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La formación anticapitalista no apoyará la reelección

Mas pone su proyecto político en manos de la CUP

El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas.
El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas.EFE

El presidente en funciones de la Generalitat, Artur Mas, ha defendido en el debate de investidura que su formación, Junts pel Sí, está legitimada para llevar a cabo su programa y, por lo tanto, avanzar hacia la independencia de Cataluña. Mas, que no cuenta con suficientes apoyos para ser reelegido, inició su intervención con duras acusaciones y aseguró que "España es una pseudodemocracia que utiliza la Fiscalía, la Policía y los tribunales para abortar la voluntad popular".

El líder nacionalista señaló que es la primera vez que en el Parlamento de Cataluña existe una mayoría netamente independentista y defendió que los partidarios a la independencia obtuvieron casi la mitad de los votos y los unionistas no llegaron al 40% en las elecciones del 27S. La suma de Junts pel Sí y la CUP alcanzó el 47,7% de los votos y Ciudadanos, PSC y PP -los partidos que Mas sitúa en el 'no'- acumularon el 39,17% de los sufragios. En este cálculo queda fuera Cataluña sí que es pot, una formación que obtuvo el 8,9% de los votos y rechaza la independencia, aunque defiende la celebración de un referéndum.

Mas hizo su discuros en catalán, aunque cambió al castellano cuando aseguró que el Gobierno "trata a los demócratas como si fueran delincuentes". Y añadió: "¿Quién quiere vivir donde se persigue a quien pone las urnas". Recordó que él ja está en un proceso judicial por la celebración del referéndum del 9N y señaló que habrá más políticos independentistas "procesado". El presidente de la Generalitat hacia referencia a la resolución independentista aprobada esta mañana en el Parlamento catalán y que será recurrida por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. De hecho, el presidente del Gobierno sugirió ayer que recurrirá al artículo 155 de la Constitución, que contempla suspender la autonomía, si las autoridades autonómicas desobedecen el Alto Tribunal.

La primera votación de investidura se celebrará mañana y todo apunta que Mas no logrará ser reelegido. El presidente en funciones requiere de 68 votos y Junts pel Sí sólo tiene 62 representantes. La CUP, que cuenta con diez escaños y defiende la independencia, ha rechazado con insistencia facilitar la investidura de Mas. La formación anticapitalista se muestra dispuesta a pactar otro nombre con Junts pel Sí que, de momento, no se plantea negociar presidenciables alternativos. Mas no se dirigió de forma directa a la CUP, aunque avisó a la formación anticapitalista que, en el proceso independentista, “no sobra nadie”. También alertó de que el proceso independentista quedará encallado si no hay acuerdo para elegir el presidente de la Generalitat.

Mas articuló su discurso durante una hora y media y terminó con los aplausos entusiastas de Junts pel Sí y la impasibilidad de los diez diputados de la CUP. El presidente del Gobierno hizo guiños hacía la izquierda al indicar que la independencia de Cataluña servirá para fortalecer el Estado de bienestar, luchar contra la pobreza energética y elevar la ocupación.

Aumento de las pensiones

Mas defendió, como ya hizo durante la campaña electoral, que un hipotético Estado catalán sería más rico y tendría más recursos. Argumentó que Cataluña tiene menos paro que la media de España y sueldos más altos. En su opinión, ello permitiría que una Estado catalán gozara de pensiones más elevadas. En cualquier caso, a día de hoy, el sistema es deficitario, es decir, las cotizaciones sociales no son suficientes para cubrir el pago de pensiones.

El presidente en funciones de la Generalitat denunció el desequilibrio entre lo que aporta Cataluña al conjunto del sistema y lo que recibe. Defendió que el “injusto” modelo de financiación es el causante de los recortes. De hecho, aseguró que en una Cataluña independiente no se hubieran registrado tijeretazos en el gasto social y los empleados público no hubieran visto recortado su sueldo.

El líder nacionalista aseguró que los objetivos de déficit fijados por Hacienda han supuesto un corsé para las políticas sociales. Cataluña, que se financia a través de los mecanismos de liquidez aprobados por el Estado, ha incumplido de forma reiterada los objetivos de estabilidad. De hecho, se da por descontado que este año la Generalitat volverá a registrar números rojos por encima del límite que impone Hacienda.

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