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Tribuna
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Un lugar mejor para los inversores

Cómo podemos los profesionales con la Designación CFA (Chartered Financial Analyst) desarrollar mejor nuestra misión de dirigir y construir la profesión de la inversión en beneficio de la sociedad? Los últimos cinco años ha existido un gran debate en torno a la confianza como ingrediente esencial para el éxito de nuestra profesión. Ahora tenemos que añadir dos ingredientes más: la competencia de los profesionales de la inversión, y demostrar a la sociedad nuestra habilidad profesional, fiabilidad y credibilidad.

El mundo está cambiando rápidamente. El negocio de la gestión de inversiones debe adaptarse y mantenerse al día con estos tiempos de innovación. Pero primero, la buena noticia. En 2020, se prevé que mil millones de consumidores de clase media surgirán a nivel mundial. Representa el mayor incremento de clientes en la historia. Se debe, principalmente, al crecimiento en los países emergentes. La clase media global crecerá un 180% en 2040, con Asia reemplazando a Europa como el hogar de la mayor población de este grupo socio demográfico. Por tanto, la base de clientes para los profesionales de la inversión está a punto de crecer exponencialmente. Se estima que la disponibilidad de activos de inversión para la industria de gestión de activos aumente en más de 100 billones de dólares para el 2020, a una tasa de crecimiento en más del 6% anual, mucho más que el crecimiento del PIB mundial. Los ciudadanos, y las empresas de todo el mundo, tendrán que recurrir a la experiencia de los profesionales de la inversión a medida que aumenten sus activos.

Sin embargo, el acceso a este patrimonio no será sencillo. La revolución digital también avanza. El nacimiento de los robo asesores, el auge de los ETF (fondos cotizados en bolsa), y el éxito de los disruptores digitales como los chinos Alibaba y Tencent, traen nuevos jugadores al tablero. Además, muchos de nuestros potenciales clientes no ven qué valor añadido les aportamos con los honorarios que cobramos, ni el valor de nuestras actividades en el desarrollo del tipo de sociedad en el que desean vivir. Tenemos que trabajar más para convencer a los clientes que luchamos en favor de sus intereses. Nuestra contribución para ayudar a construir una sociedad mejor y más sostenible es esencial; porque conectamos a los que necesitan de capital con los que están dispuestos a prestarlo. ¿Valora la sociedad este trabajo lo suficiente? ¿Hemos hecho lo suficiente para demostrar nuestro valor? No estamos muy seguros. Tenemos que llevar el mensaje claro a los inversores y a los políticos de que somos una fuerza para el bien, que sitúa los intereses de los inversores por encima de cualquier otra consideración. Esto está en el corazón de lo que significa ser un profesional CFA.

Nos encontramos en una encrucijada. Tenemos que decidir qué es más importante: el interés del cliente o el interés propio. Si optamos por lo primero, podríamos entrar en la cúspide de un futuro brillante donde la confianza de los inversores se restaura con todos los beneficios que esto traerá. Si optamos por lo segundo, la soga de la regulación alrededor del cuello de la industria va a apretar cada vez más y nuestros clientes van a elegir… con sus pies.

Dos de los pecados que acosan a nuestra industria han sido; primero, un enfoque excesivo en el rendimiento de la inversión, trimestre a trimestre, a expensas de centrarnos en el logro de los objetivos a largo plazo y, segundo, no invertir lo suficiente en la formación adecuada de nuestro capital humano. Esta es la maldición cortoplacista de nuestra industria, y tenemos que romper este patrón si queremos sobrevivir.

¿Qué deben hacer los profesionales de la inversión en este entorno? Demostrar lo que significa nuestra profesión. Cuando visitamos al médico se supone que él/ella está cualificado y es competente para diagnosticar lo que sea que nos afecta a nuestra salud. Los gestores de inversiones deben perseguir las mejores cualificaciones si la sociedad debe confiar en nuestra capacidad para servir a sus necesidades de inversión.

Todos nos debemos a la responsabilidad de transmitir la importancia y necesidad de contar con personas bien formadas en toda la cadena de valor de la gestión de inversiones. Los líderes de la industria de gestión de activos deben desarrollar la profesionalidad en todos los niveles de sus empresas. Actualmente, los profesionales con la designación CFA están empleados en más de 31.000 empresas en todo el mundo, estas empresas deberían tener un interés abrumador en la adopción de los más altos estándares de profesionalidad en todos los niveles dentro de sus organizaciones, si es que no lo hacen ya. Un negocio sostenible y exitoso se construye sirviendo las necesidades del cliente en primer lugar.

Tenemos que invertir en nuestra gente y mantener esos niveles de cualificación para facilitar que a lo largo de su carrera, mantengan los más altos estándares posibles de educación y comportamiento ético. Al poner los intereses de nuestros clientes en primer lugar aseguramos la salud futura de nuestra valiosa profesión.

Paul Smith es CFA, presidente y CEO de CFA Institute y Javier Borrachero es CFA, presidente de CFA Society Spain.

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