Cómo y cuándo un emprendedor debe franquiciar su negocio
La diferenciación y la experiencia son los cimientos de las franquicias de éxito. En España, la franquicia juega un papel válido en la inversión y en el autoempleo.
Las franquicias son un modelo de negocio cada vez más atractivo para los emprendedores. La puesta en marcha de un proyecto empresarial ya afianzado en el mercado y con garantías de éxito, se presta interesante para apostar por la inversión y reducir el desempleo. Un ejemplo de franquicia de éxito es Carlin, empresa dedicada a la venta de material de oficina, papelería, consumibles y regalos, con más de 25 años de experiencia. Repasamos junto al director general de Carlin, José Hernández, las oportunidades que ofrecen los negocios franquiciados.
¿Qué consejos daría a alguien que quiera franquiciar su negocio?
Que analice fallos y ventajas para solucionar unos y aprovechar con mayor rendimiento las otras, antes de ofrecer el negocio a terceros. Uno debe preguntarse: ¿qué puedo aportar a los potenciales franquiciados? No solo hay que tener imagen; hay que demostrar que se trata de un negocio que funciona, en el que los números cuadran. Un proyecto que lleva ya más de 26 años en el mercado, y esto aporta muchas certezas y garantías de éxito. Está claro que hay firmas, marcas, caso de Carlin, que tienen un grado de penetración y notoriedad alto, y esto es un gran aval para el franquiciado.
En qué punto debe un emprendedor dar el paso para franquiciar su negocio (punto de equilibrio, encontrar financiación...)
Como decía antes, es esencial que el negocio esté ya experimentado y tenga buenos cimientos. Es fundamental también poder ofrecer algo que le caracterice frente al resto de posibilidades en el mercado. Ser franquiciador es una gran responsabilidad. Cualquiera que decida franquiciar ha de tener una experiencia contrastada en el mercado, y transmitir su saber hacer luego a terceros, pero habiendo experimentado el negocio previamente. Por eso Carlin es fiable: por tener un modelo de negocio probado durante décadas. Franquiciar es algo que no se puede improvisar.
¿Cuáles son los próximos pasos en la estrategia de Carlin?
Afianzar la estructura actual de franquicias que tenemos y buscar perfiles idóneos para comenzar nuestra expansión en Latinoamérica, con suficiente capacidad para crear en aquel lugar la infraestructura necesaria. En España estamos creciendo a un ritmo sostenido y queremos avanzar sobre todo en aquellos territorios donde contamos con menos presencia.
Carlin es una empresa familiar, ¿qué es para usted una empresa familiar?
La empresa en la que sin existir necesariamente vínculo de sangre, los miembros que la conforman se sienten como una familia. En nuestro caso, cubrimos ambos aspectos. En Carlin tenemos unos valores y unos principios muy arraigados. Con un compromiso elevado hacia nuestros trabajadores, franquiciados y proveedores. Todos son parte de nuestro éxito y buscamos cuidar cada una de estas facetas con esmero.
¿Qué medidas a nivel legal serían necesarias para impulsar a las empresas familiares y para favorecer, en general, el crecimiento de las pymes?
Quizás el tema del derecho al cobro de la prestación por desempleo tras ser contratado por un familiar (vivan o no en la misma unidad familiar)..., o descuentos en los seguros sociales al contratar a otro miembro de la misma familia. Hay otro tema de fondo que es la cultura empresarial. Hace falta potenciar la iniciativa emprendedora aún más en nuestro país. España necesita más empresarios para reducir sus tasas de paro. Y el autoempleo es una buena solución para muchas personas. Aquí la franquicia ocupa un espacio muy válido para la inversión y el autoempleo. Sobre todo, aporta certezas a quienes deseen emprender minimizando los riesgos. Carlin, por ejemplo, es una buena alternativa, dado que trabajamos en un sector que lleva décadas con mucha estabilidad. Reducir los costes en la contratación y generar nuevas vías para la financiación son dos aspectos sobre los que habría que dar más pasos en nuestro país.