Continúa el tira y afloja. Antigona revisited.
Después de parecer que se "tocaba" el acuerdo político, una negativa del FMI separó ayer a Grecia y acreedores del acuerdo final. Los socios europeos pero sobre todo el FMI, tratan de forzar a Atenas a aceptar recortes adicionales en pensiones y cambios en otros apartados (tributación de empresas y gastos militares).
El tiempo corre en contra de todos, y el acuerdo no está del todo cerrado. El martes próximo, 30 de junio, vencen el pago de los 1.500 millones € que le debe Grecia al FMI (se agruparon varios vencimientos a final de mes para no incurrir en un “default”) y en cinco países (Alemania, por imperativo de su Tribunal Constitucional, es uno de ellos) sus respectivos parlamentos deben dar su visto bueno y eso lleva su tiempo.
En Grecia hay, al menos, 40 diputados de Syriza y 12 diputados de “Griegos Independientes”, su socio de gobierno, que parecen estar en contra del acuerdo ya que, según ellos, perjudicará a las clases medias y las bajas: la subida del IVA encarecerá la electricidad y muchos productos básicos, las cotizaciones a la S.S. aumentan, se crea un impuesto a los complementos de las pensiones y se suben las contribuciones al sistema de salud.
Para colmo, la reestructuración de la deuda, la gran baza con la que jugaba Tsipras para contentar a sus partidarios, se deja para más adelante. Lo que puede ser una gran torpeza de las instituciones, salvo que su interés sea el destrozar al líder griego y, sin saberlo, a ellos mismos.
El resultado de la negociación deja al Primer Ministro griego contra las cuerdas y en la tesitura de perder la mayoría en la Cámara y, con ello, no poder poner en marcha las reformas que se le exigen. En ese caso, Tsipras tendría que provocar una crisis de gobierno para sustituir a los ministros que se niegan a poner en marcha las medidas o, en caso de una fuerte rebelión interna, a convocar nuevas elecciones con resultado incierto, para todas las partes implicadas en la actual negociación.
El Eurogrupo de anoche se cerró sin acuerdo y puede que el acuerdo técnico (clave para alcanzar el político) se demore, en una última escalada de tensión como punto final de una negociación cansina e interminable. No obstante, todo el mundo en Bruselas quiere dar por hecho que el acuerdo final acabará llegando antes de que acabe la semana.
Los más optimistas incluso hablan de entre hoy y mañana, antes de que los jefes de Estado y de Gobierno abandonen Bruselas el viernes, tras dos días de una cumbre, que tiene otros temas como las sanciones a Rusia, la inmigración en el Mediterráneo y el referéndum en el Reino Unido.
Con todo ello que se repetiría la tragedia "Antigona" de Sófocles en la que la protagonista se enfrenta a Creonte por el destino de los restos mortales de su hermano (y sobrino de Creonte) Polinices. La ciudad de Tebas (a la que ambos decían defender) fue finalmente, la gran victima
El profesor, crítico y teórico de la literatura y de la cultura, y escritor George Steiner [1] atribuye a esta tragedia de Sófocles los cinco conflictos fundamentales que a su juicio dan origen a todas las situaciones dramáticas pues plantea a la vez la lucha entre hombres y mujeres [2] , entre la vejez y la juventud, entre la sociedad y el individuo, entre los seres humanos y la divinidad, y entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
Sin embargo, y a mi entender, la clave de la obra es la lucha entre la ley natural y las leyes que nos otorgamos para convivir. Ser generosos y evitar la soberbia[3] es clave para que ni individuos ni sociedad acaben ambos mal parados en la lucha.
NOTAS:
[1] Steiner. Antígonas. La travesía de un mito universal por la filosofía de Occidente.
[2] La versión de Antígona, dirigida por Miguel del Arco, que se representa actualmente en el Teatro de la Abadía, al sustituir a Creonte por una actriz (Carmen Machi) anularía este efecto.
[3] Casi la única recomendación que se puede extraer de las obras dramáticas de los clásicos griegos. Recomendable el libro de Martha C. Nussbaum "La fragilidad del bien". Descargar Reseña de Pablo García Castillo