Wall Street se suma al descalabro de las Bolsas
El selectivo español pierde un 2,98% y se despide de los 10.300 puntos junto al resto de las ganancias de 2015
La manifiesta debilidad bursátil, cambiaria y macroeconómica que viene demostrando China en las últimas semanas, y que viene lastrando consigo a los mercados mundiales, se vio agravada el viernes con la publicación del peor índice manufacturero PMI del país desde 2009.
Y si por si la receta sabe a poco hay que tener en cuenta que este temor se cocina junto a la caía del precio del crudo a mínimos anuales, la depreciación generalizada de las materias primas, las tensiones de una Grecia abocada a unas nuevas elecciones generales y la intrínseca volatilidad de los mercados en agosto, un mes de escasa negociación en los mercados. La indigestión no se ha hecho esperar.
Sirva como ejemplo el del Ibex 35, que este viernes perdía un 2,98% en su cuarta sesión a la baja que se suman al 2,67% que ya se dejó la semana anterior, despidiéndose de los 10.500 puntos para culminar el viernes en los 10.271 puntos. En total, el principal selectivo bursátil español acumula una caída en el último mes que supera el 10% y que le arrebata todas las ganancias cosechadas a lo largo del año.
La tónica semanal ha sido igual de negativa en el resto de las grandes plazas europeas, por no hablar de los castigados parqués asiáticos. Después de haber vivido el jueves una de sus peores sesiones del año, el índice Dow Jones de Wall Street cayó un 3,12%. Pérdidas similares registraron el S&P 500 (-3,19%) y el Nasdaq (-3,52%).
Detrás de la caída, las dudas sobre China. A la depreciación del yuan y la caída de la Bolsa se añaden hoy más riesgos sobre el crecimiento: la actividad industrial ha caído al nivel más bajo en seis años: 47,1 puntos en el índice PMI. La ralentización económica y el miedo a un estallido de la burbuja crediticia son los motivos de fondo tras las últimas turbulencias, así que hoy Shanghai vuelve a caer. Todos los parqués de Asia caen entre el 2% y el 3%. El índice MSCI de Bolsas de Asia está en el nivel más bajo desde principios de 2014.
Beijing ya había publicado datos negativos sobre inversión, exportaciones o ventas minoristas, que sugieren que las medidas de estímulo del Gobierno no están funcionando. Los problemas fundamentales son un exceso de capacidad industrial, un exceso de inversión inmobiliaria y una Bolsa sumida en la volatilidad. Ante eso el Ejecutivo, entre otras medidas, ha depreciado la moneda, pero se esperan más planes próximamente.
Las consecuencias son globales. La divisas de la zona asiática caen al unísono: China es el principal exportador del mundo y sus rivales no quieren perder competitividad. Pero no solo afecta a Corea o Taiwan. La moneda malaisia está en mínimos de 17 años, la de Kazajstán se devaluó ayer un 23% y la lira turca está bajo gran presión. Incluso Australia, donde el dólar está en mínimos de seis años.
El frenazo económico implica menos compras de materias primas, como hierro o petróleo, de las que China es comprador. El precio del crudo puede cerrar hoy bajando por octava semana consecutiva (de momento baja más del 1%). Hacía 29 años que esto no sucedía. El West Texas está a punto de perder los 40 dólares, y el Brent cotiza debajo de 46.
A ello se añade la incertidumbre sobre Grecia. Anoche Alexis Tsipras dimitió como paso previo para una convocatoria de elecciones para septiembre, las segundas en nueve meses. Aunque el país ya recibió ayer el dinero del primer tramo del rescate y ha hecho frente a los pagos más urgentes, un nuevo gobierno o una mayoría insuficiente pueden devolver a Atenas al limbo.