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Lideró la producción mundial en 2014

Estados Unidos altera el tablero de juego internacional

Denisse Cepeda Minaya

Tiempos de cambio en el mercado petrolero. El escenario de precios bajos, demanda reducida, exceso de oferta y la conversión de EE UU en productor-exportador por el auge de la fractura hidráulica supone una revolución en el sector. Tanto así que expertos, empresas y organismos extranjeros prevén un rediseño geoestratégico ante el papel determinante que jugará el país norteamericano en el comercio mundial.

La caída del precio en más del 50% desde finales de 2014 responde, por un lado, a la debilidad del consumo en China y Europa y, por otro, a la estrategia del club de países exportadores OPEP de fijar su cuota de producción en torno a los 30 millones de barriles diarios a fin de frenar la competencia inminente de EE UU.

Pero las preocupaciones medioambientales, el menor peso de las fuentes fósiles en el mix energético y el impacto de las tecnologías en las metas de eficiencia son otros factores que influyen y que apuntan hacia una reestructuración del mercado, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Y avisa de la lucha que ha generado el fracking entre la OPEP y los países que no forman parte de la organización, y su importancia futura en la oferta. “Estados Unidos lidera una revolución energética con el aprovechamiento de recursos no convencionales (tight oil y shale gas)”, señala Repsol. La petrolera atribuye el ascenso estadounidense, “difícil de replicar por otros países”, a su acceso a tecnología punta, conocimiento geológico, unos servicios muy desarrollados, buen clima de inversión y a que parte del suelo explotado es privado.

La transformación del sector energético
Tere García

Entre 2012 y 2014, EE UU ha elevado su producción de crudo en casi cuatro millones de barriles diarios (hasta los 9,3 millones), con una capacidad de autoabastecimiento de entre el 65% y el 95%. En 2014 lideró la producción mundial, apuntan las petroleras Repsol y BP; pese a que el número de pozos activos ha bajado de 1.600 a 600 en poco más de un año, según analistas.

El flujo del suministro se invierte: de América del Norte a Europa y de Oriente Medio y África a Asia

Con todo, Repsol pronostica que el fracking será decisivo en el suministro internacional en las próximas décadas. Y por eso, la OPEP mantiene el pulso: pese a que el coste de extracción ha disminuido, ¿cuánto tiempo puede soportar la industria estadounidense un entorno de precios de 60 o 70 dólares el barril, cuando su rentabilidad se calculaba sobre los 100? La intención es debilitar a un competidor que se vislumbra gigante: no solo busca su independencia energética, sino que aspira a controlar el suministro global. “Hay bases aeronavales americanas cerca de los estrechos de Ormuz, entre Omán e Irán, por donde pasa el 40% del crudo mundial; Singapur, Malaca o el Canal de Suez... EE UU dominará la logística de ese comercio una vez que exporte”, vaticina José Luis López de Silanes, presidente de la firma logística de hidrocarburos CLH.

Pero ese espíritu comercial comienza ya a manifestarse: “En 2011, EE UU se convirtió, por primera vez desde 1949, en exportador neto de productos derivados del petróleo a México, América Latina y Europa Occidental, sus principales destinos”, destaca Carlos Fernández Landa, socio responsable de energía de PwC. Y aunque todavía importa algunos productos agregados, este analista cree que su mayor relevancia en el comercio global dependerá de si pone a disposición de otros países la totalidad de sus reservas disponibles.

“Históricamente, los flujos eran de Este a Oeste, desde Medio Oriente o África hacia Europa y Norteamérica; pero ahora se prevé un cambio de sentido, de Oeste a Este, con el boom del shale oil”, añade Domingo San Felipe, presidente de la Cámara Franco Española de Comercio e Industria. Aunque subyace otra cuestión: ¿qué sucederá si Asia pisa el acelerador del crecimiento? ¿Subirán otra vez los precios?

Adaptarse a entornos cambiantes

Las firmas españolas afrontan el nuevo escenario con optimismo. Repsol apuesta por la eficiencia operativa en la exploración y producción de hidrocarburos, refino y comercialización. Además, se centra en la diversificación tras la reciente compra de Talisman Energy, y el impulso renovable o de movilidad eléctrica. En tanto, Cepsa espera reducir este año sus costes un 20% o 30% con la mejora de la eficiencia y ha pospuesto sus inversiones. La empresa considera que las perspectivas de crecimiento del sector refino son hoy limitadas en Europa.

Pero el gran desafío de las compañías es adaptarse a entornos cambiantes sin focalizar sus estrategias en la reducción de costes, sostiene Carlos Fernández Landa, de PwC, ya que esta medida es efectiva solo en el corto plazo.

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Sobre la firma

Denisse Cepeda Minaya
Periodista especializada en energía, medio ambiente, cambio climático y salud. Máster en Economía verde y circular por el Inesem y Máster en Periodismo por la UAM/El País. Con más de 20 años de experiencia en periodismo económico. Anteriormente trabajó en República Dominicana como reportera de economía en los periódicos El Caribe y Listín Diario.

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