500 barrenderos más limpiarán las calles de Madrid
El Consistorio lanza un plan intensivo de limpieza La alcaldesa asegura que ya no contempla la remunicipalización del servicio
El 1 de octubre, y de forma progresiva, comienzan a paralizarse los expedientes de regulación temporales de empleo que pesan sobre la plantilla de 4.000 personas que limpian las calles de Madrid y cuidan sus zonas verdes. La decisión, anunciada esta mañana, se debe a la presión del ayuntamiento que encabeza la alcaldesa Manuela Carmena a las cuatro concesionarias de estos servicios, FCC, Ferrovial, sacyr y OHL, que además deberán contemplar la contratación de personal eventual.
La plantilla actual es de los citados 4.000 trabajadores entre los turnos de diario y fin de semana, de los que medio millar se incorporarán a sus puestos en una primera etapa. "Durante estos tres meses y medio [desde la llegada de la nueva Corporación], las conversaciones han sido siempre dirigidas a garantizar la limpieza como máxima prioridad, y a que los cientos de trabajadores y trabajadoras afectados pudieran volver a trabajar a tiempo completo", cita el ayuntamiento en comunicado oficial.
Al tiempo que se incrementa la plantilla, el consistorio lanzará un Plan para la Limpieza de Madrid con 147 actuaciones "intensivas" durante un mínimo de tres meses, que será complementado con campañas de concienciación ciudadana. Otra novedad es la puesta en marcha de talleres de formación en Limpieza y Zonas Verdes, con prácticas remuneradas en empresas.
La alcaldesa Carmena ha señalado en rueda de prensa que desde sus primeros contactos con las empresas, éstas argumentaron que el contrato que habían firmado con el anterior Gobierno municipal de Ana Botella hacían “muy difícil” el cumplimiento de los objetivos. Desde entonces ha estado en estudio la posibilidad de modificar estos contratos, que expiran en 2023, especialmente ante el deterioro de la limpieza de la ciudad. La sombra de la reversión de las concesiones ha pesado sobre las empresas durante estos meses.
El nuevo pacto con las concesionarias fija un número mínimo de horas de limpieza en las calles secundarias y no sólo en las principales, como ocurría con el contrato firmado en 2013. También se ha dejado caer en la rueda de prensa que habrá gratificaciones a los ciudadanos que recojan más residuos, dentro de la citada campaña de concienciación.
No se contempla la remunicipalización
A preguntas de los periodistas, Carmena y Sabanés atribuyeron la causa de este acuerdo a que el Ayuntamiento ha hecho ver a las empresas que “no les va a tolerar lo que hasta ahora se había tolerado”, pues la bajada de presupuesto de los contratos que se hizo en 2013 no se vio acompañada de una exigencia de un número de trabajadores o de cumplimiento de objetivos a las empresa, informa Servimedia.
La alcaldesa ha elogiado la buena disposición de las empresas adjudicatarias a corregir la suciedad de Madrid, aunque reconoció que el Ayuntamiento puso sobre la mesa la posibilidad de resolver "de común acuerdo" los contratos. Ahora, asegura que la remunicipalización ya no se contempla, pero explicó que el régimen de sanciones se mantendrá y que el Consistorio se reunirá con ellas una vez al mes para garantizar que las buenas palabras se traducen en hechos.
De 39 a 4 concesionarias
El anterior equipo de Gobierno de Madrid decidió concentrar en un solo contrato los servicios de limpieza, zonas verdes, arbolado viario, áreas infantiles y de mayores, circuitos deportivos, mobiliario urbano y sistemas de riego. Con ello pretendía ahorrar hasta un 10% respecto al modelo anterior, en el que había 39 contratos.
Lo que hizo el equipo de Ana Botella fue dividir Madrid en seis zonas y lanzar la licitación con un presupuesto total de 2.316 millones, una vez aplicado el pretendido 10% de ahorro. Los pliegos ponderaban con un 80% la oferta económica, "por lo que de facto la adjudicación se convirtió en una subasta a la baja", dice el actual equipo de Manuela Carmena.
El descuento aplicado en las ofertas fue de una media del 16%, resultando adjudicatarias Ferrovial, OHL, FCC y Sacyr por 1.943 millones menos de lo que costaban estos servicios en 2010. Las concesiones se firmaron hasta 2021, ampliables a 2023.
Ante la menor cuantía económica, las empresas optaron por poner en marcha eres temporales o rebajas salariales que llegaban hasta el 40%, según se ha recordado esta mañana. El conflicto estalló y Madrid vivió 13 días de huelga de limpieza, que motivaron la entrada de trabajadores de Tragsa por mandato de la alcaldesa Botella.
Finalmente empresas y sindicatos pactaron los citados expedientes temporales de empleo de 45 días por trabajador, además de la congelación salarial hasta 2017.
Desde el Ayuntamiento se ha explicado que esta política de recorte presupuestario para la limpieza se ha traducido en la falta de refuerzos en verano, Navidad y en la época de caída de la hoja, y en la no renovación de los contratos temporales de apoyo en fin de semana.
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