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4 razones por las que te puede venir bien contratar un seguro jurídico

Las situaciones cotidianas tienen un elevado componente legal en las que puede valer la pena en determinadas circunstancias contar con la opinión del abogado. Veamos algunas de ellas:

1. En las relaciones diarias con proveedores, clientes o trabajadores.

No es infrecuente cerrar un acuerdo verbal o con un mero intercambio de emails. Sin embargo, de la misma manera que disponemos de un contrato para cada trabajador, debemos tener un contrato para cada proveedor e incluso, otro modelo para los clientes.

Un contrato no solo evita muchos malentendidos, que suelen ocurrir en la interpretación de los emails, sino que puede anticipar cómo actuaremos ante desacuerdo. Un abogado nos recomendará cláusulas que prevean estas situaciones y que nos protejan. Por ejemplo, podría recomendarnos incluir una cláusula que prevea acudir a la mediación de conflictos antes que a la vía judicial cuando exista un incumplimiento del contrato porque resulta una manera más económica y rápida de resolver sus diferencias.

2. Cuando nos enfrentamos a la morosidad

La incidencia de la morosidad en las pymes es elevada: el 60% tienen facturas pendientes de cobro por retraso en el pago, según datos del primer Boletín de Morosidad y Financiación de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME).

En muchos casos, se puede reducir el impacto de la morosidad prestando atención a los detalles del día a día. ¿Entregas presupuesto? ¿Solicitas la aceptación por escrito? ¿Documentas la entrega del producto con un albarán? ¿Especificas los entregables de un proyecto en un contrato de servicios? ¿Sabes si tus facturas reúnen los requisitos legales?

En otros supuestos, el impago se debe a desacuerdos entre proveedor y cliente sobre si se debe o no abonar la factura por cuestiones como los plazos de entrega o la calidad.

En cualquier caso, acudir a expertos legales nos permite adoptar las medidas preventivas adecuadas para evitar el impago, y en el caso que este suceda, contamos todas las armas de negociación para que nuestra reclamación sea rápida y nos permita recuperar la cantidad que nos corresponde.

3. En las relaciones con nuestro entorno

La ubicación de una empresa es clave. Hemos invertido tiempo en buscar la zona y el espacio ideal, además de destinar dinero en reformas, mobiliario, decoración, etc. En conclusión, cuando encontramos el lugar idóneo, queremos garantías de poder permanecer allí.

Para ello, es importante mantener una buena relación con los vecinos y con la comunidad de propietarios. Por ejemplo, si eres propietario es vital que conozcas los estatutos de la comunidad para confirmar si estas autorizado a desarrollar tu actividad comercial en ese local. O ante un escape agua, averiguar a quien y como solicitar responsabilidades de los daños que paralizan mi actividad comercial.

Saber cuáles son nuestros derechos y contar con el consejo de un abogado que valore los conflictos que puedan surgir; nos ayudará a gestionar mejor las situaciones y a mantener buenas relaciones con todos ellos.

4. En el uso de los datos de nuestros clientes

Hoy en día, todas las empresas o autónomos manejan datos de carácter personal de sus clientes o de sus trabajadores y muchos aún desconocen las leyes que regulan su protección.

Un descuido o no entender cómo impacta la ley en la gestión de nuestro negocio, puede acarrearnos grandes problemas.

Por ejemplo, una acción tan habitual como el envío de un email a un cliente con nuevas ofertas nos puede suponer una multa si no contamos con su consentimiento. Y, para hacernos una idea, las sanciones de la Agencia Española de Protección de Datos por el incumplimiento de la ley van de los 900 hasta los 600.000 euros.

PODER CONTAR CON TU PROPIO GABINETE

Estos son sólo algunos ejemplos de cómo contar con el asesoramiento de un abogado en el momento oportuno nos puede ahorrar tiempo y dinero, y por lo tanto, nos permitiría anticiparnos y gestionar de forma más eficaz nuestro negocio.

Actualmente existen fórmulas que permiten disponer de un equipo de abogados por un precio razonable, como si de una tarifa plana se tratase. De esta manera, no solo contamos con asesoramiento ilimitado sobre los temas legales del día a día, sino que un equipo experto nos recomendará en cada momento el método más adecuado para resolver nuestro conflicto con los gastos derivados cubiertos: abogado, procurador, perito, las tasas judiciales, etc.

Así, con un único pago al año, sabemos cuánto nos van a costar los asuntos legales de nuestra empresa.

Para contratar un seguro lo mejor es acudir a nuestro asesor de seguros y detallarle las características de nuestro negocio (número de empleados, de locales, actividad, etc.) para que nos pueda ayudar a diseñar un seguro de protección jurídica a medida de nuestras necesidades.

[Noticia patrocinada por DAS Internacional. El Seguro Das Abogado de Empresa de DAS Internacional se puede personalizar a las dimensiones y necesidades de cada empresa por lo que es asequible a cualquier pyme.]

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