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La experiencia de Incatema e Ingeotrans

Luces y sombras para las ingenierías españolas en República Dominicana

Las empresas presentes en la isla se quejan de la lentitud de las Administraciones, los bancos y las aduanas. Incatema terminó la construcción de un mercado minorista hace dos años, pero aún espera su inauguración.

Avenida del Puerto, en Santo Domingo.
Avenida del Puerto, en Santo Domingo.Pablo Monge (Cinco Días)

Desde que Agroman levantase en la segunda mitad de los noventa la presa de Monción, ganadora del Premio Internacional Puente de Alcántara, la presencia de constructoras españolas en República Dominicana ha prácticamente desaparecido.

Los principales proyectos de infraestructura están en manos de dos grandes grupos brasileños, Odebrecht, que está construyendo la central termoeléctrica de Punta Catalina y dos carreteras, y Andrade Gutierrez, que está ejecutando la presa de Monte Grande con un coste de 354 millones de dólares.

Lo que sí hay es actividad de ingenierías españolas, como Incatema e Ingeotrans, que compartieron la experiencia de sus filiales en el país durante el foro Invertir en República Dominicana, organizado por Casa de América y el IE Business School.

Los representantes de las dos empresas coincidieron en que, en general, la experiencia de sus filiales ha sido buena, aunque se han topado con una Administración lenta y a menudo ineficaz.

Incatema es una consultora que diseña, construye y opera infraestructuras agropecuarias, pesqueras, acuícolas y de saneamiento. La compañía, presente en más de 20 países, principalmente de África y el Caribe, entró en República Dominicana en 2002 con la adjudicación de un contrato para la construcción del mercado mayorista de Santo Domingo.

En los años siguientes ha ganado otros proyectos, incluyendo la construcción de la estación depuradora de aguas residuales del contaminado río Ozama, el mercado minorista de Cristo Rey y el diseño de un plan de desarrollo turístico para La Romana, provincia ubicada en el este de la isla.

Joaquín Quiñonero, director general de Incatema América, comentó que en términos generales, la experiencia de la consultora en el país ha sido satisfactoria, sin embargo, ha tenido “luces y sombras”. Entre estas últimas, señaló los “dilatados tiempos administrativos” que con frecuencia llegan a ser “desesperantes”.

“Desde que terminamos la construcción de Merca Santo Domingo hasta que se inauguró pasaron casi 10 años”, precisó Quiñonero. “Hace dos años terminamos la construcción del mercado minorista de Cristo Rey, pero lamentablemente todavía no se ha puesto en marcha por la incapacidad de la municipalidad de Santo Domingo”, añadió.

Joaquín Quiñonero, director general de Incatema América.
Joaquín Quiñonero, director general de Incatema América.

Al igual que Merca Santo Domingo, el de Cristo Rey forma parte de la Red Nacional Alimentaria (RENA) creada por el Gobierno en 2013 para convertir los mataderos y mercados públicos en modernos centros de acopio donde los agricultores puedan vender sus productos con menores costes y los consumidores puedan comprar alimentos frescos a precios razonables, todo en un ambiente limpio, ordenado y seguro.

Construido con una inversión de 15 millones de euros, Cristo Rey posee cuatro cámaras frigoríficas, una sala de despiece de carne, ascensores, montacargas, entre otras infraestructuras.

Pero los alrededores del mercado están ocupados por cientos de vendedores ambulantes que invaden la vía pública y dejan cúmulos de basura. Además, las cañerías que drenan el agua de lluvia están colapsadas, por lo que los aniegos en la zona son frecuentes. Hasta ahora el municipio no ha conseguido reubicar a estos comerciantes, paso previo para limpiar la red de alcantarillado, lo que según la prensa local, impide la inauguración del centro de abastos.

Después de finalizadas las obras del mercado en 2011, Incatema ganó una licitación pública para la construcción de otro establecimiento minorista, pero el concurso se declaró nulo luego de que uno de los postores impugnara la adjudicación. “Presentamos un recurso y estamos a la espera del fallo. Llevamos más de un año esperando que se resuelva este problema en la vía contencioso-administrativa”, indicó.

