La cantera de Marbella, solo para vips
El 'rcokero' Lenny Kravitz ha inaugurado el evento El palco más caro cuesta en torno a los 1.000 euros
La cuarta edición del festival Starlite comenzó por todo lo alto: Lenny Kravitz fue el artista elegido para dar, el pasado miércoles 22, el pistoletazo de salida a este encuentro de la música, que se celebra en la cantera de Nagüeles en Marbella. Durante 30 días, la música del italiano Andrea Bocelli (el más cotizado), Alejandro Sanz, Enrique Iglesias, la mexicana Julieta Venegas, Village People o Roger Hodgson, exSupertramp..., convivirán con las actuaciones de magos y DJs.
La cita era a las 22 horas. Lleno casi absoluto en la grada del anfiteatro para recibir a la estrella de la noche, Lenny Kravitz. El aforo en la vieja cantera es para 2.400 personas. Los organizadores están entusiasmados con la elección del músico que han elegido. “Un concierto único e íntimo que hace que el espectador sienta que está en un actuación privada”, explica la directora del festival, Sandra García-Sanjuan. Una hora más tarde, mientras que la elegante parroquía bebía y tomaba un tentempié, el rockero salió al escenario. La cantera parecía venirse abajo, entre aplausos. La noche prometía. El calor se aplacaba en las dos barras de coctelería que hay instaladas a ambos lados del escenario.
Los organizadores saben que el concierto será un éxito. Tienen asegurada la cercanía y la complicidad de todos los artistas que acuden desde hace cuatro años a Starlite. Kravitz no iba a ser menos. En un momento de las dos horas que duró el concierto, se bajó del escenario y comenzó a saltar de palco en palco. Todos en el área platino, cuya entrada costaba alrededor de 800 euros (en el caso de Andrea Bocelli, el próximo 22 de agosto, pasará de los mil euros). El cantante se dejaba abrazar, tocar. “Estos músicos están acostumbrados a actuar en grandes aforos, esto es una experiencia tanto para el público como para los propios artistas”, explica García-Sanjuan. Quizá este fin de semana, con la actuación del tenor Plácido Domingo, el ambiente y los asistentes sean más sosegados, a pesar de que el precio de la entrada más cara sea de 1.000 euros. El espacio elegido para albergar el festival es una cantera, que se encuentra en un pequeño monte de 60 metros de altura iluminado, a las afueras de la ciudad malagueña. Lo encontraron, afirma García-Sanjuan, a través de Google Maps. “Cuando llegamos, por primera vez, vimos que se había convertido en un vertedero. Sacamos de allí más de 200 camiones de basura y desperdicios”. Fue la propia organización la que desde el primer año habilitó el camino, empinado y tortuoso. De hecho, Starlite ofrece vehículos con chofer, para acceder o abandonar el recinto. Muchos, al menos el pasado miércoles, eligen hacerlo dando un paseo; otros, aceptan un hueco en el coche. Porque tras el concierto, la música sigue, esta vez animada por DJs, que pinchan hasta las cinco de la mañana. Los más animados pueden seguir la noche en una pista de baile o en las terrazas privadas que las marcas de lujo, como Cartier, reservan para sus invitados.