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La buena evolución del motor y la construcción tiran del acero

La industria y el consumo calientan la fundición

La venta de acero en España, un producto del que se consumieron 10,5 millones de toneladas en 2014, el 6% más que un año antes, está aumentando gracias al avance del sector del automóvil y a la recuperación de la construcción. Pero los fabricantes nacionales temen que buena parte del excedente chino –responsable de la mitad de la producción mundial– termine por desembocar en nuestro país y arruine sus expectativas. “Algo que no ha ocurrido aún por la caída del tipo de cambio del euro con respecto a otras divisas”, dice Eric Damotte, de la consultora KPMG.

La tendencia positiva del sector se basa “en los crecimientos en la licitación de obras públicas y los visados para nuevas viviendas”, explica el director general de la patronal Unesid, Andrés Barceló. Pero la recuperación será lenta porque los visados no llegan a la quinta parte de los registrados antes de la crisis. La inversión en construcción no residencial está en niveles de 1997. La producción de acero en 2014 se mantuvo plana, con 14,2 millones de toneladas, de las que el 70% se exportaron. La importación, por su parte, creció un 10%, hasta los 8,3 millones.

Ahora, los fabricantes temen que el acero asiático sea el más beneficiado por el repunte del consumo. China produjo el pasado año 823 de los 1.665 millones de toneladas del planeta. Y la ralentización de su economía “lo ha convertido en un país exportador, que ha puesto en venta casi 100 millones de toneladas”, apunta Damotte. Según Barceló, lo está haciendo de forma muy “agresiva”, sin barreras y a unos bajos precios “disparatados”.

Las compañías siderúrgicas españolas toman posiciones para afrontar la recuperación. ArcelorMittal ha iniciado su plan de inversiones en Avilés y Gijón; Tubacex consolidará su nueva situación tras adquirir IBF y una división de la india Prakash, y Tubos Reunidos apuesta por ofrecer productos con mayor valor añadido.

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