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Equivalen ya al 40% de ingresos puramente bancarios

Las comisiones, vitales para las cuentas de los bancos

Peso de las comisiones en las cuentas de la banca
Alejandro Meraviglia
Juande Portillo

Las comisiones cero, una de las estrategias comerciales más extendidas entre la banca española, tocan a su fin. Al menos como práctica generalizada, y siempre con la excepción de los clientes más vinculados de cada entidad, a los que estas siguen perdonando el grueso de costes de los servicios que les prestan porque la rentabilidad que obtienen con ellos por otras vías lo compensa con creces.

En un entorno de tipos bajos y con el negocio crediticio sin terminar de despegar, sin embargo, la banca ha replanteado sus campañas comerciales y trabaja en explicar al grueso de su clientela que los servicios que les prestan tienen un coste que se les va a traspasar. Las comisiones, después de todo, aumenta año a año y suponen el equivalente a un 40% de los ingresos por el negocio puramente bancario.

El fin de las comisiones cero lo adelantaba ya hace unos meses propio subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy. “Parece razonable esperar que la política de comisiones cero vaya perdiendo implantación y que la competencia para la captación de pasivo tradicional se traslade en parte al negocio de prestación de servicios transaccionales”, sostuvo Restoy en una conferencia ante el Círculo Financiero, celebrada en La Caixa.

Restoy adelantaba entonces que el actual entorno económico podía “suponer cambios pronunciados en el negocio bancario”. “Dado el limitado margen disponible para la reducción de la retribución del pasivo, los bajos tipos de interés tienden a lastrar el margen financiero”, exponía, desarrollando que “cada vez resultará más complicado” compensar los costes de la prestación de servicios a la clientela a partir del margen obtenido entre el rendimiento de los activos y el coste del pasivo”. “Los bancos españoles deben ajustar las estrategias de negocio al nuevo entorno”, sentenció.

Cambio de estrategia

Y así lo está haciendo el sector financiero. “Muchas entidades han hecho gala de una estrategia de no comisiones durante mucho tiempo”, subraya Esteban Sánchez, socio-director del área de Banca y Seguros de Analistas Financieros Internacionales (AFI). “Hace muchos años, Banco Santander lanzó una ofensiva comercial de cero comisiones que siguieron otras muchas entidades y algunas más que, sin publicitarlo, siempre han tenido una política de comisiones bajas”, relata Sánchez, coincidiendo en esos tiempos han terminado.

El ejemplo claro lo ofrece el propio Banco Santander, cuya actual estrategia comercial se basa en la “Cuenta 1,2,3” que como principal característica ofrece una remuneración de hasta el 3%_para saldos de 15.000 euros pero que, sin embargo, no está exenta de comisiones. Todos los clientes de esta cuenta afrontan el pago de una comisión de mantenimiento de tres euros mensuales.

Un hecho que los propios comerciales del banco resaltan al ofrecer la cuenta como una barrera de entrada natural para propiciar que solo la contraten los clientes que realmente aprovecharán las ventajas de la cuenta, aquellos que obtendrán una remuneración que supere con creces la comisión fija. Además, por obtener la tarjeta de crédito Mundo 1,2,3, el cliente debe pagar tres euros adicionales al mes lo que eleva a 72 euros anuales el cargo en comisiones asociado a la cuenta.

“Para la banca las comisiones han cobrado una importancia enorme como estrategia comercial”, aduce Miguel Ángel Bernal Alonso, coordinador del departamento de investigación del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).

“Los saldos de crédito siguen siendo negativos y la banca tiene dificultades para ganar dinero prestando. ¿Cuál es la alternativa? Lo acabamos de ver. Cobrar dos euros por el uso de sus cajeros”, añade, en relación a la reciente batalla de comisiones del sector, que ha obligado a intervenir al Gobierno para garantizar que las entidades no aplican dos comisiones a la clientela por la retirada de efectivo en estos terminales.

Incluso Banco Popular, que acaba de lanzar la estrategia “Tenemos un Plan”, con la ausencia de comisiones como uno de sus principales ganchos comerciales, solo exime a todos los colectivos beneficiarios del pago de la cuota por administración y mantenimiento de la cuenta, pero sigue aplicando hasta 23 comisones más por distintos servicios en función del perfil y la vinculación del cliente.

Más allá de estas iniciativas, y aunque la mayoría de entidades mantiene vigentes cuentas sin comisiones a cambio de una importante vinculación, el sector en bloque se ha lanzado a “vender productos con más comisión, como está pasando con los fondos”, destacan desde el IEB. La caída de los tipos de interés a mínimos históricos ha barrido el atractivo de los depósitos, empujando a muchos de los ahorradores tradicionales a asumir algo más de riesgo para aspirar a lograr cierta rentabilidad. La banca no ha tardado en reforzar su escaparate de fondos, propios y ajenos, a fin de responder a un apetito que se ha convertido en una importante fuente de ingresos este año.

