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Los incentivos fiscales en España se centran en I+D

Para crear una ‘startup’, mejor en Luxemburgo, Emiratos Árabes o Brasil

Los países emergentes ofrecen mayor financiación a cambio de convertirse en locales

Denisse Cepeda Minaya

“Si tienes libertad y vocación emprendedora, mejor constituir la startup fuera de España: en Luxemburgo o países exóticos como Rusia, Emiratos Árabes y Brasil”, recomienda Oliver von Schiller, socio director del despacho de abogados Ad & Law, expertos en el tema.

La razón es la financiación. Estas naciones emergentes y del centro de Europa ofrecen hasta un millón de euros para proyectos con alto componente tecnológico y potencial de desarrollo futuro. Pero exigen, a cambio, que te conviertas en una empresa local, o sea, que fundes la sociedad en su territorio, advierte von Schiller, quien ha participado en un encuentro en Madrid entre emprendedores y empresarios, organizado por la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE).

“A los emprendedores se les exige, muchas veces, que generen negocios, trabajo… pero no se les brinda la liquidez necesaria para llevar a cabo sus proyectos; aunque esto está cambiando cada vez más”, opina.

En España, las mayores incentivos fiscales, préstamos o subvenciones se ofrecen a empresas con una fuerte inversión en I+D+i o que fomenten la creación y explotación de patentes y de nuevos diseños (conocidos como patent box) a través del Ministerio de Economía. La deducción es vía el impuesto de Sociedades, explica la firma de abogados. La convocatoria está abierta entre abril y octubre.

También Enisa, que depende del Ministerio de Industria, brinda financiación de entre 75.000 euros y un millón y medio sin avales, pero solo para las pequeñas empresas; mientras que el CDTI, del Ministerio de Economía, se enfoca en los proyectos grandes, con vocación internacional y pide, casi siempre, garantías. En tanto, las subvenciones especiales para “proyectos más maduros” se facilitan desde el Icex.

Los emprendedores deben contar con capital propio y apoyarse en los familiares y amigos

En principio, los emprendedores deben contar con capital propio y apoyarse en la triple efe: family, fans and friends (familia, seguidores y amigos). “Es un símbolo de compromiso frente al inversor, de que el emprendedor apuesta por su empresa”, apuntan desde Ad & Law.

Este es el primer paso para que los inversores muestren interés, como las firmas de capital riesgo, business angels, capital semilla, incubadoras, aceleradoras o plataformas de cofinanciación. Ante la sequía del crédito bancario, también pueden recurrir a préstamos privados a través de las plataformas de crowdlending. El último recurso de financiación es la Bolsa.

“La tendencia es cada vez menos ayudas públicas y más préstamos con avales mínimos”, afirman desde el despacho.

El emprendedor debe tener en cuenta que los inversores participan en las decisiones económicas, en la contratación de personal y en el consejo de administración, si es el caso. “Es como entrar al gimnasio, tienes que cumplir con unas exigencias para ponerte en forma”, explica Von Schiller.

En los inicios, el porcentaje de participación reclamado por los inversores varía entre el 25% y el 30%. No obstante, si el inversor quiere vender, lo que normalmente sucede dentro de tres o siete años, el emprendedor tiene la preferencia de compra.

Pasos de constitución

El proceso para la creación de una startup en España no difiere en gran medida del de una sociedad limitada, en cuanto a la cantidad inicial a desembolsar o la burocracia, que implica firmas de escrituras de constitución ante notario e inscripción en el Registro Mercantil, explica Fernando Martínez Guillén, abogado de la firma Ontier, especialistas en el sector.

Este despacho destaca la importancia que cobra, en este tipo de sociedades, los pactos de socios entre los fundadores, así como los acuerdos posteriores suscritos con los fondos de inversión. En esta etapa se determina el porcentaje de tenencia de participaciones sociales y la cesión de derechos, privilegios o toma de decisiones.

