Rajoy gana, pero se enfrenta al peligro de la ingobernabilidad
La suma de PP y Ciudadanos se queda lejos de la mayoría El PSOE, segundo, necesitaría el apoyo de Podemos, IU y partidos nacionalistas para llegar a La Moncloa
Empieza una nueva era política. El Partido Popular ganó unas elecciones marcadas por el declive del bipartidismo, que sin embargo aguantó mejor de lo previsto el auge que registraron las nuevas formaciones, especialmente Podemos. El partido de Pablo Iglesias le ha arrebatado buena parte del espacio de la izquierda al PSOE. La aritmética parlamentaria jugará a partir de ahora un papel relevante y las negociaciones serán una constante de la próxima legislatura, siempre y cuando alguna formación gane la investidura. Y no resultará nada fácil. Los resultados son endiablados. La posibilidad de que el PP forme Gobierno resulta complicada y se abre la posibilidad por primera vez en democracia que gobierne una formación, el PSOE, que no ha sido la más votada.
Los socialistas rechazan la gran coalición con el Partido Popular y podrían gobernar con los peores resultados de su historia
El Partido Popular obtuvo 6,9 millones de votos, el 28,7% de los sufragios, que equivalen a 123 escaños. Es el ganador de las elecciones con el menor nivel de apoyo de toda la historia, lo que refleja que España entra en otro paradigma político. Por ejemplo, en 2011, la formación logró el 44,6% de los sufragios. El PP ha perdido casi la mitad de los apoyos. Por ello, las celebraciones en Génova fueron discretas ante la evidencia de que se abre una etapa complicada. En escaños, el PSOE fue la segunda fuerza, con 5,3 millones de votos y 90 representantes, Podemos alcanzó los 69 diputados y Ciudadanos se quedó por debajo de las expectativas con 40 escaños. Así, una de las alianzas para que Mariano Rajoy fuera reelegido, la formada por PP y Ciudadanos, no alcanza la mayoría absoluta. El líder de la formación naranja, Albert Rivera, viró el último día de campaña su discurso ante la pérdida de apoyos y se comprometió a abstenerse en la investidura de Rajoy ante la hipótesis de que el Partido Popular ganara las elecciones. Esta situación se ha producido, sin embargo, los populares precisan de más aliados en el Congreso. Y hay pocas formaciones que, a priori, estarían dispuestas a apoyar a Rajoy. Una alianza con los nacionalistas resulta imposible en el caso de los catalanes. El PNVes una opción a explorar y también Coalición Canaria.
En este contexto, aparece la posibilidad de un gran coalición, es decir, que el PSOE apoyara un Gobierno de Mariano Rajoy, una opción que el candidato socialista, Pedro Sánchez, descartó durante la campaña electoral en repetidas ocasiones y que ayer Ferraz también rechazó.
De hecho, el PSOE tiene la intención de buscar apoyos para que Sánchez gane la investidura y se convierta en el nuevo presidente del Gobierno. Sería la primera vez que el jefe del Ejecutivo no forma parte del partido más votado. Para que esta opción sea factible, Sánchez deberá negociar en primer lugar con Podemos, la formación de Pablo Iglesias logró el 22% de los votos y 69 escaños. De hecho, disputó la hegemonía de la izquierda al PSOE. La suma de ambas formaciones se encuentra lejos de la mayoría absoluta. Para ganar la investidura, los socialistas precisarían del apoyo expreso o de la abstención de otras formaciones. Con el 97,8% escrutado, la suma de PSOE y Podemos alcanza los 160 diputados, uno menos que el bloque formado por Partido Popular y Ciudadanos. Aunque, se llega al empate si se suman los dos representantes de IU al bloque de PSOE y Podemos.
Los socialistas lograron el 22% de los sufragios frente al 28,7% del ejercicio anterior. De hecho, son sus peores resultados de la historia. Y, sin embargo, tiene posibilidades de formar gobierno. En cualquier caso, se trataría de un Gobierno débil y que tendría muchas dificultades para sacar adelante sus políticas. Otro escenario plausible es el que ninguna formación logre ganar la investidura y se celebren nuevas elecciones.
El papel de los nacionalistas puede decantar la balanza hacia un lado o no dejar otra salida que la celebraciónde nuevas elecciones
En la previsible negociación entre PSOEy Podemos, el tema catalán jugará un papel importante. Iglesias, que irrumpe en el Congreso como tercera fuerza, ha señalado que cualquier alianza poselectoral pasará por la aceptación de celebrar un referéndum sobre la secesión en Cataluña, una posibilidad que Sánchez ha rechazado de forma rotunda antes y durante la campaña electoral.
El peso del nacionalismo catalán en el Congreso retrocede. La formación de Artur Mas, Democràcia i Llibertat logró 8 escaños. Esta formación sustituye a Convergència i Unió (CiU) que en los comicios anteriores lograron 16 representantes. Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) se ha beneficio del descalabro de los herederos de CiU y contará con 9 escaños en el Congreso frente a los 3 actuales. En cualquier caso, el nacionalismo catalán en su conjunto pierde dos escaños.
La ronda de negociaciones, al menos de manera informal, se iniciará previsiblemente ya esta semana y será el 13 de enero, pasadas las fiestas navideñas cuando se constituirá el Congreso. Al cierre de esta edición, el Partido Popular contaba con mayoría absoluta en el Senado, lo que todavía dificultaría más la gobernabilidad ante una hipotética alianza de izquierdas.