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El azar no puede ser determinante

Aprender a trabajar en equipo con el Monopoly

Si los juegos han sido utilizados desde siempre para aprender a relacionarse y a solventar situaciones adversas, por qué no utilizarlos también en un entorno formal y de trabajo. Esta fue la reflexión que llevó a la coach y psicóloga de empresa, Susana Fernández Casla, a desarrollar Talent Gaming, un método enfocado a mejorar el rendimiento de los equipos de una compañía a través de los juegos de mesa, “de los de toda la vida, con la gente sentada y un tablero en medio”, comenta Fernández. El sistema, que ha seleccionado varios juegos que, con la ayuda de expertos en organización de empresas pueden sacar a la luz el potencial de una plantilla, será presentado en Lisboa a comienzos del mes de octubre. Más tarde, viajará a otras ciudades europeas.

En pleno auge tecnológico, en el que el ocio más tradicional está perdiendo peso frente al digital, la elección de los juegos de mesa tiene sus razones. “Queríamos recuperar el ambiente común, en el que la gente comparte espacio, se ve, habla y escucha”, porque es así como trabajan los equipos de una empresa. ¿Y por qué jugando? “Porque es la forma más efectiva con la que las personas sacamos el talento que tenemos escondido”. Además, es la manera más práctica de explorar las facultades con los que cuenta el equipo y descubrir cómo se enfrentan a los retos sus miembros, qué competencias son las que utilizan para solucionar problemas y cuáles les permiten estar mejor preparados para establecer relaciones, “que son las que hacen que un equipo funcione correctamente o no”.

Por ello, cualquier juego de mesa no es válido. Es muy importante, por ejemplo, que el azar no sea uno de los motores principales que rijan el desarrollo del entretenimiento. “Además, las reglas y las características deben ser adecuadas para que se pueda ver un verdadero trabajo en equipo”, añade la coach. Por esa razón, juegos como el tradicional parchís, en el que todo el desarrollo está condicionado por unos dados, no son los más óptimos.

No ocurre lo mismo con otros como el Monopoly o el Cluedo (descubrir quién es el asesino), en los que las decisiones del resto de jugadores afectan a todo el equipo. “Requieren de una visión estratégica y de toma de decisiones. Son juegos colaborativos y cooperativos”. Y las enseñanzas que se extraen de ellos pueden aplicarse a la empresa.

Otros juegos, que no están tan implantados en España, también han sido elegidos para formar parte de Talent Gaming. Por ejemplo Modern Art. “Todo se desarrolla en una galería de arte, cada jugador apuesta por un artista, al que irá colocando en las altas esferas”.

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