Desestacionalizar la llegada de visitantes a las costas
La próxima legislatura coincidirá con una recuperación de la economía europea y nacional, y con el crecimiento de los visitantes desde países asiáticos. Viajar es más que una moda y esa tendencia alcista no tiene visos de frenarse. El incremento de la llegada de turismo a España continuará, e irá ligada en buena parte a la evolución de la inestabilidad de los mercados competidores en el producto de sol y playa.
El principal reto de la industria turística nacional es lograr alargar la temporada estival más allá de los meses de verano en los destinos de la costa mediterránea y en las islas Baleares. Crucial se antoja la reconversión de algunos destinos maduros que amenazan con quedarse obsoletos y perder el interés de los viajeros.
Un lavado de cara que debe realizarse mediante la cooperación de las administraciones públicas con las empresas privadas y que debe ir encaminado a impulsar la calidad de la oferta. Desde las empresas se viene insistiendo en que es mejor apostar por menos visitantes, pero con mayor capacidad de gasto que buscar las cifras de llegadas récord impulsadas por los vuelos low cost. Las estadísticas vislumbran cómo el incremento de las cifras de llegada no se ha trasladado a los ingresos por visitante. Una tarea que es cosa de todos, administraciones y empresas privadas y que requiere la promoción internacional de la marca España y demostrar que es un destino con oferta cultural, gastronómica y de compras.
El futuro Gobierno debería afrontar varios desafíos para fomentar el desarrollo de la industria turística. El primero de ellos sería acometer, cuando sea preciso y sin perjudicar la recuperación económica y la reducción del déficit público, la bajada del IVA turístico. El tipo que aplica el sector es ahora del 10%, pese a que el PP prometió bajarlo del 8% al 4% –previamente Rodríguez Zapatero lo había elevado desde el 7%–. Los empresarios creen que su reducción ahora serviría para impulsar el atractivo de España frente a otros destinos competidores.
En el terreno autonómico, Cataluña fue la primera en promover una tasa turística y el nuevo Gobierno de Baleares ha seguido sus pasos. Es una competencia de las comunidades que podría, según las empresas, perjudicar al sector siempre y cuando no se destine el dinero recaudado a incentivar la promoción del sector. Desde algunos sectores, como el turismo de compras, se pide su puesta en marcha en ciudades como Madrid. Con una gran parte de los viajeros entrando al país a través de los aeropuertos, la estabilidad de las tasas aéreas prevista para los próximos cinco años a través del marco DORA es esencial, y evitará así conflictos como el vivido este año entre Aena y la CNMC. La primera se ha visto obligada a bajarlas un 1,9% para 2016, pese a que pretendía congelarlas.
La irrupción de la economía colaborativa en España no se ha visto reflejada en los programas de los partidos políticos. Si bien, en esta legislatura previsiblemente se continuarán creando normativas autonómicas que regulen el alquiler vacacional.
El último reto, pero quizá el más relevante, es la capacidad de fomentar la creación de empleo en el sector, que ya aporta un total de 2,4 millones de trabajadores.