propuesta de acuerdo” para “ensanchar la base social en favor de una república catalana”.

El texto, explicado hoy públicamente en el Parlamente por el diputado de Junts pel Sí Raül Romeva, incluye un “Gobierno de transición”, con una “presidencia coral” que repartirá los poderes entre cuatro personas y un “proceso soberanista, que se llevará a cabo con “seguridad jurídica”.

No obstante, la CUP aún debe avalar este preacuerdo en su Asamblea Nacional del próximo 27 de diciembre. Y será entonces cuando se sepa si la CUP acepta a Artur Mas para la citada presidencia coral.

En este punto, Romeva ha explicado que no había ningún cambio en cuanto al candidato a la presidencia de la Generalitat, que sigue siendo Artur Mas, e indicó que el documento también incluye un “proceso constituyente hacia una república catalana” que se debe hacer, ha dicho, con “seguridad jurídica”, además de un plan de choque social contra pobreza y desahucios.

El diputado de JxSí, que ha comparecido acompañado de los principales negociadores de la coalición, subrayó que políticamente lo que se investiría “no sería un presidente, sino una presidencia”, aunque admitió que desde el punto de vista legal no habría cambios y el Parlament elegiría un único presidente.

Así lo obliga el Estatut, que fija que sólo puede haber un presidente de la Generalitat con sus correspondientes prerrogativas que no se alterarían, aunque sin perjuicio de que todo esto se pueda cambiar en un eventual Estado catalán, que tendría su constitución.

Sin embargo, Romeva incidió en que Mas no sería un presidente de un gobierno “autonómico”, sino que lideraría junto con tres personas más –con toda probabilidad el mismo Romeva, Oriol Junqueras y Neus Munté– “una presidencia para la transición entre el estatus actual” y una “república catalana”.

Seguidamente se refirió al proceso independentista, asegurando que “se debe proceder con todas las garantías jurídicas”. Con ellas, la prioridad del futuro Gobierno catalán será constituir “estructuras de Estado” y nuevos marcos legales para la transición. Dicho esto, añadió que el proceso, “que debe ser escrupulosamente democrático” comenzó con los comicios del 27 de septiembre y terminará también en las urnas con unas “elecciones constituyentes” y un referendo para ratificar la futura Constitución catalana.

En cuanto al contenido de acción de gobierno, este preacuerdo recoge un plan de choque social, que tendrá un coste de unos 270 millones de euros para dependencia, salud, pobreza y evitar desahucios, fundamentalmente. Se trata de una cifra “cuantiosa pero asumible”, dijo Romeva.

En materia económica, señaló que se deja “en suspenso” el proyecto de BCN World. Aunque momentos después la vicepresidenta y portavoz del Govern, Neus Munté, prefirió no enterrar aún defintivamente dicha iniciativa. Asimismo se abrirá un “debate de fondo” sobre Aigües Ter Llobregat.

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