Ingeotrans, ingeniería española que presta asistencia técnica a las constructoras que están ampliando el metro de Santo Domingo, ha vivido una experiencia similar a la de Incatema. “Al final los proyectos salen adelante, pero normalmente tienes que dedicar muchas horas a temas burocráticos”, comentó Ildefonso de Matías, presidente de la compañía. “Aquí tú llegas al banco, hablas con el director y en 10 minutos tienes resuelto el problema. Allá eso es imposible”, precisó.

Según el Doing Business del Banco Mundial, para abrir una empresa en República Dominicana se requieren siete trámites que toman entre 20 días en la capital y 25 días en Higüey, por encima de la media de entre 5 y 13 en Centroamérica. En Panamá, el país de la región que más ha progresado en este aspecto, constituir una empresa requiere tan solo 5 trámites, que tardan 6 días.

El metro de Santo Domingo, una obra polémica

La experiencia de Ildefonso de Matías en el país comenzó en 2005 cuando el Gobierno dominicano consultó a Metro de Madrid, donde se desempeñaba como gerente, si era viable construir un suburbano en Santo Domingo. La primera línea, de 15 kilómetros, se inauguró en enero de 2009, y la segunda, de 13 kilómetros, en abril de 2013.

La obra se construyó en tiempo récord (40 meses) con una inversión de 50 millones de dólares por kilómetro de vía, muy por debajo de la media a nivel mundial que es de 120 millones. El metro madrileño, que asesoró el proyecto, ampliaba en ese momento sus líneas con una inversión de 70 millones de dólares por kilómetro.

Ildefonso de Matías, presidente de Ingeotrans.
Ildefonso de Matías, presidente de Ingeotrans.

“El metro de Santo Domingo es una referencia a nivel mundial por el precio al que se construyó y el tiempo en que se ejecutó: menos de cuatro años”, destacó De Matías, cuya empresa colabora con el organismo responsable del suburbano en la operación y mantenimiento de la red y el desarrollo del Plan Maestro de Movilidad de la capital.

El ingeniero resaltó que el proyecto, ejecutado por constructoras dominicanas, demostró al Banco Mundial y a la Corporación Andina de Fomento (CAF) que en América Latina “se pueden hacer líneas de transporte baratas en un tiempo relativamente corto, por lo que ha repercutido en los costes y plazos del metro de Panamá y Santiago de Chile y en proyectos en Argentina.

“Hemos aprendido mucho de ellos. Por eso, hay que ir con humildad porque siempre se puede aprender”, recalcó.

Sin embargo, el proyecto también ha recibido críticas por su escasa rentabilidad. Los detractores de la obra sostienen que las dos líneas en operación costaron oficialmente 1.450 millones de euros, pero solo son usadas por 81.696 personas al día, el 2% de la población del distrito nacional y la provincia de Santo Domingo.

En 2012, la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret) informó que en los tres primeros años de funcionamiento de la línea 1, el Gobierno subsidió a los viajeros con 1.600 millones de pesos (31 millones de euros) a razón de 45 céntimos de euro por billete.

Actualmente, la línea 2 está siendo ampliada con una inversión adicional de 830 millones de dólares (729 millones de euros), monto que incluye la reubicación de familias y la construcción de un puente atirantado sobre el río Ozama a fin de conectar el este con el oeste de la ciudad.

Diferencias culturales y costes logísticos

Ildefonso de Matías, presidente de Ingeotrans, sostuvo que los empresarios españoles interesadas en hacer negocios en el país deben tener en cuenta las diferencias culturales, cuya manifestación más clara es la forma de hablar. “Nuestro lenguaje es muy directo y parecemos ásperos. No es mejor ni peor, simplemente los usos y costumbres no son los mismos. Hay que tener paciencia y prudencia y hacer un esfuerzo por entender a los dominicanos”, afirmó.

Joaquín Quiñonero, director general de Incatema América, aseguró que establecerse en el país no es más caro que en otros y es fácil encontrar mano de obra muy cualificada. Por el contrario, sostuvo que la logística y el trabajo de las aduanas es “manifiestamente mejorable”, puesto que toma mucho tiempo mover la mercancía. Además, recomendó contar con un buen equipo de abogados y contables, ya que pueden afrontarse demandas laborales “injustificadas y absurdas”.

Los empresarios lamentaron también que salvo Sabadell, que tras la venta de su participación en el BHD mantiene una oficina de representación en Santo Domingo, ningún banco español opera en la isla.

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