Comsa inicia contactos para refinanciar 900 millones de deuda
El octavo grupo español de infraestructuras por cifra de negocio, Comsa Emte, ha iniciado la ronda de contactos con sus bancos para refinanciar un crédito sindicado de 930 millones, que representa el grueso de su deuda. De momento se trata de preparar el terreno de unas negociaciones que tomarán cuerpo con el cambio de año y de las que la empresa pretende salir relanzada, incluso con nuevo enfoque.
Comsa trata de adelantarse al vencimiento, a finales de 2016, de un préstamo que tiene a Santander, CaixaBank, Sabadell, BBVA, Popular y Catalunya Caixa, como entidades principales. El resto de participantes en esta financiación son Bankinter, BPI, Nova Galicia Banc, Unicaja, Deutsche Bank y BNP.
Comsa comprometió con este grupo de acreedores un plan de desinversiones en el que va a profundizar en los próximos meses, según fuentes de toda solvencia, con la puesta en el mercado de distintas concesiones y negocios del área de Medio Ambiente. Hasta ahora, ha vendido el 25% de Comsa Rail Transport a la francesa SNCF; soltó su participación del 25% en el hotel Vela Barcelona, yse ha desprendido de concesiones en el Metro Ligero Oeste de Madrid y Línea 9 de metro de Barcelona. Estas desinversiones superan los 200 millones.
Es más que previsible que el nuevo tira y afloja con los bancos suponga un nuevo viraje para Comsa, como sería una revisión estratégica del actual plan de negocio –vigente hasta finales de 2017– de la que saldría enfocada, según las fuentes consultadas, hacia su especialidad como constructora de infraestructuras ferroviarias. Además, la compañía que preside Jorge Miarnau trabaja para ganar posiciones en sus mercados estratégicos y espera mejorar los márgenes de explotación en España en cuanto se dé una mínima reactivación de la obra civil.
La anterior reestructuración de deuda, que fue la primera de gran volumen acometida por la constructora, también llevó implícita una ampliación de capital por 40 millones.
Comsa Emte resulta de la integración en 2009 de la constructora Comsa, controlada por la familia Miarnau, con el grupo industrial Emte, de los Sumarroca. En el proceso, el capital del grupo resultante quedó dividido en un 70% para los Miarnau y un 30% para los Sumarroca. De estos últimos, el mayor de los hermanos, Carles, fue vicepresidente del grupo hasta finales del año pasado, cuando abandonó la primera línea de gestión coincidiendo con investigaciones en el marco del caso de Jordi Pujol Ferrusola. De hecho, la policía entró ayer en el domicilio de Sumarroca en busca de documentación relacionada con el pago de comisiones en Cataluña. Desde Comsa se señaló ayer que la empresa está totalmente al margen de las pesquisas policiales.
El grupo cerró 2014 con 8.000 empleados y 1.364 millones de facturación, lo que supuso una caída del 8% respecto a 2013 (facturaba 2.160 millones en 2011). La previsión de ventas para 2015 ronda los 1.400 millones. Su actividad internacional, con presencia en una veintena de países, se acercaba al 50% de los ingresos el año pasado y sus áreas fuertes son Latinoamérica (principalmente México, Brasil y Argentina) y Europa del Este (Polonia, Rumanía y Lituania).