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Tres años después aplica el decreto del Gobierno

Bilbao y San Sebastián, sin límite de horarios comerciales

Clientes en una calle comercial en Bilbao.
Clientes en una calle comercial en Bilbao. Xouse Simal

La última comunidad que se había resistido a liberalizar los horarios comerciales pasará por el aro a partir del 1 de julio. El Ejecutivo del País Vasco, que tenía recurrido el decreto ante el Constitucional, ya ha anunciado que esa fecha servirá para que Bilbao y San Sebastián afronten su primer verano con libertad de horarios comerciales.

Una decisión que se ha demorado tres años desde que el Ejecutivo impulsó la liberalización de horarios comerciales a través de un decreto, que obligaba a 14 grandes capitales (posteriormente se unieron otras 10 capitales) a delimitar zonas de gran afluencia turística en las que no habría restricciones comerciales. En ese decreto, impulsado desde la Secretaría de Estado de Comercio, se establecían nuevas condiciones para los establecimientos: se ampliaba de 72 a 90 el número de horas semanales de apertura, se elevaba de 8 a 10 el mínimo de festivos que se debía abrir, se incrementaba de 150 a 300 metros cuadrados el umbral a partir del cual el pequeño y mediano comercio tiene libertad de horarios y se imponía la obligación a 14 grandes municipios turísticos para crear zonas de gran afluencia turísticas sin restricciones en las horas de cierre y apertura. Todos esas ciudades cumplían los tres requisitos establecidos en el decreto:tiene más de 200.000 habitantes, registrar más de un millón de pernoctaciones anuales o una afluencia superior a 400.000 pasajeros en cruceros.

Esa imposición levantó mucho escepticismo en algunos municipios, como Barcelona o Bilbao, en los que el pequeño comercio ha tenido un peso muy importante frente a las grandes enseñas de la distribución. Buena prueba de ello es lo sucedido el pasado ejercicio en Barcelona, que fue el único de esos catorce consistorios que estableció salvedades. Un pacto entre CiUy PP fijó que hubiera libertad de horarios, pero acotada hasta las 18.00 horas. Una decisión que soliviantó a las grandes cadenas situadas en el centro de Barcelona, que acusaron al consistorio de generar un gran número de perdidas por obligar a cerrar sus tiendas en un horario en que los visitantes suben de la playa y realizan sus compras.

El conflicto con Decathlon

Esa situación no se ha repetido en el caso del País Vasco, aunque también se han establecido límites. En el caso de Bilbao, las tres zonas delimitadas tan solo dispondrán de libertad de horarios en julio y agosto, ya que la norma estatal sí fija la posibilidad de acotar los períodos en los que se puede fijar un régimen de horarios excepcional. Lo que no faculta y eso fue lo que generó el conflicto con Barcelona es acotar el número de horas. San Sebastián tan solo tendrá libertad de horarios comerciales en la Parte Vieja y en el Puerto y solo estará en pie durante los meses de julio y agosto.

De esta manera se trata de evitar los conflictos que surgieron con la multinacional francesa Decathlon, el pasado ejercicio, en el que la empresa, amparándose en el decreto del Ejecutivo (podía abrir 10 domingos), optó por abrir su establecimiento en San Sebastián y se encontró con manifestaciones y concentraciones por parte de los sindicatos para tratar de evitarlo. Finalmente, ante el revuelo formado, optó por no abrirla. Este año tampoco podrá hacerlo, toda vez que no el establecimiento no está en las zonas de gran afluencias.

Barcelona seguirá cerrando a partir de las 18 horas

El rifirrafe entre Cataluña y el Estado por los horarios comerciales se interrumpió el pasado ejercicio con el acuerdo en el pleno del Ayuntamiento de Barcelona, rubricado por PP y CiU, para delimitar zonas de gran afluencia turísticas en Barcelona, con una excepción: solo abrirían hasta las 18.00 horas. Una decisión que no parece estar dispuesta a revocar la nueva regidora de Barcelona, Ada Colau, y que apunta a que el comercio seguirá abriendo de las 10.00 a las 18.00 horas de julio al 15 de septiembre. Frente a los temores iniciales que apuntaban a que podría revocar algunas de las decisiones del anterior consistorio, la alcaldesa de Barcelona en Comú mantendrá el actual status del comercio, algo que seguramente no dejará satisfecho a las grandes cadenas comerciales.

El Gobierno valenciano anuncia una batalla legal

El nuevo Gobierno que dirigirá la Comunidad Valenciana, dirigido por el socialista Ximo Puig con el apoyo de Compromis, prepara una revolución en materia comercial. Ambos partidos llevaban en sus programas propuestas radicalmente contrarias a las del Gobierno de Mariano Rajoy, aunque con intensidades diferentes. Por un lado, los socialistas se comprometían a “definir las zonas comercialmente saturadas”, pese a que estas pudieran encontrarse dentro de las zonas de gran afluencia turística definidas por los ayuntamientos.

La propuesta de Compromis es aún más arriesgada y apostaba por decretar una moratoria de licencias para centros comerciales y revisar las zonas de gran afluencia para “fijar criterios objetivos que justifiquen los permisos”.

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