Sareb pone a la venta 150 solares para inversores y promotores
El banco malo inicia una campaña para vender suelos residenciales, para uso comercial, hotelero, industrial o de oficinas dirigido a grandes inversores o promotores inmobiliarios.
Sareb saca punta a su artillería comercial para afrontar el último trimestre del año, tradicionalmente el más activo del año en el mercado inmobiliario, pero que promete ser uno de los más complejos que aborda el llamado banco malo desde su creación.
Será en estos tres meses cuando la sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria deba comenzar a aplicar la nueva normativa contable aprobada por el Banco de España.
Esta le obliga a retasar el 50% de toda su cartera, unos 250.000 inmubles, antes de final de año para apuntar contra sus cuentas el impacto resultante de comparar las plusvalías y minusvalías de su cartera.
El ejercicio promete sumir en pérdidas a la sociedad por tercer año consecutivo, un golpe que la sociedad tratará de paliar en la medida de lo posible con nuevas iniciativas comerciales. La última, anunciada este martes, es el lanzamiento de una campaña de venta de 150 suelos dirigidos a grandes inversores y promotores inmobiliarios.
En total, la cartera suma 1,5 millones de metros cuadrados en solares repartidos por Andalucía, Comunidad Valenciana, Cataluña y Madrid. El conjunto permitirá edificar en estas zonas 250.000 metros cuadrados de oficinas o naves industriales.
“Sareb ha detectado que hay demanda de suelo finalista en distintos puntos de la geografía española donde tiene activos, por lo que creemos que es el momento apropiado para lanzar esta campaña”, explica en una nota de prensa Alfredo Guitart, director general de negocio de Sareb.
“Nuestro enorme portfolio nos permite segmentar tanto geográficamente como por producto para poder obtener el mejor rendimiento de los activos que tenemos bajo gestión”, añade.
La comercialización de estos suelos Sareb estará a cargo de Altamira, Haya, Servihabitat y Solvia, las cuatro plataformas inmobiliarias –o servicers en el argot- que el banco malo ha contratado para externalizar su actividad comercial.