La riqueza total de los hogares repunta con fuerza
Los activos inmobiliarios suponen el 78% del total. El peso de los financieros ha pasado del 13,3% en 2007 al 22% en 2015.
La crisis de seis años que ha vivido España ha dejado huella en algunos de los principales indicadores económicos, como el PIB, que encadenó varios años en negativo, o en el desempleo, con 3,5 millones de parados más en ese período. Pero si hay algún índice que sirve para mostrar el impacto brutal que ha tenido en el bolsillo de las familias es la evolución de la riqueza en sus manos. Los datos del Banco de España son elocuentes. En diciembre de 2007, las familias disponían de 7,2 billones de euros, lo que significaba multiplicar por siete el volumen del PIB. El reparto estaba muy escorado hacia el sector inmobiliario, que había vivido un boom de proporciones desconocidas: 6,2 billones (el 86,1% del total) estaban en activos inmobiliarios y 1 billón (el 13,9% restante) en activos financieros netos (una vez descontadas las deudas ligadas en su mayoría a créditos hipotecarios).
Datos
Pasivos: El incremento que han experimentado los activos financieros contrasta con la fuerte caída de la deuda de las familias, muy ligada al crédito inmobiliario. A finales de 2010, las familias debían 954.800 millones de euros, de los que 902.500 eran préstamos. Más de cuatro años después, la cifra de deuda ha descendido hasta los 803.000 millones, un 11,1% menos. De ellos, 746.200 correspondían a préstamos, que han bajado un 17%.
Depósitos: Los activos financieros de los hogares, sin descontar las deudas, ascendieron en el primer trimestre de 2015 a 2,05 billones de euros, de los que 842.900 millones (el 41% del total) estaban invertidos en depósitos. Este fue el instrumento favorito de las familias hasta que su rentabilidad fue topada. Desde el segundo trimestre de 2014 al primero de 2015 han salido 22.000 millones
Fondos: En ese mismo período, la participación en fondos de inversión y en el capital de empresas creció en 66.000 millones.
Era el final de una etapa en la que el parque de viviendas creció de forma exponencial, debido a la fuerte demanda, espoleada por un incremento de precios y de rentabilidad que parecía no tener techo y que llevó a miles de particulares y de empresas a comprar vivienda. En 2001 había censadas 21 millones de viviendas, de las que 14,2 millones eran de uso habitual y 6,8 millones eran segunda residencia. Esa cifra no paró de crecer desde esa fecha y cerró el pasado ejercicio con 25,4 millones de casas, de las que 19,1 eran primeras residencias y 6,3 segundas.
La situación ahora es bien diferente. La riqueza ha descendido hasta los 5,4 billones de euros desde los 7,2 billones de antes de la crisis (un ajuste de 1,8 billones), imputables íntegramente a la pérdida de valor de las casas. En los seis años de crisis, el desplome acumulado del precio de la vivienda es del 40%. Una caída aún más brusca, y que llega a niveles superiores al 60%, en el caso de algunos activos situados en el litoral o en el extrarradio de algunas grandes ciudades.
Una tendencia que se ha revertido con el inicio de la recuperación económica y con el final de la caída de precios del sector inmobiliario. Las distintas estadísticas que publican el Ministerio de Fomento, las grandes tasadoras o los notarios apuntan en una misma dirección: el desplome de precios ha tocado suelo y ya empieza a recuperarse en la gran mayoría de las autonomías. Los últimos datos, correspondientes al primer trimestre de 2015, muestran como las casas se han revalorizado de media un 1,5% anual, encadenando cuatro trimestres consecutivos de alzas de precios.
A la espera de que la recuperación del mercado inmobiliario se consolide y los precios recuperen niveles previos a la crisis, lo que parece una evidencia es que los españoles han desplazado una parte considerable de su riqueza desde las casas a los productos financieros. Estos últimos representaban el 13,3% del total de activos en manos de las familias en 2007 y en el primer trimestre de 2015 eran del 21,6%. En el segundo trimestre de 2012, estos ascendían a 794.516 millones y han encadenado dos años y medio continuados de crecimiento hasta alcanzar los 1,2 billones de euros en el primer trimestre, nuevo máximo de la serie histórica del Banco de España.