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El nuevo Gobierno elimina las restricciones en el mercado de divisas

Objetivo Macri: la repatriación del capital

Una joven ante una casa de cambio en el centro de Buenos Aires (Argentina).
Una joven ante una casa de cambio en el centro de Buenos Aires (Argentina).
Santiago Millán Alonso

Sacudida en la economía de Argentina. El Gobierno anunció el pasado miércoles el fin del cepo cambiario, un conjunto de restricciones impuestas por el Gobierno de Cristina Fernández en 2011, y que Mauricio Macri había prometido eliminar si llegaba a la presidencia. Con las nuevas normas, todos los argentinos podrán acceder a la compra de divisas extranjeras sin limitación en la cantidad y sin estar obligados a tener el visto bueno del Fisco.

El primer efecto fue el desplome del peso argentino superior al 40% al día siguiente, al pasar de una cotización de 9,8225 unidades por dólar a 13,95 unidades.

Objetivos

Ahora la cuestión que se plantea es saber cuáles son los objetivos del Gobierno de Macri. Fuentes del mercado argentino explican que el permiso de compra de dólares para los argentinos, tiene como objetivo la repatriación de capital así como la atracción de inversiones internacionales. En su opinión, una vez disuelta esa prohibición de comprar dólares, los argentinos con capital empezarán a convertir dólares en pesos y los dejarán en Argentina.

Estas fuentes indican que los ciudadanos argentinos que poseen dinero, lo tienen en su mayoría fuera del país porque lo han estado sacando durante los últimos años por las limitaciones que marcaba la ley y la incertidumbre.

Junto a la eliminación del cepo cambiario, el Gobierno aprobó otra medida de relevancia como la disminución de las tasas impositivas a las exportaciones de los productos del sector primario, que con la anterior administración se situaban en torno al 80%.

Competitividad

En las nuevas circunstancias, con una moneda “por los suelos”, la competitividad de la economía de Argentina va a aumentar, y la captación de divisa foránea se va a acelerar. “De nuevo veremos una conversión brutal de divisa foránea en pesos argentinos”, señalan estas fuentes. Argentina prevé captar entre 15.000 y 25.000 millones de dólares en el próximo mes para elevar sus reservas, incluyendo créditos de la banca internacional.

Ahora los inversores han empezado a tomar posiciones en este nuevo escenario económico. Otras fuentes del mercado señalan que inicialmente se va a producir un shock por especulación en mercado financiero de la Bolsa argentina y del peso argentino.

Ahora bien, en su opinión, habrá un rápido crecimiento de ambos en el medio plazo por dos factores. Por un lado, por el flujo de la demanda interna argentina debido a que en el país no existe el ahorro interno y la fuga de capitales durante 30 años fue masiva, una tendencia que ahora se puede revertir. Por otro, por el cambio claro en la tendencia de la balanza comercial de Argentina, y en particular de la balanza de pagos en general.

Las apuestas de estos inversores pasan por una clara apreciación del peso argentino a medio plazo. “La devaluación puede ser solo coyuntural aunque intensa en el corto plazo”, defienden.

Sectores

Por sectores, los inversores creen que en un principio van a tirar fuerte las constructoras gracias a los planes de obras públicas del nuevo Gobierno y las empresas vinculadas al sector primario, que verá como sus exportaciones se convierten en un mayor número de pesos con los nuevos tipos de cambio.

Las empresas de servicios como las telecos podrían tardar más tiempo en su recuperación, puesto que dependen más de la demanda interna. “Esto requiere un tiempo”, señalan fuentes del mercado, que apuestan por un crecimiento económico fuerte a medio plazo.

También la banca podría beneficiarse de la nueva situación. El pasado jueves, por ejemplo, las entidades financieras del país que cotizan en Wall Street registraron fuertes subidas. Desde principios de año, BBVA Francés acumula una revalorización de casi un 50%, por un 63% de Grupo Financiero Galicia. La entrada de capital en el país provocará un aumento del número de depósitos en pesos, unos productos financieros penalizados por los tipos de cambio anteriores.

Menor riesgo

El cambio de Gobierno parece provocar una sensación de menor riesgo. Y es que decisiones de la anterior administración pública argentina como la nacionalización de YPF en 2012, hasta entonces propiedad de la española Repsol, generó una gran incertidumbre entre las grandes empresas.

Clarificación de las reglas del juego

El cambio político en el país austral va a provocar un nuevo escenario en el mundo económico. Pablo Díez, economista argentino, cree que el movimiento de eliminación del cepo cambiario por parte del Gobierno de Mauricio Macri será positivo porque lleva el tipo de cambio del peso frente al dólar a donde tiene que ir realmente y no permanecer en una posición ficticia como sucedía antes. “El ciudadano de a pié no podía acudir al mercado oficial a comprar dólares, solo podía ir al mercado negro y pagar el precio que allí se establecía”, explica este experto, quien añade el mercado oficial con un tipo de cambio de nueve pesos por dólar solo era útil para la liquidación de exportaciones.

Con este movimiento, que ha provocado la devaluación del peso, el exportador se verá favorecido porque convertirá el dólar en mayor número de pesos, pero el importador será perjudicado inicialmente. A medio plazo, el mercado prevé una estabilización de la economía y un mayor control de la inflación.

Fuentes del mercado creen que se va a producir una clarificación de las reglas del juego y eso supone una mayor previsibilidad futura, dos factores claves para atraer a los inversores internacionales. “Argentina se verá como un país serio que no miente con los tipos de cambio”, señalan estas fuentes, que destacan que con la entrada de capitales se impulsará igualmente un progresivo aumento de la actividad económica y del propio consumo privado.

Sobre la firma

Santiago Millán Alonso
Es periodista de la sección de Empresas, especializado en Telecomunicaciones y Tecnología. Ha trabajado, a lo largo de su carrera, en medios de comunicación como El Economista, El Boletín y Cinco Días.

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