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Cataluña debe superar sus desequilibrios y aprovechar sus puntos fuertes

Retos económicos del día después

Cataluña está obligada a rebajar su elevado déficit fiscal y reducir su nivel de desempleo El mayor peso del sector industrial y de la exportación es clave para aprovechar la recuperación

El día después del 27S, la fecha en la que Cataluña ha celebrado las elecciones más particulares de su historia, los problemas y retos económicos permanecen inalterables. Más allá del devenir del proceso soberanista, el día a día de Cataluña y sus ciudadanos está marcado por un elevado desempleo y por la dificultad de la Administración autonómica para financiar su gasto público. La parte positiva es que, de la misma forma que en el resto de España, la recuperación también se refleja en el incremento de las exportaciones, la llegada de turistas y la creación de empleo. En el caso de Cataluña, sus puntos fuertes son el mayor peso de la industria en su PIB, gozar de la economía más abierta de España y ser uno de los principales destinos turísticos. Estos son los problemas, retos y fortalezas que presenta hoy la economía catalana con o sin proceso soberanista.

Sanear las cuentas

La Generalitat de Cataluña gastó el año pasado 29.384 millones de euros e ingresó 24.384 millones. Es decir, registró números rojos por un importe de 5.152 millones, cifra que equivale al 2,58% del PIB. Solo Murcia registró un desfase mayor. Por octavo año consecutivo, la Generalitat rebasó el límite de déficit público que exige el Ministerio de Hacienda que, el año anterior, fijó el umbral en el 1%.

Casi el 60% del pasivo catalán es deuda contraída con el Estado

Para el año en curso, las comunidades tienen la obligación de reducir su desfase hasta el 0,7% de su PIB. Se trata de un objetivo inabarcable para la Generalitat de Cataluña, que con toda seguridad volverá a incumplir el límite de estabilidad. En cualquier caso, cabe esperar que las cuentas autonómicas mejoren. Ello es así porque la recuperación económica ya se refleja en los ingresos de los tributos propios de las comunidades. Por ejemplo, Cataluña recaudó 747 millones por el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados entre enero y junio, un 25,2% más que en el mismo periodo del año anterior. Además, los recursos derivados del sistema de financiación también aumentarán. En 2016, Cataluña recibirá del modelo 17.225 millones, un 12,12% más.

Por el lado del gasto, la Generalitat asegura que la capacidad para seguir aplicando recortes es nula. Aun así, se espera que se generen ahorros en la partida destinada a pagar los intereses. Los últimos datos reflejan que la Administración catalana destinó al servicio de la deuda 779 millones, un 17,4%menos que en el mismo periodo del año anterior. Este menor gasto se debe a las mejoras de las condiciones financieras aprobadas por Hacienda en los fondos estatales para dotar de liquidez a las comunidades.

La mala situación de las finanzas públicas catalanas, que la Generalitat atribuye en buena parte a que aporta más a la caja común de lo que recibe, ha provocado que Cataluña lleve tres años sin capacidad para acudir a los mercados. Así, la financiación de la Administración autonómica se nutre de préstamos estatales. Los últimos datos del Banco de España reflejan que Cataluña suma 66.813 millones de deuda pública, el equivalente al 32,8% de su PIB. Es la tercera comunidad con un mayor nivel de deuda, solo superada por la Comunidad Valenciana (39,6%) y Castilla-La Mancha (34,1%). Del pasivo total que tiene Cataluña, 37.000 millones corresponden al importe que la Generalitat debe al Estado por los préstamos derivados del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) y el Plan de Pago a Proveedores.

Competencia fiscal

La economía catalana representa el 20% del PIB español y la comunidad aglutina el 16% de la población

La mala situación de las cuentas públicas de la Generalitat llevó al Gobierno de Artur Mas y al anterior a incrementar los impuestos autonómicos para lograr más ingresos. El resultado es que hoy Cataluña es la comunidad que tiene los tipos impositivos más altos. Los catalanes soportan una mayor presión fiscal que la media en el IRPF, el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, el impuesto sobre el patrimonio o el impuesto sobre hidrocarburos. El incremento de los ingresos por la mayor actividad y la menor factura en intereses de la deuda pueden facilitar rebajas fiscales.

Crecer, crecer y crecer

La recuperación avanza a distintos ritmos entre las comunidades. El año pasado, la economía creció un 1,4% en el conjunto de España, el mismo porcentaje que el registrado en Cataluña. La Rioja, Extremadura, Canarias y Comunidad Valenciana protagonizaron aumentos superiores al 2%. Cantabria, Madrid y Asturias fueron las regiones con menor aumento de la actividad y su PIB avanzó en torno al 1%. No existen todavía cifras oficiales de evolución de la economía por cada una de las comunidades autónomas a lo largo de este año. Sin embargo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) realiza estimaciones del PIB regional y, en su último informe, refleja que la economía catalana creció un 3,5% en el segundo trimestre en tasa interanual. Solo Baleares y la Comunidad Valenciana registraron aumentos superiores. Con mayor o menor intensidad, todas las comunidades reflejan incrementos de la actividad.