Uno de los documentos de vital improtancia es la redacción de los estatutos sociales

“Por esto, es cada vez más y más importante contar con la ayuda y colaboración de un equipo jurídico que guíe los pasos y sea quien luche y se pelee por defender al máximo todos los derechos del emprendedor que, al fin y al cabo, fue el creador del mayor valor de la sociedad: la idea”, afirma Martínez Guillén.

La creación de una startup requiere, primero, el registro del nombre, “tarea que en algunos casos no es fácil, sobre todo con los nombres cortos”. Para esto, debe obtener la certificación negativa de la denominación social en el Registro Mercantil, donde se sugieren cinco nombres en orden de preferencia.

Segundo, debe obtener un certificado bancario que acredite el depósito en una cuenta bancaria abierta del capital social y que en una empresa de este tipo es de 3.000 euros.

Finalmente, la redacción de los estatutos sociales, un documento de vital importancia. En él se establecerán elementos tan importantes como el tipo de órgano de administración, domicilio social, etc.

Ontier señala que se ha publicado, recientemente, unos modelos oficiales muy sencillos que facilitan la constitución e inscripción de las empresas de nueva creación, y que están a disposición del público. El tiempo aproximado que toman dichos trámites es de tres semanas, aunque se puede reducir, asegura Martínez Guillén.

“Estos modelos no tienen en cuenta las situaciones particulares de cada proyecto, de manera que si se quieren establecer desde el inicio unas reglas de juego que regulen la vida de la sociedad y de los socios, es necesario adaptar esos estatutos a lo que se quiere”, advierte la firma.

Costes de trámites

Los costes de los trámites son, aproximadamente, 13,94 euros por la certificación de la denominación negativa del nombre social; 210,45 euros para la notaría por la redacción e inscripción de la escritura de constitución, y el 1% del capital social en la liquidación del ITP y AJD (impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados). Es decir, 30 euros para este tipo de sociedades y en torno a los 20, para la legalización de los libros societarios, lo que supone un total aproximado de unos 275 euros.

En cambio, los gastos que supone la constitución de la sociedad van más allá de los 3.000 euros mínimos requeridos. “Si bien es cierto que el capital social mínimo a desembolsar es de 3.000 euros, este no es el coste real, ya que esta cantidad, conforme se ingresa en el banco, se puede destinar a sufragar los primeros gastos y al desarrollo del negocio. Además, más allá de esta cantidad, la sociedad puede constituirse con aportaciones no dinerarias, como bienes muebles, material informático, entre otros”, indica la empresa.

Más inversión

La actividad crece de forma imparable y sus inversiones se disparan. Así, las startups españolas captaron más de 39 millones de euros en la última semana de mayo, casi la misma cantidad invertida en el primer cuatrimestre de 2014 y que ascendió a 43,4 millones, según la comunidad Startupxplore.

Entre las operaciones destacadas figuran la plataforma de empleo Job&Talent (23 millones), la compañía de cambio de divisas para empresas Kantox (9,98 millones) y el supermercado online Ulabox (5 millones).

En el primer trimestre de este año se invirtió más de 109 millones en un total de 48 rondas, lo que supone un 152% más de inversión recaudada que en el mismo periodo del año anterior, añade la comunidad.

Aunque la gran mayoría de las inversiones fueron participadas o lideradas por fondos de capital riesgo extranjeros, un 17% de los recursos procedía de fondos y business angels españoles, lo que sitúa a España en el panorama de la inversión internacional, destaca la empresa.

No obstante, Startupxplore apunta que España está aún lejos de países clave como Reino Unido o Alemania, donde se desembolsa cerca de seis veces más de lo invertido en territorio español.

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Sobre la firma

Denisse Cepeda Minaya
Periodista especializada en energía, medio ambiente, cambio climático y salud. Máster en Economía verde y circular por el Inesem y Máster en Periodismo por la UAM/El País. Con más de 20 años de experiencia en periodismo económico. Anteriormente trabajó en República Dominicana como reportera de economía en los periódicos El Caribe y Listín Diario.

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