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También acaban fondos de rentabilidad objetivo

Las gestoras desmantelan 50 fondos garantizados en cuatro meses

La caída de los tipos de interés ha hecho perder brillo a los que eran productos estrella Fondos perfilados, monetarios y multiestrategia se benefician del desmantelamiento

Un agente bursátil trabaja en la Bolsa de Nueva York, Estados Unidos.
Un agente bursátil trabaja en la Bolsa de Nueva York, Estados Unidos.Efe

La caída de la prima de riesgo ha tenido dos víctimas colaterales: los fondos garantizados y su secuela, los fondos de rentabilidad objetivo. Estas dos familias de productos, que fueron masivamente comercializadas por las gestoras españolas entre 2010 y 2012, se han quedado sin ningún potencial de revalorización, por lo que están siendo desmanteladas y fusionadas con otras categorías de fondos.

En lo que va de 2015, el sector ha optado por integrar 50 fondos de inversión garantizados y otros nueve de rentabilidad objetivo dentro de otras familias como:

Gestoras como Invercaixa (del grupo CaixaBank), Santander Asset Management, Bankia Fondos, Deutsche Bank AWM o BBVA Asset Management han optado por esta estrategia para rescatar a los partícipes de este tipo de productos, que llevan varios meses en números rojos.

Los fondos garantizados se basaban en la compra de uno o varios bonos, que funcionan como activo subyacente del producto. Cuando se popularizaron, la deuda pública española, tanto estatal como autonómica, pagaba altos tipos de interés, lo que garantizaba un jugoso rendimiento al producto. Con la política monetaria puesta en marcha por el BCE los tipos se han reducido y los fondos no tienen posibilidad de revalorizarse, salvo en el remoto caso de que Mario Draghi ponga fin a la política de tipos cero en poco tiempo.

En ocasiones el producto se hacía más complejo condicionando la rentabilidad garantizada a la evolución de una cesta de valores bursátiles.

Creemos que a partir de ahora el valor estará en la gestión activa de los fondos

“Dados los niveles actuales de tipos de interés y de volatilidad, tanto los fondos garantizados como los de rentabilidad objetivo tienen los días contados”, apunta José María Luna, director de análisis y estrategia de inversión de la firma de asesoramiento financiero Profim.

En la mayor parte de los casos de fondos garantizados liquidados, las gestoras optan por integrarlos en otros productos una vez que la garantía ofrecida ya ha vencido y no existe la posibilidad de renovarla con rentabilidades atractivas, como se hacía antes.

Con los fondos de rentabilidad objetivo está ocurriendo algo similar, con la diferencia de que la gestora tan solo da una estimación de rendimiento, pero no se compromete legalmente a abonar una determinada rentabilidad, por lo que no hay fecha de vencimiento de garantías.

La división de gestión de activos de Deutsche Bank en España fue una de las primeras en lanzar fondos de rentabilidad objetivo, y también una de las primeras que ha empezado a desmantelarlos de forma sistemática.

“Creemos que en estos momentos ya se ha alcanzado toda la rentabilidad esperada para los fondos de rentabilidad objetivo. Por lo tanto, para inversores en renta fija, creemos que el valor está en la gestión activa, utilizando las curvas española e italiana como base estructural, posicionándonos más allá de los 7 años”, señala César Fernández, especialista de renta fija en Deutsche AWM

Un caso concreto

Un buen ejemplo de lo ocurrido con este tipo de productos es el fondo DWS Bienvenida 2016. Lanzado a finales de 2013, calculaba un rendimiento anual para el inversor del 1,75%, si se mantenían hasta finales de 2016. El rally de los bonos provocó que el fondo se revalorizara un 5,19% durante 2014, es decir, que alcanzó su rentabilidad objetivo con casi dos años de antelación, pero en los últimos 12 meses el valor se ha quedado casi plano (avanzó solo un 0,57%).

Las estructuras que soportaban muchos de estos productos requerirían que el dinero estuviera durante un largo periodo de tiempo cautivo –sin poder movilizarse salvo el pago de una comisión de salida o en los periodos de ventana de liquidez–. El cliente que quisiera abandonar el producto de forma anticipada tiene que asumir que el valor liquidativo actual, que en muchos casos es inferior al que pagó al comprar.

“Los fondos garantizados tradicionalmente han sido una inversión muy poco atractiva para los clientes, fundamentalmente porque acostumbran a ser productos con una carga excesiva de comisiones”, explica Diego Fernández- Elices, director de selección de fondos de A&G Banca Privada. “El actual entorno de tipos de interés muy cercanos a cero y las perspectivas de que se mantengan bajos durante mucho tiempo hace que los garantizados apenas tengan margen para ofrecer rentabilidad a los clientes. Si nunca han tenido mucho sentido, ahora lo tienen aún menos”, sentencia.

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