Cataluña es la comunidad que recibe más turistas internacional

Cataluña es la comunidad que más aporta al conjunto del PIB, un 18,9%. Ello explica la preponderancia del debate económico ante el proceso soberanista que ha marcado estas elecciones. Cataluña es la comunidad con mayor PIB, pero la segunda en población. La autonomía suma 7,5 millones de los 46,7 millones de personas que residen en España. Por nivel de riqueza, Cataluña es la cuarta comunidad con una mayor renta per cápita. Madrid, País Vasco y Navarra se sitúan por encima. En 2014, el PIB per cápita alcanzó los 26.996 millones en Cataluña, un 18,5% más que la media nacional. Durante la crisis económica, la diferencia se ha ensanchado (ver gráfico). Aunque si se toma como referencia un periodo más amplio, se observa que, en el año 2000, la renta per cápita superaba en un 21,6% la media nacional, tres puntos más que ahora.

Más industria

La necesidad de reindustrializar España se ha hecho especialmente evidente durante la actual crisis. La idea de que las sociedades industriales están más preparadas para afrontar los reveses económicos, son más productivas y cuentan con empleo de más calidad se ha impuesto. En este punto, Cataluña cuenta con una estructura económica más competitiva. La industria, sin contabilizar la construcción, equivale en Cataluña al 16,1% frente al 12% de la media nacional.

Reducir el desempleo

Cataluña, históricamente, ha registrado una tasa de paro inferior a la media nacional, una circunstancia que se mantiene. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que, en el segundo trimestre, Cataluña presentaba una tasa de paro del 19,1% frente al 22,4% de la media. Si bien el porcentaje es mejor, el nivel de desempleo de la comunidad es muy elevado. De hecho, en esta estadística, Cataluña no aparece entre las mejores comunidades. Baleares, Aragón, Cantabria, Castilla y León, Madrid, La Rioja, Navarra y País Vasco cuentan con un menor nivel de desempleo. Resulta imposible hablar de una recuperación plena de la economía con tasas de paro que se mueven en torno al 20%. Rebajar el nivel de desempleo representa el principal reto que tienen por delante el Gobierno central y los Ejecutivos autonómicos.

Liderar las exportaciones

Las exportaciones españolas alcanzaron los 148.630 millones entre enero y julio de este año, un 5,6% más que en el periodo anterior. El importe supone un récord en la serie histórica del Ministerio de Economía que se inicia en 1971. Y en este ámbito, Cataluña juega un papel clave. El 25,6% de las ventas al exterior fueron realizadas por empresas ubicadas en Cataluña. Es, con diferencia, la economía más abierta del mapa autonómico. En total, las compañías catalanas vendieron al extranjero productos por 37.986 millones, una cifra que equivale al 19% del PIB catalán. Los independentistas ven en la importancia del sector exterior un argumento para defender la viabilidad de un hipotético Estado catalán. Para los contrarios a la secesión, la estadística indica que las empresas catalanas son competitivas dentro del marco legal de España. Por otra parte, el riesgo de perder cuota de mercado interno ante una eventual independencia también ha generado un amplio debate. El año pasado, las empresas catalanas vendieron en el resto de España bienes por un importe de 38.376 millones, una cifra inferior a los 60.195 millones que se colocaron en países extranjeros. En cualquier caso, el mercado interno no es nada desdeñable y, por ejemplo, Cataluña vende más a Aragón que a Francia.

 Respecto al atractivo para atraer capitales, los últimos datos indican que la inversión extranjera en Cataluña alcanzó 1.302 millones, cinco veces más que en el mismo periodo del año anterior. En este ámbito, Madrid gana por goleada y atrajo 4.229 millones. La diferencia se explica porque la capital cuenta con más sedes de multinacionales.

Mantener le hegemonía en el turismo

Otro de los puntos fuertes de la economía catalana es el sector turístico, que junto al exportador, han mitigado los efectos adversos de una crisis económica que derrumbó la demanda interna. Los últimos datos publicados por el Ministerio de Industria indican que, entre enero y agosto, España recibió 47,2 millones de turistas internacionales. De estos, el 25,7% eligió como destino Cataluña. Así, desde el inicio del año, la comunidad ha recibido 12 millones de turistas. Cataluña ocupa el primer puesto del ranking, seguida por Baleares (8,7 millones hasta agosto), Andalucía (6,3 millones), Comunidad Valenciana (4,6 millones) y Madrid (3,3 millones).

Si bien Cataluña es líder en el sector, la llegada de turistas internacionales en el mes de agosto a la comunidad retrocedió un 3%. Un descenso que no se registró en otras comunidades. El descenso se explica por la disminución de las llegadas de rusos, italianos y británicos. Un retroceso que fue parcialmente compensado por la mejora de los mercados francés y estadounidense. Por otra parte, el mayor dinamismo del turismo interno ha sido decisivo para que Cataluña cerrara una magnifica campaña de verano.

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