Cómo vestirse para una boda de verano como un caballero
Novio e invitados deben cumplir con unas reglas básicas para conservar la elegancia... incluso en agosto
El verano es temporada de bodas. Y aunque cada vez más proliferan ceremonias de un carácter informal, donde la etiqueta no es obligatoria, la regla general marca que, tanto novios como invitados, deben cumplir unas normas básicas para no desentonar en un ambiente de cierta elegancia. Y, aunque suele decirse que la novia es la protagonista, los hombres deben equilibrar en sus trajes estética, y comodidad con las altas temperaturas estivales.
Como asegura Joaquín Fernández Prats, de la madrileña Sastrería Langa, hay diversos factores a tener en cuenta:“la formalidad de la boda, el lugar donde se realiza, si es de día o de noche...”. En el caso del novio, el chaqué es básico en ceremonias diurnas, como debería serlo también para padrinos y testigos, y si la ceremonia se celebra de noche, un frac de un color azul intenso o azul oscuro:“muchos novios, por ahorrarse dinero, alquilan un chaqué, y se nota, porque no están ajustados a su forma”, afirma el sastre. “El chaqué debe ser gris claro de mañana, pero nunca por la noche”, apunta Malala Vega, socia fundadora de la tienda Anglomanía: “tratamos de no hacer chaqués negros, porque pueden indicar que son de alquiler. El de la boda es un día para ir muy elegante”. Dentro de la sobriedad de la prenda, también hay espacio para destacar sin caer en el exceso: “se puede jugar con el tejido y los tonos del chaleco, o con la corbata. Y si el novio prefiere llevar traje, que vaya con algo que le haga destacar”, añade Vega.
Tanto ella como Fernández Prats coinciden en otros cuatro aspectos:el zapato, óxford negro y con cordón; no recargar: si se opta por el pañuelo en la solapa, no llevar flor, y viceversa. En ningún caso, llevar cinturón con chaqué; y con chaqué siempre corbata. En cuanto al material, Fernández Prats recomienda para el verano prendas en alpaca o lana fría.
Tejidos como la alpaca o la lana fría son más adecuados para bodas que se vayan a celebraren entornos calurosos
Los invitados
Entre los invitados, siempre se admite una mayor variedad de estilos, aunque siempre dentro de unos parámetros. El primero, jamás utilizar esmoquin:“es un quiero y no puedo. No va acorde con una boda”, enfatiza Fernández Prats. También coincide Malala Vega, “no es lo apropiado, está señalado para celebraciones, y la boda es un acto formal”. A no ser que se explicite que hay que llevar chaqué, el invitado debe ir con un traje completo, en lugar de americana y pantalones independientes, y liso, sin raya o cuadros. “En verano puede arriesgarse con el color, dentro de la gama de grises para el día, y de los azules: eléctrico o azafata. El beis o los marrones claros van muy bien para zonas de playa. El traje debe ir en una armonía de colores, y descartar cualquier elemento que rompa”, detalla Fernández Prats. Para Malala Vega, “los invitados pueden permitirse alguna licencia, con el chaleco o la corbata, pero sin que sea a costa de romper la elegancia”.
Y además, unos complementos básicos:el cinturón, a juego con los zapatos, por lo general negros en ambos casos. También puede recurrirse a los tirantes, opción que prefiere Vega, porque permite ver limpio el pantalón, pero jamás hacer coincidir los dos:“es un error imperdonable”, afirma Fernández Prats.
La corbata o pajarita, el espacio donde dar el toque diferencial, aunque con discreción;la camisa, lisa, en azules claros o blancos, con puño doble y que sobresalga un centímetro de la manga del traje;y pañuelo en la solapa, que nunca debe ser del mismo color que la corbata o pajarita. A evitar, relojes deportivos y gafas de sol en ceremonias al aire libre.