Crónica de un retraso anunciado.
William Dudley, presidente de la FED de Nueva York y miembro destacado del FOMC, ha enfriado las expectativas de una posible subida de tipos en septiembre por las recientes turbulencias en los mercados ya que puede llevar a la autoridad monetaria estadounidense a replantearse su "decisión" de iniciar las subidas de tipos en el corto plazo. "En estos momentos parece menos convincente que hace unas semanas" afirmó, a lo que añadió: "los acontecimientos internacionales han aumentado en cierto modo los riesgos a la baja para el crecimiento".
Dudley ha subrayado que el FOMC que se reunirá los próximos 15 y 16 de septiembre, necesita recibir más datos (llevamos oyendo eso meses y nunca llegan los datos suficientes) sobre el comportamiento de la economía de EEUU y ver cómo evoluciona la situación en las bolsas en las próximas semanas antes de la cita.
No se engañen o mejor dicho, no nos engañen. Cómo está la economía americana se sabe, no necesitamos más datos: bastante débil y con una recuperación que parece más una prolongación de la recesión.
La clave está en la segunda parte de la frase y verdadero interés de los bancos centrales: mantener el tinglado inasumible para esa misma economía (por eso está débil) de unos mercados financieros e inmobiliarios superinflados y desajustados a la realidad. El temor que se les ha despertado a los bancos centrales deriva del hecho de que la misión de estos atrofiados mercados financieros es ocultar que los errores del 2007 no se han solucionado (de hecho han empeorado) y con ello ocultar también que los verdaderos responsables de este desaguisado con los mismos bancos centrales.
No obstante, y como es necesario mantener "el monigote bailando" Dudley confía en que la Reserva Federal pueda subir los tipos de interés antes de que acabe 2015. "Espero que podamos subirlos este año, pero vamos a ver los datos antes de hacer comentarios sobre cuándo podría ocurrir". En caso de que ello ocurra, subraya que, y esto va dirigido a los operadores bursátiles, este movimiento debería interpretarse como una señal de confianza en la economía de EEUU.
Si seguimos así al 2016 lo acabaremos llamando 2015-bis para que las cosas cuadren o intentar convencernos de que la puerta de cartón piedra de un escenario teatral se abre y nos protege del exterior como una de verdad.