Asia no le da cuerda al reloj suizo
Las ventas a Hong Kong, principal mercado, han bajado un 20% este año España aumenta sus compras en un 6%
Si hay un sector económico que representa, en su máximo esplendor, el lujo y la exclusividad que Suiza proyecta hacia el exterior, ese es el relojero. Una industria con más de 300 años de historia y que en el último siglo y medio ha dado un toque de glamour a millones de muñecas en el mundo. Pero, aunque a veces no lo parezca, Suiza no es inmune a las turbulencias económicas del mundo.Y su industria más representativa, tampoco.
Las empresas del país exportaron en julio relojes por valor de 1.901 millones de francos suizos, unos 1.740 millones de euros al cambio actual, según la Federación de la industria relojera suiza (FHS, por sus siglas en francés). Una cantidad que representa una caída del 9% respecto a julio de 2014, la mayor rebaja interanual desde noviembre del año 2009, siendo el cuarto mes consecutivo de descensos. En los siete primeros meses de 2015, el valor de exportaciones fue cercano a los 11.500 millones de euros, un 1,2% menos que en el mismo periodo de 2014.
Los problemas que están penalizando en mayor medida el crecimiento del sector, que desde 2000 ha doblado el valor de sus exportaciones, tiene dos focos, y con motivos diferentes. El principal es la situación socioeconómica en Asia, sobre todo en los dos grandes mercados para la industria en el continente:Hong Kong y China. El primero es el principal cliente de las relojeras suizas: 3.800 millones en compras en 2014, misma cantidad que en 2013. Sin embargo, en los últimos dos meses del año pasado las caídas fueron de dos dígitos, y en la primera mitad de 2015, el desplome alcanza el 21%. Las revueltas sociales en el país, y la desaceleración de su economía, explican la tendencia negativa.
En el caso chino, tercer destino mundial de exportación, el descenso en el primer semestre es del 4%. Pero en julio, hasta seis países compraron más relojes suizos. Comparado con el mismo mes del año pasado, las ventas a este país, cuya situación económica se ha puesto en duda, han caído un 40%.
Mejora europea... a medias
Según fuentes del sector consultadas, la situación china no preocupa tanto como la de Hong Kong, ya que, además de ser un mercado inferior a este, los turistas del país mantienen el nivel de compras en Europa, principalmente en Reino Unido y Francia.
Además, las mismas fuentes apuntan a que los fabricantes suizos empiezan a centrar sus esfuerzos en los países vecinos. Las compras en la Unión Europea ha crecido un 10%, aunque el tipo de cambio penaliza el crecimiento. El Banco Nacional de Suiza eliminaba en enero el control de cambio de la moneda local respecto al euro, lo que provocó un aumento de su valor. En 2014, el precio medio de exportación de un reloj suizo era de 734 francos suizos, 609 euros al tipo de entonces. Ahora, ese mismo precio se cambia a 667 euros. La importación es más costosa, y la posterior conversión de las ventas, de euros a francos suizos, reducen su retorno: “Los crecimientos de dos dígitos en algunos países, se reducen a uno en la conversión. Y si el alza es inferior al 10%, puede pasar a descensos”, se analiza. El primer cliente europeo del reloj suizo es Italia. España es el quinto y 12a mundial, con 253 millones de euros en compras entre enero y julio, un 6,5% más
El ‘smartwatch’, ¿el mayor rival desde el cuarzo?
En 1969, la marca japonesa Seiko ponía a la venta el primer reloj de cuarzo, un material mucho más barato e igual de preciso que los utilizados en la artesanía suiza. Durante los setenta, el sector se tambaleó ante el auge de los fabricantes asiáticos, destruyendo un tercio de sus puestos de trabajo, pero la creación de Swatch, ofreciendo un reloj suizo económico, logró parar la sangría.
La aparición del smartwatch, con el modelo de Apple a la cabeza, ha obligado a los fabricantes suizos a mover ficha. Montblanc ha lanzado la correa digital e-Strap, y Tag Heuer lanzará el Carrera Wearable.