La Administración triplica los periodos legales de pago a autónomos
En estos momentos abonan las facturas en 83 días cuando la ley establece un plazo de 30 días
Pese a que las administraciones públicas han reducido el periodo de pago a los autónomos, el tiempo de espera para cobrar las facturas continúa siendo demasiado alto. En septiembre se situó en los 83 días cuando la ley establece un periodo máximo de 30 días, como recoge el Observatorio del Trabajo Autónomo que realiza la Federación de Asociaciones de Autónomos (ATA) entre los trabajadores por cuenta propia.
Pero el incumplimiento de los plazos en el pago de las facturas a autónomos no es algo sólo exclusivo de las administraciones públicas, ya que las empresas del sector privado tampoco cumplen con los periodos de pago que marca la normativa. El límite es de 60 días, pero se queda corto al alcanzar ya los 85 días de morosidad.
A diferencia de los organismos públicos, que han ido reduciendo el periodo de pagos, durante el último año el sector privado lo ha aumentado al pasar de los 81 días de septiembre de 2014 a los 85 de este año.
Las administraciones más morosas
Las comunidades autónomas que más tiempo tardan en abonar las facturas a los autónomos son Extremadura, con 132 días; Aragón, con 126 días, e Islas Baleares y Cataluña, con 100. La media nacional se sitúa en estos momentos en los 83 días, siendo rebasados por Comunidad Valenciana, Andalucía, Murcia y Comunidad de Madrid, todos ellos por encima de los 90 días de pago.
En el otro lado de la balanza se encuentran La Rioja, con 48 días de media, País Vasco y Navarra, con 49 y 51 días, respectivamente.
No detener la economía por las elecciones
Pese a las mejoras, el presidente de ATA, Lorenzo Amor, entiende que el problema continúa estando presente. Además, recuerda que como ya pasó en anteriores citas electorales, se acaban incrementando los tiempos de demora en los pagos a los trabajadores autónomos, por lo que reclama que no se detenga la economía y se castigue con ello a estos profesionales. Alargar tanto el pago de las facturas supone un lastre para la recuperación de la economía y se desacelera "la buena marcha del consumo interno".