Bruselas rebaja las exigencias a Grecia para evitar la quiebra
La propuesta de la Comisión permitiría a Atenas recibir por tramos los 1.800 millones de euros que quedan del rescate de la zona euro, así como el dinero a fondo perdido derivado de los beneficios de la compra de deuda a través de los bancos centrales (casi 3.200 millones de euros). Atenas perdería el remanente del rescate del FMI (16.000 millones de euros), institución que se resiste a rebajar las exigencias y prefiere una reestructuración de la deuda.
A cambio de las ayudas más urgentes, Grecia debería adoptar medidas para cubrir el agujero fiscal de este año y el próximo, cifrado en unos 5.000 millones de euros. Para lograrlo, Bruselas reclama que se mantenga el impuesto sobre las propiedades inmobiliarias y se introduzca un gravamen especial para los ingresos por encima de los 30.000 euros anuales.
El plan de la Comisión, atribuido directamente a su presidente Jean-Claude Juncker, fue revelado ayer por el diario griego To Vima. El organismo europeo no confirmó la existencia del documento y se limitó a señalar que “estamos trabajando muy duro con el FMI y el BCE para alcanzar un acuerdo en el marco del Eurogrupo [ministros de economía de la zona euro]”.
La propuesta descrita por la prensa griega, sin embargo, coincide con el talante de las negociaciones entre Bruselas y Atenas en las últimas semanas. Algunos socios de la zona euro se conformarían ya con que el gobierno de Syriza hiciese alguna concesión para desbloquear parte del rescate y evitar una suspensión de pagos que parece cada vez más inminente.
Esas partidas ayudarían a Atenas a superar unos pagos de deuda que en junio alcanzan los 5.000 millones de euros (1.500 millones al FMI).
La semana pasada Grecia tuvo que recurrir a su cuenta de reservas en el FMI para hacer frente a un vencimiento de 750 millones de euros con ese organismo, lo cual confirmó las dificultades de caja que atraviesa Atenas. En la cuenta de reservas sólo le quedan unos 700 millones de euros, por lo que durante el mes de junio podría producirse un impago al FMI si Atenas no obtiene financiación por otras vías.
Pero Berlín se resiste a rebajar las condiciones exigidas a Grecia y sin su beneplácito no se podrá poner en marcha el plan de Juncker. “La condición sine qua non para cualquier desembolso es que haya un acuerdo a nivel técnico entre Atenas y las instituciones [de la troika]”, advirtieron ayer fuentes próximas al gobierno alemán. Esas fuentes reconocen, sin embargo, que el margen de maniobra es mayor con los beneficios del plan de compra de deuda de bancos centrales, que podría liberarse con un acuerdo del Eurogrupo. En todo caso, sería por unanimidad, por lo que Berlín también podría vetarlo.