Labor pedagógica

“El elemento que más está aportando comisiones son los productos fuera de balance, fondos de interés, de pensiones, seguros de vida, etc. Pero son productos. No es un servicio”, advierten desde AFI, donde asumen que “es complicado revertir años de políticas de comisiones bajas”, que la clientela tiene interiorizadas, lo que “hace difícil cobrar comisiones por el mantenimiento de una cuenta, por transferencias o tarjetas”, las que se cobran por los servicios más básicos y habituales.

“La polémica que ha levantado el cobro por el uso de cajeros automáticos ha sido positiva para el sector porque pone de relieve que las comisiones se cobran por un servicio”, sostiene el directivo de una entidad española. “La gente asume que tiene derecho a que las cosas les salgan gratis, pero a veces no está demás recordar que esto es un negocio, que alguien ha invertido en poner esos cajeros y que es normal que cobre por ellos”, continúa este directivo, admitiendo que el cambio estratégico que vive la banca estos días requiere también de ciertas dosis de pedagogía con una clientela acostumbrada a no pagar por servicios básicos.

Un peso creciente

Pese a esta resistencia, los datos indican que el volumen de comisiones que cobra la banca están creciendo y que su importancia es cada vez mayor a la hora de soportar las cuentas del sector financiero. Así, en el primer semestre del año, las 10 principales entidades del país ingresaron un total de 4.633 millones de euros en comisiones bancarias.

La cifra supone un incremento del 4,6% respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, el dato más relevante es probablemente que las comisiones percibidas por la banca equivalen ya al 40% del margen de intereses logrado por el sector, que es aquel que mide los ingresos por su negocio típicamente bancario. Dentro de la cuenta de resultados, las comisiones forman parte del margen bruto o conjunto de ingresos de la banca, en el que tienen un peso del 22%.

En este termómetro, Kutxabank se revela como la entidad que más se ha apoyado en las comisiones durante el arranque del año, pues suponen un 58% de lo que suma su margen de intereses tras crecer un 6,6% en el año.

Le sigue Unicaja, donde las comisiones suponen un 55,9% de los ingresos por el negocio bancario tras incrementarse un 36% en el año.Hay que tener en cuenta, sin embargo, que semejante incremento, el mayor registrado entre las entidades analizadas, tiene mucho que ver con la absorción efectiva de Banco Ceiss dentro del grupo malagueño. Salvando esta excepción, los mayores aumentos en el volumen de comisiones ingresadas durante el primer semestre del año corresponden a BBVA y CaixaBank, en ambos casos con aumentos cercanos al 10,5% respecto al mismo periodo del año anterior.

Por el lado contrario, destaca Banco Popular, para quien las comisiones bancarias apenas suponen un 26% del margen de intereses. La cuantía ingresada por esta vía, además, ha descendido un 14,8% respecto al primer semestre de 2014, lo que supone el mayor retroceso en el sector.

De hecho, de entre las 10 entidades analizadas, solo Banco Santander experimenta también una caída en el cobro de comisiones, en su caso de solo el 5,6%, en lo que se refiere a su negocio en España. La entidad que preside Ana Patricia Botín, sin embargo, se encuentra alineada con la media del sector y el peso de las comisiones frente a sus ingresos puramente bancarios supone un 38% del total.

Desde Analistas Financieros Internacionales advierten, sin embargo, que el peso que han cobrado las comisiones en la cuenta de resultados de la banca no responde solo a su subida, sino a la propia caída del margen de intereses en los últimos años.

Hacia otro modelo

La percepción general de los expertos consultados es, sin embargo, que aunque las comisiones vuelven, no lo hacen para quedarse. No al menos con el protagonismo que están adquiriendo actualmente, que volverá a diluirse previsiblemente en los próximos años una vez que los tipos de interés vuelvan a subir, el negocio crediticio se fortalezca y la banca avance en su apuesta por la digitalización.

“Las comisiones que cobra la banca por internet son mucho más bajas que las que cobra la misma entidad en la oficina. Es una tendencia que se irá consolidando, porque la banca seguirá cerrando oficinas y cajeros”, observan desde el Instituto de Estudios Bursátiles, donde avanzan que “ya se habla de un nuevo proceso de concentración, con nuevas fusiones o absorciones entre entidades, y luego habrá un proceso de sustitución de la banca física por la digital”.

Así, la banca tradicional incentiva el uso de los canales multimedia ofreciendo condiciones específicas a través de estos y reduciendo costes para el cliente, como este los rebaja para la entidad al ordenar una transferencia por internet, en lugar de hacer cola en una sucursal.

Pero ni siquiera se trata de esperar a la progresiva adaptación de las entidades clásicas a la revolución de la banca digital. “Ya hay competidores con modelos más ligeros de costes, como ING, que también por su juventud y por la intensidad del uso de la tecnología hacen de las no comisiones un elemento de competencia clave”, arguye el responsable del área de banca y seguros de AFI.

Lo que está claro, por tanto, es que las comisiones por servicio que aplica la banca han vuelto a cobrar fuerza como fuente de ingresos fundamental al menos mientras vuelve a despegar el negocio bancario, lo que vuelve a ponerlas sobre la mesa como elemento diferenciador de sus ofertas y como palanca comercial.

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