“Los japoneses tienen que aumentar su productividad”
Japón empieza a vislumbrar la luz al final del túnel de la deflación, en el que ha estado metida su economía durante veinte largos años. Sin embargo, esa luz es aún muy tenue. La primera parte de las medidas económicas de choque puestas en marcha por el Gobierno de Shinzo Abe al final de 2012 –conocidas como Abenomics– “han logrado que los tipos de interés sigan muy bajos, los precios suban y la economía crezca”, resume Motoshige Itoh, profesor de Economía de la universidad de Tokio y asesor del Gobierno de Abe. De visita en Madrid, Itoh presentó los retos actuales de la economía japonesa y ensalzó la forma en la que España está saliendo de la crisis.
Pregunta. El paquete de medidas de Abenomics –fuerte expansión monetaria, incremento de impuestos y depreciación del yen– fueron muy revolucionarias. Tres años después ¿se puede decir que han sido un éxito?
respuesta. Absolutamente sí. Lo principal fue que pusimos el foco en combatir la deflación y estamos saliendo de ella. Hasta ahora las medidas están funcionando muy bien, la economía se mueve en la buena dirección. Hemos logrado que los intereses sigan muy bajos, que los precios suban y la economía crezca. La cuestión es qué hacer ahora, qué medidas tomar, porque la economía aún no está fuerte y la cuestión es si conseguiremos trasladar la expansión de la economía al consumo, a la inversión, a los salarios o a la economía local.
P. ¿Qué medidas se está pensando?
r.Tenemos que pensar aún en los precios (en agosto registraron un leve aumento del 0,2%) y en continuar con las reformas de la Seguridad Social; del mercado de trabajo, para facilitar la incorporación de las mujeres; del sector agrícola y de la reforma de la gobernanza de las empresas. También debemos continuar y culminar en breve el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP en sus siglas en inglés). Y para hacer todas estas reformas necesitamos más que nunca que el Gobierno sea estable.
P. Sin embargo, el PIB se contrajo un 0,3% trimestral entre abril y junio, por primera vez en seis meses. El freno en el consumo y la caída de exportaciones por la desaceleración China han dañado la actividad, ¿puede crecer la economía un 2% este año?
r. Ese es el objetivo. Tras nuestra crisis de los noventa, las medidas adoptadas nunca han dado resultados del todo. Habíamos logrado crecer, pero hay muchos pesimistas en este sentido (en el segundo trimestre el PIB se redujo un 1,6% interanual). Hay riesgos del lado del mercado laboral. Es muy bueno que haya pleno empleo (la tasa de paro es del 3,3%) y no se trata de trabajar más, sino incluso menos, pero de forma más eficiente y productiva. Los japoneses tienen que aumentar su productividad.
P. Pero como todo el mundo sabe en Japón ya se trabaja mucho...
r. Sí, pero aún tenemos grandes bolsas de ineficacia. Y la competitividad de nuestras empresas está muy polarizada:hay unas pocas empresas muy grandes, muy productivas, pero también hay muchas que no han invertido lo suficiente en tecnología y son muy poco competitivas. Es muy necesario invertir mucho más en I+D y en robótica.
P. ¿Debería Japón atraer mano de obra de otros países entonces?
r. Abenomics incluye facilidades para atraer trabajadores cualificados. Pero, además, con la actual tecnología hay muchas formas de aumentar la productividad sin recurrir a aumentar el empleo.
P. La sociedad nipona tiene la mayor esperanza de vida del planeta. ¿Qué harán con el envejecimiento?
r. Ese es un problema mucho más a largo plazo. Por un lado, Japón ha iniciado ya una reforma de la Seguridad Social muy importante y, al mismo tiempo, se están estableciendo incentivos a la natalidad. También intentamos contener el gasto sanitario. Tenemos un sistema de salud muy bueno y no es caro, porque ponemos mucho énfasis en la prevención, es ahí donde invertimos mucho.
P. España y Japón tienen problemas similares ante el envejecimiento de su población ¿En qué consiste esa reforma de la Seguridad Social?
r. Es muy simple. Las pensiones japonesas actuales son muy generosas. Demasiado, diría yo. Estamos pidiendo una especie de lento sacrificio, con incrementos más moderados de las pensiones de forma muy progresiva.