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Tradicionales, antiguas o modernas, la cerveza reina en las tascas

Madrid es la caña

Casa Botín.
Casa Botín.

No es tan cosmopolita ni tan cool como Nueva York; tampoco tiene el empaque de Londres o el glamour de París, ni, afortunadamente, su clima, pero es una ciudad con mucho encanto, singular y con vida y movida propias que la han dado fama internacional. Pongamos que hablo de Madrid. Su energía tiene que ver mucho con el trajín que los madrileños, naturales o adoptados, aquí hay pocos distingos, se traen en sus calles. Ir de cañas, de bar en bar, con su correspondiente tapa es más que una tradición, casi una obligación. Con el puente de diciembre tan cerquita, Madrid es muy buena opción para recorrer algunos de los bares y tabernas más castizos o de moda y descubrir la historia de su entorno.

1. Cuando a mediados del siglo XIX Casimiro Mahou, de origen francés, llegó a la Villa y Corte con la intención de montar una cervecera, nada hacía presagiar que ese brebaje, elaborado con mimo y con los mejores granos de cebada en una pequeña fábrica de la calle Amaniel, se convertiría siglo y medio después en una multinacional y una marca icónica de Madrid.

2. ¿Se imaginan cómo era la capital hace 125 años –los que cumple Mahou–? Para celebrar su aniversario, la cervecera ha creado cuatro rutas turísticas para airear secretos de Madrid y de sus principales rincones cerveceros. Cada uno de los itinerarios, conducidos por guías profesionales y a bordo de las clásicas furgonetas de reparto, remozadas, que la compañía utilizaba en los cincuenta, le descubrirá los puntos clave de la gastronomía madrileña; el Madrid más moderno o deportivo o el de la movida, la cultura y el ocio (tres horas, desde 15 euros y hasta el 15 de diciembre; reservas en Mahou.es/repartomahou).

3. En un recorrido por el Madrid más castizo, y partiendo del centro cultural Conde Duque, podría hacer una primera parada en Drink Fino (Conde Duque, 14) una taberna de lo más trendy donde podrá degustar una caña checa de grifo o una Urthel de barril, o vinos acompañados de una tapa de temporada –déjese aconsejar–. Desde allí podemos descubrir el Palacio de Liria, residencia de la Casa de Alba y ubicado en el antiguo barrio de los Afligidos. La mansión, que atesora una gran colección de arte, es un edificio del siglo XVIII con más de 3.500 metros cuadrados y 200 estancias.Bombardeado durante la Guerra Civil, de él solo quedaron en pie cuatro paredes.

Palacio Real de Madrid.
Palacio Real de Madrid.

4. Cerca y a su espalda está la tradicional Taberna del Limón (Limón, 22), un clásico con cañas bien tiradas y conservas y embutidos de calidad para picar. Bajando por la calle Princesa, llegamos a la plaza de España. Allí nos topamos con el Edificio España, inaugurado en 1953. Con sus 117 metros de altura y sus 25 plantas, fue el rascacielos más alto del país. Una de esas construcciones colosales que se utilizaron como lavado de cara del franquismo y hoy un inmueble fantasma codiciado por inversores chinos.

5. Enfilando la calle de Bailén, descubrirá el imponente Palacio Real (entrada desde 11 euros) en la no menos impresionante plaza de Oriente. Levantado sobre el antiguo alcázar, es el más grande de Europa occidental y residencia oficial del Rey de España aunque está deshabitado. El último monarca que vivió allí fue Alfonso XIII. El edificio tiene 3.418 estancias.

6. Casi frente a él, haga una parada en El Anciano Rey de los Vinos (Bailén, 19). Una taberna de 1909 con azulejos y columnas labradas donde podrá acompañar su cerveza con su típico plato regalito de toro o, si lo prefiere, un vermú de grifo –también muy madrileño, aunque el fetén sea de Reus–. Desde allí las alternativas son muchas; si opta por la calle Mayor y aledaños, descubrirá el Madrid más antiguo y algunas de las tabernas, bares y restaurantes más famosos. No necesitará guía.

Espacio Mahou.
Espacio Mahou.

EL ARTE DE tirar bien una caña es fundamental para los amantes de la cerveza. Si está bien tirada, la reconocerá por su crema (la espuma, para los profanos), suave y compacta y de no más de 2 cm, que forma una tapa para que la cerveza conserve los aromas y no se oxide. Debe fijarse también en la nube, el carbónico (burbujas) acumulado bajo la crema que mantiene sabor y, por último, en los aros: la marca que va dejando la densidad de la crema alrededor del vaso en cada trago.

CATAS Y MARIDAJES están de moda. Sepa, por ejemplo, que las rubias, de baja fermentación y con menos del 5% de alcohol, suaves y frescas, son ideales como aperitivo con escabeches, mariscos y ensaladas; las tostadas ligeras armonizan con quesos, pasta y guisos de carne. Si se decanta por las de malta de trigo, afrutadas con aromas de especias, pruebe con verduras, ahumados y pescados azules. Estofados, barbacoas y caza van perfectos con cervezas de alta fermentación y mayor contenido alcohólico. Son cervezas para disfrutar con pausa, solas o con platos de sabor intenso. Atrévase a combinar la cerveza negra y las de alta fermentación con hamburguesas, costillas, barbacoas y chocolate.

IDA Y VUELTA. Escapada a Madrid para pasar cuatro días durante el puente de la Constitución, desde 347 euros. El precio incluye alojamiento en hotel de tres o cuatro estrellas, en régimen de media pensión, y billete de ida y vuelta en AVE desde la estación elegida, en Nautaliaviajes.com.

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