La CE propone estrechar el control de los subsidios a las aerolíneas del Golfo
La Comisión Europea solicitó ayer permiso a los Gobiernos de la Unión Europea para negociar en su nombre acuerdos internacionales de aviación con varios países de Asia y Oriente Próximo, en particular, con los del golfo Pérsico (Emiratos Árabes Unidos, Catar, Baréin, Omán, Kuwait y Arabia Saudí).
Bruselas confía en que esos acuerdos sirvan para garantizar unos estándares muy exigentes en materia de seguridad, medioambiente, infraestructura, derechos laborales y ayudas de Estado. La Comisión intentará así atajar la competencia desleal que, según algunas aerolíneas europeas, están llevando a cabo compañías como Emirates o Qatar Airways.
La Comisión dispone desde 2004 de un reglamento que permite investigar y castigar las prácticas desleales de las compañías extracomunitarias (como percepción de subsidios, venta de billetes a precios predatorios, etcétera), pero Bruselas se ha mostrado hasta ahora impotente ante las presuntas infracciones.
La alemana Lufthansa y el aeropuerto de Fráncfort figuran entre los más perjudicados por la competencia de países árabes que se han erigido en escalas esenciales de la conexión aérea entre Europa y Asia.
Entre 2005 y 2015, según datos de la Comisión Europea, los seis países del Golfo han multiplicado por tres la capacidad de sus vuelos con los aeropuertos europeos, pasando de 12 millones de pasajes disponibles al año a 39 millones. Bruselas señala que el tráfico de pasajeros entre Europa y los países del Golfo ya supera a todo el tráfico con destino a China, India y Japón.
Las cifras
25 millones de pasajeros vuelan desde la UE a los países del Golfo, más que todo el tráfico aéreo a China, India y Japón.
39 millones de plazas han ofertado en 2015 las aerolíneas del Golfo en servicios con la UE, el triple que en 2005.
Inversión
Parte del sector considera que las líneas del Golfo han logrado esa espectacular expansión gracias al respaldo de los petrodólares de sus países de origen. Las grandes compañías estadounidenses, que también se han quejado ante Washington de competencia desleal, acusan a sus rivales del Golfo de haber recibido ayudas de Estado por valor de 42.000 millones de dólares durante la última década.
Bruselas tentará a los países del Golfo con mayores facilidades de inversión en el mercado de aviación europeo si aceptan someterse a estándares de control equiparables a los aplicados a la Unión Europea.
Las normas actuales impiden que los inversores extracomunitarios posean más del 49% de una aerolínea europea, cuyo control efectivo siempre debe estar en manos de propietarios europeos. Pero algunas compañías del Golfo, como Ethiad, o asiáticas, como Korean Air o la china HNCA, han elevado su participación en aerolíneas europeas hasta el punto de que Bruselas sospecha que podrían haberse hecho subrepticiamente con su control efectivo. La Comisión tiene abierta 15 investigaciones por ese motivo, aunque hasta ahora no ha llegado en ningún caso a una conclusión definitiva, entre otras cosas, porque parte del sector europeo necesita esa inversión extracomunitaria.
En juego, el creciente mercado asiático
La competencia presuntamente desleal de aerolíneas y aeropuertos subvencionados no sólo araña cuota de mercado europeo a las aerolíneas del Viejo Continente sino que les priva también de una parte del creciente mercado asiático. “Las proyecciones para los próximos 20 años indican que Asia será el próximo punto caliente (...) y que China superará a EE UU en 2023 y se convertirá en el mayor mercado aéreo del mundo”, señalan los documentos de trabajo que sirven de base a la estrategia sobre aviación aprobada ayer por la Comisión Europea.
El documento alerta sobre la creciente competencia de los aeropuertos del Golfo Pérsico en los vuelos entre Europa y Asia, en detrimento sobre todo de Fráncfort, París y Amsterdam. Bruselas señala que la conectividad de los aeropuertos europeos ha caído un 10% en los últimos 10 años mientras que ha aumentado en casi un 2.000% la de Abu Dhabi y Doha y en un 500% la de Dubai.
El traslado de los puntos de conexión fuera de la UE tiene impacto en términos de empleo. Bruselas recuerda que Emirates, por ejemplo, sólo tiene 1.400 empleados en la UE a pesar de que gestiona más de 400 rutas y 15,8 millones de pasajes. La aerolínea alemana Lufthansa, en cambio, tiene en la UE a 90.400 de sus 119.000 empleados.