El Ibex, en camino de liquidar el efecto Grecia
Si el lunes el resultado del referéndum en Grecia hacía saltar todas las alertas después de que los ciudadanos mostraran su apoyo masivo al Gobierno de Syriza, el viernes los inversores se dejaron llevar por el optimismo que recorría los principales mercados europeos. El Ibex 35 repuntó un 3,08% hasta los 11.036,10 puntos, encadenando tres sesiones consecutivas al alza en el que la Bolsa española subió un 6,7%. No obstante, la penalización sufrida el lunes y el martes limitó el ascenso semanal del selectivo al 2,37%. Telefónica (+3,8%), Inditex (+3,76%) y el sector bancario con Santander al frente (+3,75%) lideraron las alzas el pasado viernes, día en el que Indra (-1,38%) y Técnicas Reunidas (-0,16%) se tiñeron de rojo.
El resto de plazas del Viejo Continente siguieron la misma estela. El Dax alemán cerró con una subida del 2,9%, el Cac francés se anotó un 3,07%; el MIB italiano, un 3%; el Euro Stoxx, un 3,18% y el Footsie británico ascendió un 1,39%. La semana tuvo como protagonistas a Grecia y China.
Después del triunfo del no en la consulta del pasado domingo, el Ejecutivo de Alexis Tsipras presentó al Mecanismo de Estabilidad Europea (MEDE) la solicitud formal de su tercer rescate desde 2011. Su aprobación por parte de los acreedores queda pendiente para este fin de semana aunque según las declaraciones de los principales dirigentes europeos, entre los que no se incluye la canciller alemana, todo apunta a que se llegará a un acuerdo que permita a Grecia continuar en el euro.
El Gobierno heleno presentó el jueves por la noche su programa de ajustes por importe de 13.000 millones. Con este paquete de reformas, que incluye subidas del IVA o recortes de las pensiones (líneas rojas hasta la fecha), Grecia busca acceder a la ayuda de los 53.500 millones. Las medidas presentadas por Atenas se encuentran en línea con las exigencia de los acreedores pero parece que van en contra de lo votado por los ciudadanos en el referéndum del 5 de julio.
Uno de los asuntos pendientes a los que se buscará dar una solución en los próximos días es al tema de la reestructuración de la deuda. Las informaciones que han trascendido hasta el momento apuntan a que no se efecturá una quita tradicional. En su lugar lo que se ofrecerá a Grecia será una flexibilización de los plazos y la reducción del coste de financiación de los préstamos.
Las esperanzas de un acuerdo en Grecia no solo se dejaron sentir en el mercado de renta variable sino también el de la renta fija. De esta forma, la rentabilidad del bono español a diez años pasó del 2,37% que registró el lunes al cierre al 2,12% en que concluyó el viernes. La prima de riesgo se sumó a la tendencia bajista y finalizó en los 123 puntos básicos, 37 puntos por debajo del lunes al cierre, momento en el que el diferencial entre la deuda española a una década y el bund se situaba en los 160 puntos básicos.
Más acusada fue la caída de las rentabilidades en la deuda griega. Con la Bolsa de Atenas cerrada desde el pasado 29 de junio, el único térmometro para medir la reacción del mercado heleno es la renta fija. El lunes el interés del bono griego con vencimiento en 2025 se disparó hasta el 18% aunque su nivel más alto lo registró el miércoles cuando cerró en el 19%. Conforme las posturas entre Atenas y sus acreedores se fueron acercando, el interés de la deuda helena fue bajando hasta cerrar el viernes en el 13,5%. Algo parecido sucedió con el bono griego a dos años, que pasó del 58,7% que registró el 8 de julio al 31,6% del viernes.
Por su parte, el bono alemán siguió la tendencia inversa. En los momentos de mayor inestabilidad e incertidumbre su rentabilidad llegó a caer al 0,64%, actuando como valor refugio, pero concluyó la semana con un repunte hasta el 0,89%.
Junto a la Bolsa y a la renta fija, el otro mercado que también se dejó llevar por la euforia fue el de divisas. La idea de que Grecia continúe formando parte de la Unión Monetaria y de que las propuestas presentadas por Tsipras reciban el visto bueno de los ministros de Economía de la zona euro, llevó a la moneda única a repuntar un 0,87% el viernes hasta los 1,113 dólares.
El otro foco al que los inversores dirigieron la mirada fue China. Su índice de referencia, Shangái Composite, cerró el viernes con un ascenso del 4,54%, la segunda alza consecutiva después de tres semanas de intensas caídas que provocaron que la Bolsa del gigante asiático se desplomase un 32%. Esto llevó al Gobierno chino a adoptar medidas encaminadas a frenar la sangría. Entre las iniciativas puestas en marcha destacan la suspensión de cotización de 1.400 empresas, la prohibición a los directivos y accionistas a vender acciones o la inyección de dinero al sistema bancario.