Más control y mayor recaudación
La estrategia de la Agencia Tributaria para aumentar la recaudación y atajar el fraude tiene en la tecnología a uno de sus grandes aliados. Desde que a principios de año Hacienda puso en marcha una plataforma digital denominada FACe para que las Administraciones públicas saldaran sus deudas con los proveedores, se han tramitado más de cinco millones de facturas y se ha extremado el control sobre los plazos de pago. Ahora, el ministerio que dirige Cristóbal Montoro ultima un reglamento que regulará el desarrollo de otra plataforma que posibilitará el pago del IVA a través de la red a partir del 1 de enero de 2017.
El sistema, denominado Suministro Inmediato de Información (SII), funcionará de forma similar al borrador del IRPF y permitirá a la Agencia Tributaria tener un conocimiento inmediato de las transacciones, y advertir así cualquier irregularidad en el cumplimiento de las obligaciones tributarias. En su primera fase, el pago electrónico será obligatorio para unas 62.000 empresas, que en términos de IVA integran el 80% de la facturación. El resto podrán utilizarlo de forma voluntaria y darse de baja, si lo desean, al final de cada ejercicio.
El proyecto de digitalizar el pago del IVA llega tras el fracaso del sistema de caja –la posibilidad de que las empresas ingresen el montante del impuesto al cobrar la factura y no en el momento de emitirla– que el Gobierno puso en marcha a principios de 2014 para ayudar a las pymes y autónomos en sus acuciantes problemas de liquidez. Pese a que Hacienda cifró inicialmente en 1,3 millones los potenciales beneficiarios de la iniciativa, solo lo han utilizado algo más de 21.000. Sin embargo, el precedente de éxito de la plataforma de pago de las Administraciones públicas y, especialmente, los buenos resultados que ha proporcionado el borrador de IRPF hacen prever que el pago electrónico del IVA suponga un paso adelante en términos de eficiencia y de rigor.
Todo apunta a que la informatización del pago del impuesto elevará una recaudación que en 2014 alcanzó los 56.166 millones de euros, lo que equivale al 5,31% del PIB y constituye el tercer mejor dato de la serie histórica, solo superado por dos ejercicios, 2005 y 2006, ambos anteriores a la crisis. Pese a ello, el gran reto de Hacienda en este ámbito es hacer aflorar el fraude relacionado con la economía sumergida, un desafío especialmente importante en una economía como la española, obligada a cumplir con unos exigentes objetivos de consolidación fiscal. La mejora en la recaudación del IVA durante el último año constituye una prueba no solo de la eficiencia de la Agencia Tributaria en sus labores de control, sino también del creciente ritmo de recuperación de la actividad en España.