BlaBlaCar: "Tenemos mecanismos para evitar ánimo de lucro entre los usuarios"
BlaBlaCar, la red social que conecta a conductores y pasajeros que quieren compartir coches y gastos de viajes entre ciudades, reconoció hoy ante el juez del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid que la compañía se encuentra en un momento delicado, tras la denuncia de Confebús por competencia desleal. “Afrontamos el momento con preocupación porque si nos cierran cautelarmente, aunque recurramos el auto, como mínimo podríamos permanecer cerrados entre 6 y 12 meses, y eso nos dejaría en una situación muy delicada, incluso nos podría abocar al cierre”, admitieron desde la empresa.
La compañía dio durante la vista todo tipo de argumentos al juez para contrarrestar los de la patronal del transporte interurbano en autobús, que les acusa de ser intermediadores de servicios profesionales de transporte sin licencia, de cobrar una comisión por cada pasajero transportado, y de no cumplir con la legislación. “Pero no es cierto”, defendieron desde la empresa. "Primero, porque nuestros usuarios (2,5 millones en España) no son conductores profesionales, sino particulares que no tienen ánimo de lucro. De hecho, el 98% de ellos realiza una media de dos viajes al mes. Segundo, porque cumplimos estrictamente con la legislación que nos atañe, la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información, ya que somos una red social en la que los usuarios intercambian información sobre sus viajes y sus preferencias, se conocen y son ellos los que deciden si viajan juntos”.
BlaBlaCar admitió que cobra una comisión del 10% por cada viajero transportado, pero aseguró que es por gestionar la información que todos sus usuarios aportan a la red social para generar un marco de confianza.
La aportación efectiva media por pasajero es de 5,2 céntimos de euro por kilómetro, frente a los 6 sugeridos por la red social, y los 19 céntimos fijados por la Agencia Tributaria cuando calcula retribuciones en especie por kilómetraje. Así es imposible que el usuario obtenga beneficios"
La otra gran acusación de Confebús –la de que hay usuarios de BlaBlaCar utilizando la plataforma para ejercer un ilícito ánimo de lucro transportando pasajeros–, también fue echada por tierra por los abogados de la compañía. “El ánimo de lucro por parte de los usuarios no está permitido y tenemos múltiples mecanismos de prevención, control y bloqueo para evitar que pueda existir: desde limitar la aportación máxima que pueden solicitar a la hora de comunicar su viaje con criterios más restrictivos que los que marca la normativa existente, hasta contar con un equipo de más de 60 personas que vigilan constantemente la actividad de la plataforma. En los casos excepcionales (un 0,2%) en que hemos observado patrones de comportamiento anómalos, hemos expulsado a los usuarios y hemos reforzado las herramientas de control para evitar que puedan volver a registrarse”.
Cálculo de precio
Sobre este punto, BlaBlaCar insistió en que cuando se publica un viaje en la web, ellos recomiendan un precio por cada trayecto. "Un precio que está calculado para que no obtengan garancias". Así, la compañía argumentó que la aportación efectiva media por pasajero es de 5,2 céntimos de euro por kilómetro, frente a los 6 céntimos sugeridos por la red social, y los 19 céntimos fijados por la Agencia Tributaria cuando calcula retribuciones en especie por kilómetraje. "Si a esto le añadimos que la ocupación media es de 1,67 pasajeros por trayecto además del conductor, obtener beneficio es manifiestamente imposible".
Otro dato que utilizó BlaBlaCar en su defensa es que, según un informe encargado por la plataforma de economía colaborativa a la consultora Roland Berger, el 96% de sus usuarios hace menos de dos viajes al mes de media, y el 98% recibe como aportación de sus pasajeros menos de 50 euros al mes de media.
Políticas públicas favorables
BlaBlaCar recordó también la absoluta excepcionalidad de la denuncia de Confebús. “Operamos en 19 países, y en ninguno se ha cuestionado nuestra actividad salvo en España. De hecho, en países como Francia, Alemania, Italia o Bélgica nuestra actividad constituye un referente legal sobre el coche compartido y hay políticas públicas para fomentarlo”.
Ahora, y tras escuchar a las partes en la vista de ayer a ambas partes durante tres horas, el juez, el mismo que en su día resolvió el cierre de Uber -"una compañía a la que nos parecemos como un huevo a una castaña", dicen desde BlaBlaCar, decidirá en las próximas semanas si hay o no suspensión cautelar de la actividad de esta compañía.
“Por qué no han actuado contra otras empresas”
Desde BlaBlaCar criticaron que Confebús haya realizado las acusaciones sobre ellos en un contexto de declive del sector del transporte por carretera, que, según dijeron, comenzó con anterioridad a la llegada de BlaBlaCar a España. “Los propios responsables de Confebús han achacado públicamente en numerosas ocasiones esa situación a la crisis económica y a la política agresiva de precios del AVE y no a BlaBlaCar. No entendemos por qué ahora se nos intenta hacer los responsables”.
La red social presentó ante el juez informes elaborados por expertos en economía que demuestran que el posible impacto del coche compartido sobre el sector del autobús en España “es marginal. Inferior en todo caso al 0,3%, una cifra muy alejada de la que Confebús nos achaca [esta dice que han perdido cerca de un 20% de pasajeros en algunas rutas y franjas horarias]”.
Desde BlaBlaCar defendieron esta nueva alternativa de movilidad , “una forma de viajar que las autoridades españolas han entendido enmarcada dentro de la legalidad desde que operamos en España en 2010”. La empresa no entiende por qué Confebús ha denunciado a BlaBlacar y no a otras firmas que también ponen en contacto a usuarios para compartir coches, como Amovens o la propia Facebook. “Argumentan que estas no cobran comisión a sus usuarios como nosotros, pero Facebook sí gana dinero con ello, a través de la publicidad”.