Taquígrafos para la tarifa de la luz
La llegada hoy de la nueva factura horaria de electricidad para todos los usuarios con PVPC y contador inteligente abre interesantes expectativas en la relación, no siempre fácil, entre los consumidores y sus proveedores de energía eléctrica. El nuevo mecanismo de facturación horaria, nacido con retrasos propios de la improvisación, arranca tras la última prórroga de un trimestre dada por el Ministerio de Industria a las compañías para su implantación. Con la tarificación por horas, en lugar de asumir a diario el precio promedio del mercado, el consumidor que tenga acordado PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor, una denominación que es la justa expresión de cómo complicar lo sencillo) dispondrá de tarifa personalizada basada en la lectura horaria del contador. Si todo funciona bien, el nuevo sistema dirá al consumidor el precio exacto que puede pagar por hora, algo que en casi cualquier sector es consuetudinario, y lo hará incluso con adelanto gracias a la página web de REE. El hecho de que las eléctricas dispongan aún hasta finales de 2018 para sustituir el 100% del parque de contadores viejos sugiere desde ya que queda tiempo para un funcionamiento óptimo general. Lo bueno es que debe aportar transparencia –taquígrafos, según el clásico– y competencia a un negocio que está en el punto de mira de la CNMC.