Eppur si muove
“Eppur si muove”
Galileo Galilei
“Eppur si muove” (y sin embargo, se mueve)es la frase que, según la tradición, pronunció Galileo nada más adjurar, bajo torturas por un tribunal de la Inquisición, de la visión heliocéntrica que había hasta ese momento defendido.
Dado el contexto en el que supuestamente se desarrolló la situación, no parece verosímil que Galileo fuera tan desafiante ante un tribunal que le había torturado hasta la extenuación y a escasos minutos de haber adjurado de sus creencias. Probablemente la dijo años más tarde de que ocurrieran los hechos a los que se la asocia.
No obstante la frase se ha quedado como una especie de respuesta ingeniosa ante la insana capacidad de los hombres de ocultar la realidad y construir una más grata.
No se sientan tentados a pensar que la mera existencia de número y complejas ecuaciones en una exposición va pareja a la capacidad de percepción de la realidad. La complejidad del instrumento no necesariamente hace más (disculpen la reiteración) “real” la realidad. A veces son más simples estas fantasías.
Los niños suelen taparse los ojos cuando quieren esconderse de nosotros, ante la creencia de que si ellos no nos ven, nosotros no les vemos.
No, no crean que hablaré del agujero y de las avestruces, entre otras cosas porque no es cierto. Ni bajo tierra. Ni en ninguna parte esconden la cabeza las avestruces. Lo que si es cierto es que, a veces para esconderse, y pasar desapercibidas como si de un montón de tierra o hierba se tratase, se acurrucan de tal manera que el cuello y la cabeza quedan a ras del suelo. Por el contrario, si el peligro aumenta, simplemente corren o se enfrentan a él y no le recomiendo enfrentarse cara a cara a un avestruz: sus patas no solo les permiten correr a velocidades superiores a las del hombre (70 km/h) sino que si ataca con ellas a cualquiera de nosotros, las heridas serán muy graves, pues tienen dos poderosas garras con las que defenderse.
“Todo conocimiento sobre la realidad nace y acaba con la experiencia”
Albert Einstein.
La manera con la que “construimos” la realidad, no es necesariamente la realidad. Solemos pensar que la manera con la que percibimos del mundo es mucho más completa de lo que es en realidad. Sentimos que nuestros sentidos nos dan una imagen fiel de lo que pasa en nuestro entorno, pero son muy vulnerable a la confusión.
La solvencia financiera viene siendo desde hace tiempo una variable fiable. El sector financiero la crea a través de su política de préstamos y se sustenta, cuando los problemas aparecen, con una política monetaria perversa de los bancos centrales. Las decisiones de estos últimos, tienen como único objetivo de mantener la solvencia de un sistema financiero claramente deficiente dado que, en el mundo real, acaba es insostenible su proceder. La insolvencia real de la economía, se transforma así en insolvencia del sector que la creó de la nada.
Cuando la realidad nos estalla en la cara prefabricamos otra más halagüeña.
“Sólo me creo las estadísticas que yo, personalmente, he manipulado”
Winston Churchill
Los datos estadísticos, no tiene como objetivo medir la realidad, sino transformarla, fabricando una realidad paralela. Los datos de paro y su nivel de endeudamiento son esquizofrénicos. Como ejemplo baste recordar que un país que ha sobrepasado su límite de endeudamiento legal (18,1 billones de $) y tiene un PIB nominal claramente inferior (17,7 billones de $) puede decir que tiene un nivel de endeudamiento del 70% sin que ningún economista serio se ruborice. Cuando, si añadimos el nivel de endeudamiento municipal y estatal (no solo el Federal) que se estima en los 3 billones de $, el nivel de endeudamiento americano alcanza el 120% del PIB. La tasa de paro del 5,3% de junio coincide con la tasa de actividad más baja en casi cuatro décadas, lo cual viene a decirnos que hay camuflados algo más de 8 millones de parados como no activos, por lo que si los tuviéramos en cuenta, se duplicaría la tasa de paro.
Este fin de semana hemos podido observar también que las encuestas de opinión no pretenden, como se supone, ver cuál es el sentimiento de la población en torno a un tema. Su fin último es alterar la opinión. Cuando el resultado entre el Si y el NO en el referéndum de Grecia de este fin de semana es de una diferencia de más de 20 puntos, difícilmente se pueden dar por válidas técnicamente encuestas de opinión que el mismo viernes daban un ligero margen de victoria al SI.
Lo peor de todo es que son tan soberbios con su visión de la realidad adulterada, que cuando esta, inexorablemente se presenta en su forma original, no tiene un plan B. No hay plan B para la situación creada en Grecia este fin de semanas. Hay que improvisarla sobre la marcha.
La deuda, elemento común a todos estos acontecimientos, ya no cabe debajo de las alfombras. Ello hace que constantemente nos estemos tropezando.