Cambio político, pocas consecuencias para los productos financieros
Tras los comicios del domingo muchos de los ojos se pusieron en la apertura de la Bolsa española. Su evolución negativa del lunes y en la mañana del martes sí puede entenderse en una parte por el resultado electoral, pero seguramente en una proporción mayor por la influencia de la situación Griega y la necesidad de llegar a un acuerdo días antes de que el país heleno se enfrente a un importante vencimiento de Deuda.
Por todo ello, no se puede afirmar que el efecto del resultado electoral haya llevado a una caída de la Bolsa, pero tampoco lo contrario, que no haya tenido ningún efecto. De hecho el movimiento en algunos sectores más sensibles a las regulaciones locales y autonómicas, como la construcción, sí se debe interpretar como tal –parones en macroproyectos urbanísticos, cambios en Planes Generales de Ordenación Urbana…-. También parte de la bajada del sector bancario tiene origen en la incertidumbre actual, y es que otra de las consecuencias la hemos notado en la subida de la prima de riesgo.
España no está en la situación de Grecia
Sin duda el alza de la prima de riesgo es uno de los problemas más importantes si se perciben riesgos en el cambio político. España es un país en el que uno de sus principales problemas es el enorme volumen de Deuda Pública que obliga a una continua refinanciación con nuevas emisiones del Tesoro. La caída de tipos de interés y de la prima de riesgo ha llevado a que cada vez nos financiemos más barato y por tanto paguemos menos intereses. Con ello, el Estado tiene ahorro o puede destinar parte de ese dinero que no paga a otros tipos de gasto.
Un mayor riesgo nos costará más dinero y empeorará las cuentas públicas, pero ni mucho menos llevarnos a una situación límite como la de Grecia. Ni estamos intervenidos, ni necesitamos de dinero de Europa u otros organismos para captar fondos, si no que podemos realizarlo en los mercados, aunque sea más caro.
¿Cómo se puede llevar a una situación de subida de prima de riesgo? En las circunstancias actuales fundamentalmente realizando –o diciendo que se van a realizar- quitas sobre Deuda. Si un inversor, especialmente extranjero, teme que por cada 100 euros que invierte puede recuperar menos, pedirá un interés más elevado que le compense el riesgo.
Depósitos y préstamos: Nulo efecto en tipos de interés
Como hemos visto podemos notar algún vaivén en bolsa, fondos o Deuda Pública, pero los efectos serán prácticamente nulos en otros productos financieros, tanto de activo como de pasivo, es decir cuentas, depósitos y préstamos, tanto hipotecarios como personales.
En todos ellos, la variable fundamental es el tipo de interés y este viene determinado por el precio actual del dinero y las perspectivas futuras en política monetaria y todo ello, lo determina el BCE, la cual no va a cambiar por la situación de España sino porque cambie globalmente en la zona euro. Es decir, las compras masivas de Deuda continuarán y no se modificará hasta que se detecten síntomas de recuperación y crecimiento en Europa, especialmente en países motores como Alemania y Francia. Con todo ello el panorama en los préstamos será el de continuar las moderadas bajadas ya que aún hay margen para ello –las últimas ofertas hipotecarias se centran en diferenciales en torno a Euribor + 1,25%- mientras que en depósitos se mantendrán los tipos bajos y frente si puede que algunos productos de Deuda a Largo Plazo ganen algo más de atractivo si hay más incertidumbre.
Aunque queda mucho de aquí a las elecciones generales de noviembre, el horizonte de incertidumbre por la situación política no se antoja tan trascendente que otros problemas externos como es Grecia.